Tras más de una década saliendo de la factoría de Crewe, el Mulsanne ha dejado de producirse, y lo ha hecho con la exclusiva Edition 6.75 como culminación a la tradicional oferta de lujo propuesta por el modelo británico.
Con la cancelación del Mulsanne, el Flying Spur vuelve a situarse en lo alto de la gama de Bentley, tras una década en la que el Mulsanne ocupó tal posición. Diez años durante los cuales se han llegado a producir 7.300 unidades del modelo, todos ellos realizados al más puro estilo artesanal al que nos tienen acostumbrados los ingenieros de la factoría de Crewe.
La penúltima unidad del Mulsanne ha sido una petición especial de un cliente norteamericano en configuración Mulsanne Speed’6.75 Edition dotada con el muy exclusivo acabado Mulliner terminado en color Rose Gold sobre base de Tungsteno. Este modelo ha sido la estrella del evento final recientemente celebrado en la factoría con todos sus trabajadores y el protagonista de las fotografías y el video realizado con motivo de la cancelación de su producción (acelerada a causa del COVID).
Sin embargo, no se trata del último Mulsanne que saldrá de Crewe, pues aún queda pendiente la producción manual de una última unidad del modelo, que la propia Bentley ha calificado como “muy especial” destinada a un cliente que aún no ha sido desvelado y que permanece en el más absoluto de los anonimatos a la espera de su entrega.
La historia del Mulsanne se remonta mucho más allá de la última década, pues esa misma denominación ya fue utilizada por la marca en las series de los 8 litros originales de los años 30. De hecho, fue el último modelo entonces diseñado por el propio W.O. Bentley y una de las bases sobre las cuales se edificó el prestigio de la marca británica. También se produjo otro modelo bajo el mismo nombre entre los años 1980 y 1992, un modelo que nació para reemplazar al Arnage, aunque su éxito fue bastante limitado.
“El Mulsanne es la culminación de cuanto aprendimos sobre la fabricación de automóviles en Bentley durante nuestros primeros 100 años como productores de los mejores vehículos de lujo del mundo”, afirma Adrian Hallmark, actual presidente y director ejecutivo de Bentley. Para Hallmark, “el Mulsanne se ha convertido en un verdadero icono de la marca, y ocupará nuevamente un lugar preferente en nuestra historia, lo que nos hace estar especialmente orgullosos de los cientos de diseñadores, ingenieros y artesanos que dieron vida a todas las unidades producidas durante estos últimos diez años”.
Esta década de producción del Mulsanne se resume en los más de tres millones de horas que los 700 empleados de la marca han invertido durante los últimos once años en hacer realidad los sueños de 7.300 clientes. Más de 42 millones de puntos de soldadura, más de un millón de horas invertidos en el guarnecido de asientos e interiores con las piezas de cuero más suntuosas del mercado y más de 90.000 horas puliendo automóviles son sólo algunas de las cifras más significativas del amor con el que los trabajadores de Crewe se entregaron a su artesanal labor. Una labor de precisión con la que superaron hasta cuatro millones de controles que se efectuaron para comprobar la calidad de todos los modelos producidos.
El Mulsanne se dio a conocer en el Concourse d’Eleganze de Peeble Beach en 2009 con una unidad desarrollada al 100 por ciento en Crewe por los ingenieros y diseñadores de la marca. Su diseño, tanto exterior como interior, cautivó de inmediato a los aficionados al automóvil y su motor V8 de 6.75 litros de capacidad sobrealimentado por un doble turbocompresor encandiló a quienes tuvieron la oportunidad de tomar contacto con el modelo desde sus primeras salidas.
La culminación estética del modelo llegó en 2012, con el lanzamiento de las muy exclusivas terminaciones Mulliner, con sus impresionantes llantas de aleación de exclusivo diseño en medida de 21 pulgadas , los llamativos respiraderos en forma de ala Bentley Flying B y el acabado en cuero acolchado con diamantes de su interior, todo ello combinado con un atractivo techo solar de apertura inclinable elaborado en vidrio tintado. Los afortunados poseedores de tan exclusivo modelo lo podían celebrar además con el selecto enfriador eléctrico de botellas de champagne cuyo exquisito diseño encajaba en perfecta armonía con el resto de los elementos del interior del Mulsanne.
En total fueron tres las actualizaciones introducidas en el Mulsanne durante esta última década. La primera fue la ya comentada del acabado Mulliner. La segunda llegó en 2015. Su apellido Speed dejaba claras las intenciones de Bentley por ofrecer una experiencia de conducción ultra rápida combinada con toda la definición posible del concepto del lujo sobre un automóvil. Para ello recurrió a la incorporación de una nueva versión mejorada del tradicional motor V8 6.75 litros de la marca, que llegó con 537 CV de potencia y un par de 1.100 Nm como principales credenciales, junto a una nueva suspensión deportiva y una dirección mucho más precisa y afinada que las anteriores gracias a las posibles regulaciones en cuanto a su dureza que el conductor podía seleccionar a su gusto.
Finalmente, en el Salón de Ginebra de 2016 Bentley presentó el rediseño del modelo, al que aportó un sinfín de mejoras en materia de lujo que terminaron por encumbrarle como el modelo más lujoso de la historia al combinarlo con los acabados Mulsanne. En esta ocasión los ingenieros de Bentley cambiaron por completo el frontal del coche (capó, pasos de rueda, paragolpes, rejilla, grupos ópticos), aportando una imagen fresca, moderna y muy personal que es la que prácticamente se ha mantenido hasta su momento final. Y todo ello combinado con un interior completamente rediseñado en el que ya se incorporaban las nuevas tecnologías en materia de navegación e infotaitment a bordo.
Esta última remodelación también incrementó la batalla del Mulsanne aportando una importante ganancia de espacio que fue destinada íntegramente a incrementar el espacio para piernas de los pasajeros traseros, lo que supuso una importante ganancia en materia de confort a bordo.