El Shelby Cobra es un icono, un vehículo por el que muchos están dispuestos a pagar millones, pero por lo general, siempre se olvida a su “hermano gemelo”, el AC Cobra. En realidad, cabría decir que el Shelby es en realidad el hermano, porque todo el conjunto gira en torno al AC Ace de la década de los 60 y de un enorme V8 yankee.
Cierto es que no estamos hablando de un AC Ace tal cual, sino de una versión del mismo modificada para poder acoger el bloque V8 Ford que había conseguido Carroll. Se reforzó la carrocería, se revisaron y reforzaron las suspensiones y se instaló, entre otras cosas, un diferencial trasero más robusto y capaz de soportar los envites del propulsor norteamericano.
El AC Cobra se fabricó entre 1962 y 1966 y se comercializó en Europa, mientras que hasta 1969, tras el fiasco económico de AC Cars, se comercializó el AC 289, básicamente un AC Ace con el V8 de 289 pulgadas cúbicas. Los Cobra estadounidenses, por aquellos años, se fabricaban en Reino Unido y se importaban a Estados Unidos, donde Shelby les realizaba las modificaciones pertinentes. Así, finalmente, cuando AC dejó de producir coches, fue Shelby quien siguió dando vida al cobra.
El AC Cobra se fabricó entre 1962 y 1966 y se comercializó también en Europa
Sin embargo, la electrificación ha llegado antes a AC Cars que a Shelby, pues han puesto a la venta el AC Cobra Series 4 Electric, es decir, un Cobra con motor eléctrico. ¿Blasfemia? Habrá quien diga que sí, pero tal y como se están poniendo las cosas, quizá sea incluso una buena idea. Además, no es el primer Cobra eléctrico que AC Cars pone en circulación, ya que el año pasado dieron a conocer el Cobra Series 1 Electric, con carrocería de aletas estrechas.
Para el Cobra Series 4 Electric, la compañía ofrece dos versiones, una con 323 CV y otra más salvaje con 625 CV. La primera suma 500 Nm de par, permite acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y una autonomía de 305 kilómetros. Puede que parezca poca cosa, pero un Cobra con motor V8 de carburadores no ofrece mucho más alcance, aunque sí presenta menos peso que los eléctricos. El añadido de las baterías, un problema bastante común, suma kilos a la ecuación y con el motor “pequeño” se sitúa en 1.190 kilos.
La versión más potente, con 625 CV, es algo más pesada al dejar la báscula marcando 1.240 kilos, pero anuncia un par de nada menos que 1.000 Nm y un 0 a 100 km/h en 3,8 segundos. No obstante, su autonomía es bastante limitada y sólo promete 260 kilómetros.
Cuenta con algunas pegas, como cargas a sólo 6 kW (puede tardar más de ocho horas en completar una carga), pero no es un coche que necesite rapidez en las recargas porque se pasará semanas parado en el garaje.
Se tiene previsto comenzar con las entregas para finales de 2021, con precios que parten de los 172.000 euros para el AC Cobra Series 4 Electric de 313 CV, mientras que el más potente tiene un precio que arranca en 195.000 euros. No son baratos y su disfrute está bastante limitado, pero por algún lado se empieza con este de la electrificación, ¿no? Al fin y al cabo, nos quieren prohibir disfrutar de los motores de combustión.
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