La historia de Alfa Romeo está repleta de éxitos en competición, así como de modelos míticos, como el fabuloso Alfa Romeo Giulia TZ. Un automóvil que desarrolló, en realidad, Auto-Delta, la que posteriormente fue la división deportiva de la marca italiana, y también, con Zagato, quien se encargó de su carrocería. De hecho, las siglas TZ significan “Tubulare Zagato”, en referencia a su chasis tubular y a su carrocería diseñada por Zagato.
Autodelta, a comienzos de la década de los 60, era una entidad independiente de Alfa Romeo, pero contaba con un fuerte apoyo de directo de la marca hasta que, en 1964, fue absorbida y pasó a formar parte, oficialmente, de Alfa Romeo, dando vida a la división deportiva de la compañía italiana durante muchos años. Sin embargo, cuando se comenzó con el desarrollo del GIulia TZ, Auto-Delta todavía no estaba integrada en la firma italiana, pero ya estaba haciéndose cargo de los vehículos de competición de la marca.
No obstante, decir que fue Auto-Delta quien se encargó del desarrollo del Giulia TZ, no es del todo correcto. En realidad, los ingenieros de Alfa Romeo estaban trabajando en un automóvil de altas prestaciones, que estaría construido alrededor de un chasis tubular de diseño propio de Alfa Romeo, el cual, estaría vestido por una carrocería aerodinámica, fabricada con aleación y diseñada por Zagato. La mecánica estaría derivada de la montada por el Alfa Giulia. El chasis, finalmente, lo fabricó SAI Ambrosini siguiendo especificaciones estrictas de los ingenieros de la marca, la carrocería la fabricaba Zagato y Auto-Delta se encargaba de montarlo todo y de poner a punto los órganos mecánicos procedentes del Giulia, contando con la asesoría de Carlo Chiti.
Auto-Delta, además, también desarrollo el motor del Alfa Romeo Giulia Ti, un cuatro cilindros de 1,6 litros, que era capaz de rendir 160 CV gracias, entre otras cosas, a nuevos carburadores Weber de doble cuerpo y a una compresión que pasaba de 9,7:1 a 11,4:1. Puede parecer poca potencia, pero era 1962 y el Giulia TZ no llegaba a 700 kilos…
Se fabricaron un total de 117 unidades del Alfa Romeo Giulia TZ entre 1963 y 1966, todos ellos carrozados por Zagato, pero Auto-Delta también suministró bastidores rodantes a otras compañías, concretamente, dos bastidores rodantes del TZ2, la segunda versión que se lanzó en 1967 y contaba con una evolución del motor que rendía 170 CV, así como algunos cambios en el chasis y en la carrocería, que fueron parar a Bertone y a Pininfarina. El primero desarrolló el Alfa Romeo Canguro, dado a conocer en el salón de París de 1964, un coche diseñado por el polifacético Giorgeto Giugiaro, pero, aunque se llegó a proponer una tirada limitada, Alfa Romeo se negó en rotundo.
Pininfarina, por su parte, presentó su propia versión del Giulia TZ2 en el salón de Turín de 1965 y lo denominó Alfa Romeo Giulia 1600 Sport, cuyo diseño corrió a cargo de Aldo Brovarone, quien destacó especialmente en los años 60 con trabajos muy logrados. Es Giulia 1600 Sport es una clara muestra de ello, aunque por desgracia, igual que ocurrió con el Canguro de Bertone, solo se fabricó una sola unidad y es, posiblemente, uno de los Alfa Romeo TZ2 más especiales y originales de todos los producidos. Sobre todo, porque Brovarone acentuó todavía más la baja altura del chasis, con una carrocería las larga, más estirada, y con mayores voladizos. Los guardabarros delanteros también estaban mucho más marcados y en capó, por su parte, contaba con un ligero pliegue que partía del emblema de la marca y terminaba en la base del parabrisas. Para muchos, era una visión de como sería un Dino 206 GT con el motor delantero (el Dino 206 GT se presentó ese mismo año y también era obra de Pininfarina).
Curiosamente, tanto el Canguro de Bertone como el Giulia 1600 Sport, son propiedad del mismo coleccionista japonés. El Canguro acabó casi destruido en unas pruebas, pero fue totalmente restaurado y mostrado al público en 2005. El Giulia 1600 Sport, por su parte, ha llegado casi original hasta nuestros días, apareciendo después de varias décadas durante la celebración del Concorso d’Eleganza Villa d’Este de 2010, momento en el cual, como curiosidad adicional, se reencontró con Aldo Brovarone.
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