Audi es un fabricante de enorme prestigio y super respetado, uno de los tres “caballeros” alemanes que dominan el segmento premium con automóviles de altas prestaciones, elevada calidad y mucha tecnología. Pero no siempre fue así, la firma de los aros se ha tenido que ganar el hueco que hoy ocupa con trabajo duro, tesón y automóviles espectaculares. ¿Acaso el Audi RS2 no es algo fuera de lo normal?
El 100 S4 fue una de las berlinas que abrió la puerta a Audi al segmento premium
Ese coche, precisamente, fue uno de los que abrieron las puertas de la alta gama de par en par, un modelo por encima de la media y realmente único. Sin embargo, Audi ya llevaba tiempo ganándose su hueco entre los fabricantes de prestigio, Volkswagen enfocó muy bien los esfuerzos con la firma de los aros para lograr que se posicionara lo más alto posible en el mercado. De hecho, el primer cambio que hizo Volkswagen y que resultó vital, fue cambiar el nombre de Auto Unión a Audi, aunque esto es otra historia.
Audi escalaba posiciones entre los fabricantes poco a poco, pero en los años 90 subió varios escalones casi de un salto. Fue una de las mejores épocas para la marca alemana, lanzando modelos que fueron clave en su devenir, como la cuarta generación del Audi 100, nuestro actual Audi A6 (cambio de nombre con el restyling de la segunda generación). La cuarta entrega del Audi 100, el “C4”, fue el modelo que estrenó los motores V6 en la marca y la primera versión deportiva, el Audi S4.
El Audi S4 (o Audi 100 S4, como también se le conoce) fue el primero de una saga que todavía hoy perdura, aunque ha sido superada en prestaciones por los RS, otra saga que vio su inicio con el mencionado Audi RS2. El S4 se presentó en mayo de 1991 con motivo del Salón del Automóvil de Barcelona, mismo evento que eligió SEAT para presentar la primera generación del Toledo, uno de los coches más exitosos de la SEAT de Volkswagen.
Su andadura comercial dio inicio en 1992, con un precio en España de 6.545.668 pesetas, aproximadamente unos 65.931 euros actuales. No era, por tanto, un coche barato (tampoco lo son ahora), pero era un automóvil especial y superlativo en muchos aspectos. Nació con la intención de adentrarse en el segmento que dominaba con demasiada tranquilidad el BMW M5 y donde también habitaba el genial Mercedes 500 E (fabricado por Porsche, recordad).
La primera entrega del Audi S4 escondía bajo su capó el mismo 5 cilindros con 2,2 litros y turbo del Audi quattro con la potencia subida hasta los 230 CV y el par hasta los 350 Nm, cifras que hoy no sorprenden pero que le permitía completar el sprint en menos de siete segundos, lo que era muy respetable a comienzos de los 90. Por supuesto, la tracción total quattro estaba presente y contaba con dos diferenciales Torsen para máxima adherencia.
Con el restyling y el cambio de denominación a Audi A6 llegó el bloque V8 procedente del Audi A8, un motor con 4,2 litros que rendía 340 CV y ya sí, convertía al ahora Audi A6 en un sedán de prestaciones más que respetables. Pero no se llamaba Audi S4, era el Audi A6 S4 Plus.
Una de las curiosidades más destacadas del Audi S4 era sus frenos, conocidos como “UFO brakes”. Se trata de un sistema muy curioso, que buscaba una frenada más potente sin tener que recurrir a enormes discos de freno. Por aquella época, al contrario de lo que ocurre ahora, se usaba llantas relativamente pequeña, 16 pulgadas en el caso del Audi S4. Esto limita el espacio disponible para loa frenos y en Audi crearon una solución muy llamativa para resolver el problema.
Los frenos funcionan como cualquier otro sistema, es decir, un rotor sujeto al buje «mordido» por una pinza equipada con pastillas, pero la diferencia radicaba en que ese rotor no tenía forma de disco, sino de anillo con la pinza colocada en el interior del mismo. De esta forma se podía aumentar el diámetro del rotor sin cambiar a unas llantas más grandes. El apodo de «UFO brakes» viene dado porque el conjunto rotor-pinza, va metido en una especie de segunda llanta de acero, una jaula cuya imagen parece un platillo volante.
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