Entre la década de los 30 y la década de los 40, el mundo de las carreras era muy diferente al actual. Por aquellos años, pruebas como la Targa Florio, la Mille Miglia o las 24 Horas de Le Mans eran las principales pruebas del calendario y en las que todo el mundo quería participar. No en balde, eran las más prestigiosas del mundo y por supuesto, también las más pasionales y emocionantes.
El Afa Romeo 8C Competizione rinde homenaje a su homónimo del año 1950
Durante aquellos años aparecieron, además, algunos de los coches más míticos de la historia, automóviles que sirvieron para colocar a determinados fabricantes en lo más alto del particular olimpo de los coches. Es la época en la que Alfa Romeo acumuló casi toda su fama prestigio, no en balde, fue la época en la que el mítico Alfa Romeo 8C lo ganaba todo, o casi todo.
Aquel Alfa Romeo 8C, animado por el legendario ocho cilindros diseñado por Vitorio Jano, ganaba carreras por todo el mundo. Primero fue el Alfa Romeo 8C 2300, luchando en las pistas entre 1931 y 1935, dejando su lugar al Alfa Romeo 8C 2900 para dominar las competiciones entre 1936 y 1941. No había prueba que se le resistiera, forjando el aura que ha tenido la firma del biscione y que, moribunda, todavía perdura.
Incluso tras la Segunda Guerra Mundial se pudo ver al 8C de la Anonima Lombarda ganado carreras. En esta ocasión era el Alfa Romeo 8C 2500 Competizione, que ganó la Targa Florio de 1950 con los hermanos Bornigia al volante, aupando a la tercera plaza de la Mille Miglia del mismo año a Juan Manuel Fangio.
No es de extrañar, por tanto, que Alfa Romeo quisiera rendir homenaje a su mítico modelo allá por 2003, presentando en el Salón del Automóvil de Frankfurt un prototipo de líneas espectaculares, increíblemente sensuales. Casi una escultura con ruedas diseñada internamente por el Centro Stile de la marca. Se llamaba Alfa Romeo 8C Competizione y tuvo una opinión unánime: había que fabricarse semejante belleza.
El éxito del concepto presentado en Frankfurt, el cual se vio acompañado por un todavía más espectacular descapotable, fue tan grande, que la marca llevó a cabo un estudio de viabilidad para llevarlo a producción en una tirada muy limitada. El problema es que la marca no tenía la capacidad para fabricar un coche como ese, así que se aprovechó la pertenencia al Grupo FIAT para ello.
Haciendo uso del banco de órganos de la marca, en el que estaban presentes Ferrari y Maserati, la creación de una versión de producción se puso en marcha. Sería Maserati quien lo ensamblaría y Ferrari quien pondría el propulsor, mientras que la plataforma, fabricada con acero por ITCA Produzione (situada en Grugliasco), sería específica. Dicha plataforma se desarrolló igualmente haciendo uso del material disponible en el banco de órganos del Grupo FIAT y en esencia era una mezcla entre el Maserati Coupé/Spyder y el Maserati Gran Turismo, más algunos elementos de Alfa Romeo adaptados y modificados.
La plataforma contaba también con sendos subchasis delante y detrás, para soportar motor, caja de cambios y suspensiones, un sistema de doble horquilla con la arquitectura básica similar a las del Quattroporte, pero con casquillos, geometría y conjunto muelle-amortiguador específicos. La carrocería era fabricada con fibra de carbono, los frenos los suministraba Brembo y las llantas, con el típico diseño Alfa, tenían 20 pulgadas.
Bajo el sugerente capó habita un V8 de 4,7 litros, el motor “Tipo F136 YC” totalmente fabricado en aleación, con un ángulo entre bancadas de 90 grados. La distribución es por cadena, con cuatro válvulas por cilindro, variación de fase continua en admisión y cárter seco. El motor era ensamblado por Ferrari y esencialmente, se trataba de una versión modificada del V8 4.2 de Maserati (usado en los Quattroporte y Gran Turismo).
Rendía 450 CV y 480 Nm de par, enviados a las ruedas traseras mediante una caja de cambios secuencial de seis relaciones en posición transaxle, junto a un diferencial de deslizamiento limitado.
La fabricación del Alfa Romeo 8C Competizione arrancó en 2007 y finalizó en 2009, no es un clásico todavía, al menos en cuanto a fechas. No obstante, se fabricaron sólo 500 unidades (Alfa recibió cerca de 1.400 pedidos) y es uno de los Alfa Romeo más especiales de los últimos tiempos. No cabe duda de que es un coche de colección desde el primer día.
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