
¿Cómo podríamos definir la belleza? ¿Acaso alguien puede describir, claramente, qué es bonito y qué no? Siempre se ha dicho que para gustos los colores y que cada uno tiene el suyo particular, así que, sencillamente, quien afirme ser capaz de definir la belleza miente como un bellaco.
Sin embargo, aunque no podamos definir que es bonito, si nos atreveremos a decir que el Aston Martin Vantage Volante “Special Edition” podría ser un ejemplo de belleza, ¿o no? ¿Acaso sus formas no son atractivas y sus proporciones equilibradas? ¿Acaso no resulta placentero posar la vista sobre su línea de cintura paralela al suelo? ¿El cuero que recubre el interior, en ese tono verdoso, no resulta interesante y atrayente?
Aston Martin, casi desde el primer automóvil fabricado, siempre ha sido una marca con una personalidad fuertemente definida, claramente identificable. Pocos fabricantes puede igualar la esencia y la presencia de un Aston Martin en la carretera, son coches que tienen algo especial, independientemente de su época y de sí, también, su fiabilidad es digna de confianza. Debemos ser justos, por muy bonitos que sean, Aston Martin tuvo una época oscura en cuanto a fiabilidad…
El Aston Martin Vantage Volante “Special Edition” bordea esa época turbia de la firma británica, una era que dio a luz algunos de los modelos más delicados, pero también más brutales de la firma. ¿Nadie recuerda el Vantage V600? Una de las creaciones más salvajes de la firma, sin lugar a dudas, que tiene mucho en común con el Vantage Volante Special Edition. De primeras, ambos comparten la misma base, aunque cada uno tenga sus propias especificaciones y sus propias prestaciones.
Un descapotable que nunca llegaría
La historia del Aston Martin Vantage Volante “Special Edition” comienza en los años 90, cuando la compañía británica no tenía uno de sus mejores momentos, aunque esto, en realidad, podría definir casi toda la historia de la marca. El Vantage era el pilar de las ventas de la marca y la base para casi todas las creaciones que lanzó en aquellos años, aunque estuvieron durante mucho tiempo con la negativa rotunda a fabricar una versión en especial que pedían los clientes. En aquellos años, el Vantage contaba con una versión sobrealimentada con 550 CV –el V550–, una bestia que se ofrecía únicamente con carrocería coupé.
El caso es que los clientes, en aquellos años, tenían unas capacidades económicas encomiables y no fueron pocos los que presionaron hasta que, contra todo pronóstico, la directiva dio luz verde a la creación de una versión descapotable de dicha versión. El especialista en Aston Martin, Nicholas Mee, le dijo a la revista Classic Driver que “es un hecho: desde el día que se lanzó el Aston Martin supercharged Vantage en 1993, los clientes querían saber cuándo estaría disponible una versión descapotable. Pero la respuesta oficial fue un mensaje muy claro: no habrá descapotables”.
Y en realidad no lo hubo, pues los insistentes y acaudalados interesados, tuvieron que esperar hasta nada menos que 1999. Kingsley Riding-Felce, quien estaba al mando de la división Aston Martin Works, llevó a cabo un estudio de viabilidad y los resultados se presentaron al consejo de administración, quienes autorizaron la producción de solo ocho ejemplares. Es más, los ocho coches se vendieron “de palabra”, es decir, fue casi un secreto, se prescindió de publicidad, sin que prensa supiera nada al respecto hasta que los ocho coches estaban fabricados y entregados a sus propietarios.
Uno de los Aston Martin más especiales, pero uno de los más desconocidos
Las ocho unidades se vendieron a un precio estratosférico para la época: 230.000 libras, equivalentes a casi medio millón de euros en 2024. Pero no solo fue un coche creado en secreto, también fue uno de los últimos Aston Martin que se fabricarían en Newport Pagnell y solo tres tenían volante a la izquierda. Además, también se fabricó otro ejemplara sobre un chasis largo, destinado a un cliente muy, muy importante. Y decimos “chasis largo”, porque el Vantage Volante “Special Edition” tiene una longitud total 200 milímetros más corta que un Vantage estandar de la época.
Ninguna de las ocho unidades es igual a otra, todas se crearon según solicitudes de sus compradores y es curioso que, a pesar de su condición tan especial, no es un coche muy conocido por los coleccionistas y hasta para los fanáticos de la marca. Rara vez aparece un ejemplo a la venta, pero cuando lo hace, los precios se disparan de forma exponencial.
Si un Aston Martin ya es especial, el Vantage volante “Special Edition” va un paso más allá y no solo luce la característica belleza de todo modelo de la marca, también desprende el aura de ser casi únicos y, desde luego, brutales, pues no olvidemos que bajo el pie derecho hay 550 CV disponibles –600 CV si se optaba por el kit que la marca ofrecía–. Y también deja una cosa clara: la belleza no está solo en las formas, ¿verdad?
