Se cumple el centenario del que para muchos ha sido el coche de carreras más exitoso del automovilismo, el Bugatti Type 35. Por mucho que asociemos actualmente a Bugatti como una marca de hipercoches de lujo capaces de superar los 400 km/h, lo cierto es que no siempre fue así. Bugatti en la actualidad no está presente en ninguna competición automovilística, pero sí lo estuvo en la Europa del período de entreguerras. Hoy repasaremos la historia del mítico Bugatti Type 35: hablaremos de su origen, sus victorias más icónicas y los factores que provocaron su decadencia y retiro de la competición.
Origen
Los inicios de la marca de Ettore Bugatti en el mundo de la competición se remontan al año 1910. Justo un año después de ser fundada, Ettore Bugatti presentó en el Salón del Automóvil de París su primer coche de carreras, el Bugatti Type 13. Pese a su buen inicio las competiciones se paralizaron por la I Guerra Mundial. Tras el fin del conflicto, Bugatti reanudó la fábrica de Molsheim en 1919. El punto culmen del Type 13 fue en el Gran Premio de Italia de 1921 en Brescia, donde logró copar los cuatro primeros puestos de la carrera en su categoría (Voiturette) ganándose el apodo de Bugatti Brescia. Sin embargo, todo llega a su fin y desde Bugatti surgió la necesidad de crear un nuevo vehículo para grandes premios.
Es aquí cuando entra en juego nuestro protagonista. Tras el fracaso del Type 32 de 1923, conocido también como Tanque de Tours, Bugatti presentó en el Gran Premio de Francia de 1924 en Lyon su nuevo bólido de competición: el Bugatti Type 35. Este nuevo coche no tuvo un debut brillante a causa de la incorrecta vulcanización de los neumáticos Dunlop que equipaba, pero la cosa iría mejorando con el paso del tiempo.
El motor original poseía una cilindrada de 1.991 centímetros cúbicos (Casi 2 L), un peso entre 650-750 kg, una transmisión manual de 4 velocidades más la marcha atrás y una potencia máxima de unos 130 CV. El modelo evolucionó en muchas versiones distintas, como el Type 35A, 35B, 35C, 35T, 37, 37A, 39 y 39A. Todas estas versiones se diferenciaban por sus especificaciones técnicas, pero estéticamente eran muy similares.
Los éxitos más importantes
Este modelo consiguió pasar a la historia por dominar los grandes premios de la segunda mitad de la década de los 20. La prueba en la que más destacó fue en la famosa Targa Florio, la carrera que recorría parte de la isla de Sicilia. En ella, el Type 35 logró cinco victorias consecutivas: las dos primeras en 1925 y 1926 de la mano de Meo Costantini; en 1927 con Emilio Materassi; y finalmente Albert Divo en 1928 y 1929. La edición de 1928 de la Targa Florio estuvo marcada por la tragedia, al fallecer Pietro Bordino con un Type 35C. También fue la carrera en la que se dio a conocer al mundo una de las mayores mujeres piloto de la historia de los GP, la checoslovaca Elizabeth Junek.
1926 fue el punto culmen de Bugatti, al ganar el título del Campeonato Mundial de Constructores de la AIACR (uno de los dos antepasados de la Fórmula 1 moderna), ganando tres de las cinco pruebas del calendario. Desde 1928 muchos de los grandes premios fueron ganados por el monegasco Louis Chiron, como los GP de España e Italia de 1928. Pero la gran victoria por la que seguramente muchos recuerdan a este modelo fue la que consiguió el británico William Grover-Williams en la primera edición del Gran Premio de Mónaco de 1929.
Las potencias del eje: el principio del final del Type 35
Pese a que se mantuvo muchos años en la cima, el ciclo de vida del Bugatti Type 35 llegó a su fin con el impulso de marcas como Alfa Romeo, Maserati, Mercedes-Benz y Auto Union por parte de sus respectivos gobiernos. Los italianos empezaron a dominar la década de los 30 en las pistas, pero con la llegada al poder de Adolf Hitler en Alemania en 1933, se lanzó una iniciativa para subvencionar toda marca alemana que quisiese participar en los Grandes Premios. Esto hizo que desde 1935 hasta el estallido de la II Guerra Mundial, Mercedes y Auto Union dominaran los circuitos, dejando a Bugatti fuera de juego.
Haciendo un balance de conjunto, se produjeron 640 unidades entre todas las variantes del Type 35 desde 1924 hasta 1930. En sus siete años de competición, el modelo ganó más de 2000 carreras entre circuitos y subidas de montaña (Hill Climb), haciendo del Type 35, el coche de carreras más legendario de la historia del automovilismo.