Alfa Romeo afronta un futuro prometedor, o eso al menos nos dicen desde la propia compañía, Apostarán por la electricidad, cuyo primer paso fue la puesta en circulación del Alfa Romeo Tonale con sus grupos propulsores híbridos y el siguiente paso ha sido todo un órgano con el Alfa Romeo 33 Stradale, basado en el Maserati MC20 pero con la sorpresa de una versión totalmente eléctrica, el primer coche eléctrico de la firma italiana que casi ha pasado desapercibido, pues toda la atención se ha centrado en el diseño, inspirado en el mítico Alfa 33 Stradale de la década de los 60.
El futuro de Alfa empieza ahora, con el señor Imparato a los mandos. Imparato fue quien hizo resurgir a Peugeot y la encumbró hasta donde se encuentra actualmente, siendo una auténtica referencia en cuestiones de electrificación o calidad de producción. Sin embargo, el futuro de Alfa Romeo pasa por dejar de lado su deportividad y convertirse en una compañía más “estandar”, aunque no se dejará totalmente de lado esta vertiente inseparable de la marca italiana, pues se tiene previsto lanzar al mercado diferentes modelos de altas prestaciones y diseños, como muchos Alfisti esperan, con el más puro “Cuore Sportivo”.
¿Qué significa esto? Pues que atrás quedarán coches como el Alfa Romeo 33 Quadrifoglio Verde, la versión más prestacional del estigmatizado Alfa Romeo 33 de los años 80. Estigmatizado y con razón, porque no fueron pocos los que dieron problemas de toda índole, aunque también es cierto que no toda la culpa se la podemos achacar a la marca, pues en aquellos años las huelgas e incluso los sabotajes en las líneas de producción fueron relativamente recurrentes. No obstante, la Anonima Lombarda revisó y corrigió fallos a lo largo de la vida del modelo, hasta lograr que fueran coches mucho menos problemáticos, aunque el daño ya estaba hecho y además, de forma brutal, pues ha durado hasta nuestros días, varias décadas después.
El Alfa Romeo 33 se lanzó al mercado para reemplazar al Alfasud y, por tanto, era un modelo importante para la marca. Era el modelo compacto, el encargado de centrar la mayor parte de las ventas de la Alfa Romeo y de verse las caras con nombres de la talla del Volkswagen Golf, del Ford Escort o incluso del Peugeot 309, huesos especialmente duros de roer. Era una época en la que los amigos no existían entre los compactos, y aunque el 33 estaba por detrás de los modelos mencionados en cosas como la calidad de terminación o de ajuste de los elementos, podría plantarles cara en cuestiones como el comportamiento dinámico, que se encontraba entre los mejores de su categoría.
Volviendo al Alfa Romeo 33 QV, tenemos que aclarar una cosa antes de seguir: aquellos coches de aspiraciones deportivas estaban muy lejos de los actuales, los cuales, pueden superar los 250 CV son muchísima facilidad. No obstante, donde nunca ganarán los coches modernos es en personalidad y desde luego, en alma. Los coches modernos no tienen alma, no te hablan como te hablaba un automóvil antes y el Alfa Romeo era de esos coches que se comunicaban con su conductor.
El Alfa Romeo 33 QV seguía las tendencias de aquellos años, y por lo general, los motores atmosféricos de no más de 1.600 centímetros cúbicos eran los más usados. Eso hizo que bajo el capó del 33 QV habitara un bloque de 1.490 centímetros cúbicos con culata de ocho válvulas, alimentado por dos carburadores Weber 40 IDF de doble cuerpo –y tediosos de poner a punto–, capaz de rendir 105 CV a 5.800 revoluciones y un par de 118 Nm, que, además, ofrecía un sonido sin rival. Cosas de ser un motor boxer de origen italiano. De hecho, su condición de boxer era, en parte, lo que ayudaba a ofrecer un comportamental por encima de la media. De primeras, era un motor muy compacto y ligero, que al ser plano, se podía colocar muy abajo en el chasis. Junto al motor, el peso de 840 kilos era otro argumento que destacaba especialmente, sobre todo si lo comparas con sus coetáneos actuales. Como ejemplo comparativo, un Alfa Romeo 147, que sería un equivalente moderno al 33 –se fabricó a comienzos del Siglo XXI–, equipado con el motor 1.6 gasolina de 115 CV, pesaba 1.265 kilos.
El Alfa Romeo 33 QV no acabó aquí su historia, pues a lo largo de la vida comercial del 33 –casi 12 años–, contó con diferentes evoluciones hasta llegar al Alfa Romeo 33 1.7 16v QV, posiblemente, la mejor versión de toda la saga del compacto italiano. Hubo que esperar hasta 1995, cuando el coche se sometió a una renovación total, tanto por dentro como por fuera. El bloque 1.7 16v, que ya contaba con inyección, rendía 137 CV y se valía de un chasis complemente revisado, que lo hacía todavía más rápido y eficaz cuando aparecían las curvas. También fue el Alfa 33 que menos dolores de cabeza provocaba…
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