Desde el mismo día que André Citroën fundó su compañía para la fabricación de automóviles, la innovación y la valentía han sido uno de los pilares de la marca francesa, aunque en ocasiones, más que innovación había ambición, como en el caso del Citroën SM, o exceso de valentía, como en el caso del Citroën AMI 6. Sin embargo, a excepción de un par de ocasiones –en los 90 y entre 2010 y 2019–, Citroën siempre ha seguido su propio camino tanto a nivel estético, como de soluciones técnicas. Peugeot, que se hizo con el control de la firma en 1977, ha limitado un poco las aventuras locas de Citroën, pero solo un poco.
El Citroën SM se lazó al mercado antes de que llegara Peugeot, al igual que el Citroën AMI 66, aunque cada modelo tuvo un destino muy diferente. Por ejemplo, el SM, bonito y auténtico reflejo de lo que representaba Citroën en los 70, fue uno de los motivos por los que Peugeot se hizo con el control de la firma de los chevrones. Sin embargo, el AMI 6, a pesar de su peculiar imagen, resultó ser un coche de éxito con más de un millón de unidades vendidas. Curioso, ¿verdad? De todas formas, hay que tener en cuenta que cada modelo tenía un objetivo distinto y se lanzó en un momento distinto, aunque ambos con la auténtica esencia de la compañía francesa.
La historia del Citroën AMI 6 es interesante y se basa en la más pura lógica del momento. Aparecido el 6 de abril de 1961 –en 2021 cumplió 60 años–, el AMI 6 era un coche básico, sencillo, que se desarrolló sobre la base del Citroën 2CV con la intención de ocupar el enorme hueco que había entre el mencionado 2CV y el DS. Que se usara la base del 2CV fue un requisito que puso la directiva de la marca con el objetivo de reducir los costes. Así, la plataforma, las suspensiones y el motor, se compartían con el mítico Citroen 2CV. Esto significa que estaba animado por un dos cilindros refrigerado por aire de 602 centímetros cúbicos que rendía 22 CV, aunque esto fue inicialmente, pues con el paso del tiempo aumentó poco a poco la potencia, en paralelo, obviamente, al 2CV. Por ello, en 1963 pasó a rendir 25 CV y en 1968 se aumentó hasta los 32 CV –con el bloque M28, que también tenía 602 centímetros cúbicos–.
Muchos dirán que el Citroën AMI 6 era en realidad un 2CV con otra carrocería, pero estarían equivocados, pues el AMI 6 era ligeramente más grande y sus objetivos eran bien distintos. Cuando Flaminio Bertoni se puso a diseñarlo, buscó mucho espacio interior, versatilidad con un enorme maletero con un acceso igual de grande y una imagen con una personalidad desbordante. De hecho, fue el primer proyecto que Bertoni pudo desarrollar sin tener que seguir las indicaciones y las limitaciones de terceros, así que aprovechó para explayarse y desarrollar soluciones como su particular lunes trasera, que según explicó Bertoni, se dibujó así para mejorar el espacio interior y la capacidad del maletero, al tiempo que se mantenía la luneta trasera limpia y lejos de la suciedad y se ofrecía una silueta de tipo sedán.
Entre las curiosidades del AMI 6, estaba su orientación femenina. El público principal del coche eran las “mujeres modernas”, de hecho, en el catálogo se podía leer claramente un eslogan que decía “para usted, señora”. Una acción comercial que hoy día sería centro de todas las polémicas.
Al inicio hemos hablado sobre sus ventas, que superaron el millón de unidades, pero en realidad, el Citroën AMI 6 no tuvo tanta repercusión. Las ventas se dispararon cuando se lanzó al mercado la versión familiar del modelo, el AMI 6 Break, del que se vendieron alrededor de 550.000 unidades. Esta versón, el Break, fue la única que llegó a España peninsular –si llegaron unidades del AMI 6 a Canarias–, se fabricó en Vigo y como la palabra Ami estaba registrada por un fabricante de galletas, se comercializó bajo la denominación de Citroën 3CV Break, que fue cambiada posteriormente por Citroën Dynam y finalmente, a Citroën C8 cuando se lanzó el AMI 8 francés.
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