Algo deben tener los coches “viejos”, para que su popularidad sea cada día más elevada. En las últimas semanas, hemos conocido dos modelos que reciben altas dosis de atenciones y rejuvenecen sin descuidar su esencia original, como son el Bizzarrini 5300 GT Corsa Revival y el Jaguar XK120 European. Dos creaciones que, te gusten o no los restomod, no dejan indiferente a nadie y tienen un aura especial que los hace destacar por encima del resto de coches del mercado.
Para esta ocasión, tenemos que sumar un nuevo restomod que, como en los casos mencionados, busca darle una segunda vida a un modelo con varias décadas a sus espaldas, pero sin que ello suponga perder su espíritu original. Ese coche es el Austin Healey 100, un roadster de la más pura esencia británica, fabricado entre 1953 y 1956. Concretamente, se basa en el BN1, la primera generación del modelo, si podemos considerarlo así pues en aquellos años, como seguramente muchos ya sabréis, la evolución de los coches era un tanto diferente a la actual y no se considerar “generaciones”.
Olvidando ese pequeño detalle, que no afecta en nada a lo que nos concierne, merece la pena destacar que el Austin Healey 100 recibía esa denominación en referencia a su velocidad de 100 millas/hora, 160 km/h. Sí, hoy resulta una velocidad un poco limitada, pero en la década de los 60 era una cifra respetable he incluso deportiva. La primera vez que el Austin Healey 100 apareció, fue con motivo del Salón del Automóvil de Londres de 1952 y fue reemplazo por el más famoso Austin Healey 3000, cuyo parecido estético es una característica que puede conducir a error, pues el 3000 es bastante más rápido que el 100.
¿Y si hubiera contado con las herramientas y las técnicas actuales?
Bajo la denominación de Healey by Caton, nos llega una creación que, como en otras ocasiones, cuida especialmente los detalles y procura que la autenticidad sea máxima aunque, evidentemente, hay cosas que no permanecen igual. No obstante, los responsables de este coche, la empresa británica Caton, han tomado un camino que podría ser todo un acierto. Cuando comenzaron con el proyecto, lo primero que hicieron fue preguntarse qué habría hecho Healey, si hubiera contado con las herramientas y las técnicas actuales. Así lo afirma el director de diseño de Caton, Darryl Scriven, quien también comenta que la creación de este restomod es una forma de homenaje al modelo original.
Lo primero era mantener el diseño exterior lo más fiel posible, pero dotando al coche de una imagen ligeramente más actual, con líneas más limpias y suaves. No en balde, el propio Scriven también afirma que Donald Healey acertó de lleno con el diseño del 100 y por tanto, se trata de un apartado que debía ser respetado sin excepciones. Así, el primer paso fue realizar un escaneo completo del coche y realizar modelos informáticos en 3D. Los datos y las reproducciones obtenidas, se emplearon para, mediante mecanizado por control numérico por ordenador (más conocido como mecanizado CNC), se crearon las herramientas necesarias para ensamblar el coche con tolerancias mucho más pequeñas, que las alcanzadas en su momento por Jesen, la empresa responsable de la fabricación de las carrocerías para Austin Healey.
No obstante, aunque se haya empleado tecnología como el escaneo 3D o el mecanizado CNC para la creación de herramientas, la carrocería se fabrica completamente a mano y como ejemplo, mencionar que los paneles que dan forma a su cuerpo, realizados con chapa de aluminio, se moldean con rueda inglesa. Posteriomente, los paneles pasan a ser tratados y pintados de forma que ofrezcan una calidad similar a las de cualquier fabricante de gran volumen, para lo que necesitan nada menos que dos semanas.
Motor reconstruido y chasis actualizado
Evidentemente, tras el escaneo del coche, se desmonta por completo para sanear, reparar y actualizar algunos componentes del chasis. No obstante, en este apartado merece la pena hacer un inciso y dejar claro una cosa: todo se mejora, pero todo sigue igual. Es decir, únicamente se mejoran las suspensiones y los frenos (pasan de tambores a discos), pero el chasis y el esquema de la suspensión son los mismos del modelo original (esto es, por ejemplo, que mantiene la ballesta trasera en lugar de usar muelles helicoidales). No se monta dirección asistida, no se monta ABS ni se monta servofreno, los únicos modernismos que se añaden tienen que ver con la mejora de materiales, un par de puertos USB en el habitáculo y un compartimento portaobjetos en la puerta del conductor.
Aprovechando que se menciona el habitáculo, hay que decir que básicamente sigue igual, salvo unos detalles. Por un lado, los asientos se revisan y se actualizan con tapizado y acolchado moderno y de mayor calidad, al tiempo que se instalan unos pedales más ergonómicos, que quizá sean el elemento que menos cuadra con el coche al ser elementos casi de carreras. El parabrisas es algo más alto, para mejorar la protección contra el aire y se gana en espacio para los ocupantes al estrechar el túnel central.
Dicho estrechamiento se ha logrado al cambiar la caja de cambios de tres velocidades original, por una más moderna de cinco relaciones, que gracias a métodos de diseño y fabricación más modernos, es más pequeña a pesar de tener más relaciones y de ser más resistente. Esta caja de cambios está acoplada al motor original de cuatro cilindros, que ha sido totalmente reconstruido en lugar de recurrir a un motor más moderno. Se cambian pistones, cigüeñal y árboles de levas, al tiempo que se instalan nuevos carburadores Twin H8 más grandes. Con este trabajo se logra un bloque de 2.954 centímetros cúbicos que rinde 185 CV, encargados de mover un conjunto de solo 920 kilos de peso.
Solo se van a fabricar 25 unidades, cada una de las cuales, tendrá un precio cercano a los 600.000 euros, concretamente 570.000 euros (incluye el coche sobre el que realizar el restomod). Se presentará oficialmente en el Salón PRivé de Londres, que se celebra del 21 al 23 de abril.
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