No son pocos los que desean tener un Audi en la puerta de casa y poder conducirlo siempre que quieran. No en balde, Audi se ha convertido en una de las marcas más respetadas del panorama mundial, pero no siempre ha sido así, aunque a muchos les parezca que sí. Audi, en realidad, tuvo que ganarse su lugar “entre los grandes” a base de esfuerzo y a base de buenos productos. Y todo empezó hace bastante tiempo, con un crecimiento muy progresivo y calculado, que da la impresión que Audi siempre estuvo al mismo nivel de Mercedes. Pero, remetimos, no es así totalmente.
La Audi actual, en realidad, son los restos que quedaron de Auto Union cuando Volkswagen le compró la compañía a Mercedes. Auto Union, como muchos ya sabréis, estaba formada por cuatro marcas: Horch, DKW, Wanderer y Audi, cada una de ellas representada en el logotipo de la empresa por un aro, que se enlaza con los demás –sí, cada aro del logotipo representaba a una marca–. El caso es que Auto Union tenía unos fuertes lazos con el régimen Nazi de la Segunda Guerra Mundial y en Volkswagen querían borrar del mapa dicho asunto.
Es una situación curiosa, porque Volkswagen es el resultado de un proyecto nazi para crear “el coche del pueblo alemán” –Volkswagen, significa, literalmente, coche del pueblo–. Sin embargo, cuando se hicieron con el control de Auto Union, esa referencia con los nazis no era tan patente en Volkswagen como en Auto Union. Y para borrar esa relación, decidieron que Audi, una marca casi moribunda y sin casi reconocimiento, fuera la encargada de dar nombre al consorcio alemán tras su pago a manos de Volkswagen.
Acto seguido, comenzó una reestructuración que influyó, como cabe esperar, en todos los modelos que fueron sacando durante los años siguientes. Cada generación era mejor que la anterior y Audi mejoraba poco a poco su reputación y su imagen. Así llegaron a los años 80, con el Audi 80 en circulación, un coche que supuso un enorme éxito de ventas y un aumento de la reputación de la marca considerable. Sin embargo, todavía faltaba un poco, todavía había que mejorar para que la maca fuera, por fin, considerada dentro del segmento premium. El Audi 80 había alisado mucho el camino, sobre todo con versiones como el Audi S2 o el sensacional Audi RS2, pero aún faltaba un pasito.
Ese pasito, finalmente, se pudo dar en 1994, con el lanzamiento del Audi A4. Con este coche, la firma alemana buscaba varias cosas. Por un lado, se ponían en circulación un reemplazo para el exitoso Audi 80, se aumentaba la calidad y se abría la puerta a una nueva era. El A4 también adoptó la nomenclatura que se usa actualmente y que provocó, además, que el mítico Audi 100 pasara a denominarse Audi A6 –se estrenó con el Audi A8–. Aunque se cambió la denominación, se mantuvo el código interno y por ello, la primera generación del Audi A4 se conoce como B5. La B se estableció como distintivo interno con la primera generación del Audi 80, el cual, era el B1. Luego llegó el B2, el B3 y el B4 –la base para los Audi Coupé y Audi RS2– y con el lanzamiento del B5, se cambió la denominación comercial, pero no la interna.
Pero además de todo esto, el Audi A4 también adoptó el lenguaje de diseño que caracterizó a los productos de la marca durante muchos años –y que también estrenó el Audi A8–. De hecho, los rasgos que estrenó el A4, que fuero una evolución desde el Audi 80 –el B4–, sirvieron de base para la evolución del diseño de la marca durante al menos otros 15 años.más. Puede que incluso más, porque la última generación del Audi A4 sigue luciendo algunos rasgos de aquella primera iteración de 1994.
En el habitáculo también se llevó a cabo un cambio drástico respecto al 80. Tanto por diseño como por materiales, el Audi A4 dio un salto cualitativo y cuantitativo enorme. Se colocó muy por encima del 80 y a un nivel que nada tenía que envidiar al BMW Serie 3 e46, que se había puesto en circulación casi al mismo tiempo. Estos dos modelos, el A4 y el e46, presentaron algunas de las batallas más notables de los últimos años, con seguidores acérrimos y disputas en el Británico de Turismos que pasarán a la historia.
De entre todas las versiones que se lanzaron del Audi A4, una de las más populares fue la equipada con el multifacético motor 1.8 20 válvulas turbo, que se ofrecía con potencias que iban desde los 150 hasta los 180 CV. No podemos olvidarnos del más que mítico motor 1.9 TDI, que se ofreció en todas sus versiones, salvo la de 160 CV, que fue exclusiva del SEAT Ibiza Cupra TDI. Es decir, se ofreció con 90, 130 y 150 CV. También se ofrecieron dos bloques V6, además del V6 biturbo del Audi RS4 con 380 CV.
El Audi A4 fue un rotundo éxito, se vendieron 272.000 unidades y sirvió para colocar a Audi entre los fabricantes premium. El A4 fue ese pequeño paso que logró cambiar la percepción de los usuarios, quienes comenzaron a ver los cuatro aros en el frontal como algo especial. Las siguientes generaciones del modelo se basaron en los mismos pilares y han convertido al Audi A4, con el paso de los años, en uno de los modelos más vendidos de la firma y en uno de los más deseados de su categoría.
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