Para todos los fanáticos del BMW M, el primer modelo desarrollado por la firma fue el BMW M1, aunque ya dejaron su impronta en otros aparatos como el BMW 3.0 CSL o el BMW 2002 Turbo. Aquel M1 era una obra de ingeniería y un coche como nunca se ha vuelto a ver en la firma bávara, hasta la llegada del ya extinto e incluso casi olvidado, BMW i8, un objeto de deseo para los coleccionistas y seguidores de la M alemana.
Sin embargo, existe otro modelo de BMW con el toque de Motorsport anterior al M1, un Serie 5 de la generación E12 que no se vendió en Europa, ni siquiera en Alemania o en Estados Unidos. Fue un coche exclusivo para el mercado sudafricano, en donde se vendió para homologar las versiones de competición. Se trata del BMW 530 MLE, un coche realmente raro de encontrar, pero muy perseguido por muchos coleccionistas. Un unicornio, como gusta decir a este tipo de coches.
El BMW 530 MLE fue un coche exclusivo para el mercado sudafricano, en donde se vendió para homologar las versiones de competición
Corría el año 1976, cuando se puso en circulación la primera serie de este raro BMW. Era un Serie 5 fabricado en la planta de Rosslyn, en Sudáfrica, pero contaba con algunas particularidades que lo hacen muy especial. Por ejemplo, bajo el capó había unos seis cilindros en línea 3.0 totalmente atmosférico, capaz de rendir 200 CV y 277 Nm de par (las versiones de competición llegaban a 275 CV). Hacía el 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y podía alcanzar los 208 km/h. Sí, son cifras que hoy las supera cualquier compacto deportivo, pero eran buenos datos a finales de los 70. Más aún en un sedán como el E12.
Todas las unidades se vendieron de color blanco, pero con algunos aditamentos aerodinámicos muy setenteros, necesarios para la homologación. Cosas como el faldón delantero, los aletines adicionales más anchos en los pasos de rueda o el pequeño spoiler sobre la tapa del maletero. Los mismos aderezos que lucía el BMW 2002 Turbo, incluida la decoración con los colores de BMW Motorsport. Un coche en cuyo desarrollo colaboraron los hermanos Schnitzer (antes de fundar la empresa que lleva su nombre), tomando como base de partida el BMW 525. MLE es la abreviatura de “Motorsport Limited Edition”.
Pero no se quedaba aquí la cosa, porque el BMW 530 MLE era un auténtico laboratorio rodante, empleando técnicas de ahorro peso en suspensiones que no se habían visto hasta el momento, aunque no se especificó nunca cuáles eran esas técnicas (¿elementos fabricados en aluminio?). El cambio, por su parte, era una caja Getrag de cinco relaciones, unida al eje trasero mediante un diferencial de deslizamiento limitado y, como cabe esperar, funcionamiento mecánico.
La carrocería empleaba paneles mucho más finos y la pintura tenía menos capas, para reducir el peso todo lo posible, incluso algunos paneles iban agujereados (aquellos que no estaban a la vista) y otros se fabricaban con aluminio. Las llantas las suministraba Mahle, con 14 pulgadas y calzadas con gomas de 195 milímetros de ancho (hoy resultan minúsculas) y los asientos eran obra de Scheel, mucho más ligeros, al igual que la banqueta trasera, que únicamente estaba relleno de espuma. Se fabricaron un total de 110 ejemplares en 1976, más otros 117 ejemplares en 1977.
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