Hasta la llegada del Giulia, se decía que el último Alfa Romeo “de verdad” fue el 75. Fue el último coche desarrollado sin la influencia de FIAT, el último Alfa de propulsión hasta la llegada del Giulia y el último Alfa Romeo con un verdadero talante deportivo. Así al menos afirmaban los seguidores de la marca y aquellos que se hacían llamar expertos en el tema. ¿Era verdad todo esto? Pues por una parte sí, ya que el reemplazo del Alfa 75, el Alfa Romeo 155, desarrollado ya bajo la influencia de FIAT, se pasó a la tracción delantera al compartir plataforma, entre otras cosas, con el FIAT Tipo y con una larga lista de modelos entre los que estaban el FIAT Coupé o el Alfa Romeo GTV.
En realidad, sería más acertado pensar en el Alfa Romeo 75 como el fin de una era, una bastante nefasta y oscura, llena de restricciones presupuestarias y de decisiones poco acertadas, como la elección de acero de origen ruso para la producción. Es cierto que no quedaba más remedio por tema económicos, pero un auténtico desastre. El Alf aRomeo 75 fue el último modelo es ser desarrollado bajo dichas condiciones y en parte, lograron salvar los muebles con maestría sobre la plataforma del Alfa Romeo Giulietta II, una base que ya procedía del Alfetta y no era precisamente la más puntera del segmento; más bien era la más vieja –había sido superada por todos los rivales muchos años atrás–.
Fue el 17 de mayo de 1985 cuando se presentó el proyecto 162B, basado en un dibujo realizado en el Centro Stile Alfa Romeo, bajo la dirección de Ermanno Cressoni. ERa el Alfa Romeo 75, que saldría al mercado 1986. Era, sin lugar a dudas, un auténtico Alfa, tanto por diseño como por personalidad e incluso en la gama motores, con las versiones Turbo y America como algunas de las más interesantes, pero con otras como el 2.0 Twin Spark como las más vendidas y populares. No en balde, eran también de las más económicas.
No obstante. el Alfa 75 2.0 Twin Spark no era una variante “del motón”, ni mucho menos. Para empezar, contaba con una serie de detalles estéticos propios,como unos paragolpes más envolventes que le daban un aspecto más moderno y de mayor categoría, extensiones de los guardabarros, un pequeño spoiler sobre la tapa del maletero… visualmente era atractivo y dinámicamente también. Era uno de los mejores conjuntos de toda la gama. Sni embargo, los rivales de la época era mucho mejores, ya que se tuvo que enfrentar a coches como el Peugeot 405 Mi16.
El 2.0 Twin Spark era un motor de nuevo desarrollo, que se estrenaba en el Alfa 75. Para su creación, se hizo uso de algunas técnicas que se usaban en competición, como ese “twin spark”, que se puede traducir como “doble chispa”. Es decir, la culata contaba con dos bujías en busca de una mejor combustión. La cilindrada alcanzaba los 1.962 centímetros cúbicos y mediante una mezcla más pobre proporcionada por una inyección Motronic, se anunciaba 148 CV a 5.800 revoluciones y un par de 186 Nm a 4.000 revoluciones. La potencia específica de 75,43 CV/L le permitió, además, situarse entre los mejores cuatro cilindros atmosféricos de la época.
La potencia llegaba a las ruedas traseras mediante un cambio manual de cinco relaciones, unas ruedas que seguían guiadas por un puente De Dion, con los rotores de freno traseros a la salida de la caja de cambios para reducir masas no suspendidas.
El Alfa Romeo 75 2.0 Twin Spark pesaba 1.210 kilos, que hoy puede parecer poco pero en aquel momento, era un peso elevado. Sin embargo, el 75 2.0 Twin Spark se ganó buenas críticas por su comportamiento deportivo aunque algo incómodo cuando el asfalto se degradaba. También se ganó algunas críticas por la pésima calidad del acabado interior o por sus materiales, pero no debemos olvidar que en aquel momento, Alfa Romeo estaba con el agua al cuello y no había dinero para invertir en casi nada.
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