Bugatti acaba de perder su trono. El SCC Tuatara le ha arrebatado de manera escandalosa el récord de velocidad tan largamente trabajado primero por el Veyron y posteriormente por el Chiron Super Sport 300+ y sus 490 km/h. Bugatti está ofuscada, enfadada, cabreada por no haber sido la primera en poder superar los 500 km/h, cifra que fue superada por los 532 km/h alcanzados por el Tuatara, cuyo récord quedó fijado oficialmente en 508 km/h.
Pero, como ha sucedido a lo largo de toda la historia de la marca, Bugatti no se resigna y ya prepara su nueva bala. Un nuevo modelo en el que el fabricante francés va a exprimir como nunca antes la mecánica, la aerodinámica y la construcción ligera del coche para ofrecer el vehículo más radical y extremo jamás producido en serie por la marca con el que luchar por recuperar nuevamente el que considera por tradición su trono.
Y para ello no va a dejar de superarse. El planteamiento lo dice todo desde el mismo nombre elegido para el coche: “Bolide”. No hay dudas: Bólido. Una bala, un misil desatado circulando por las carreteras a todo lo que el cuerpo, su chasis, pueda soportar. Y tendrá mucho que soportar, porque sobre él se va a instalar nada menos que un nuevo motor de 8.0 litros de capacidad y 16 cilindros dispuestos en W que le aportarán 1.860 CV de potencia, cifra que rendirá gracias al uso de combustibles especiales para su uso en competición, pues con un combustible normalizado de 98 octanos como el que se puede comprar en cualquier gasolinera, la potencia máxima “apenas” alcanzará los 1.600 CV). El par no le anda a la zaga, pues entrega nada menos que 2000 Nm de par máximo a 7.025 rpm sobre el banco de potencia.
Un potencial en todo caso brutal que los ingenieros de Bugatti deberán aprovechar al máximo las técnicas de producción ligera de la marca para alcanzar el mínimo peso posible en la construcción del coche garantizando al máximo su seguridad y control dinámico, labor en la cual ya se han fijado alcanzar un nuevo hito, pues su objetivo es que el Bolide ofrezca una aún más impresionante relación peso / potencia de tan sólo 0,67 kilos de peso por CV alcanzado. Hablamos de un peso máximo de apenas 1.240 kg, el peso habitual en un vehículo utilitario y radicalmente inferior al de un Chiron cuyo peso alcanza casi los 2000 kilos. Cifra que ayudaría a que el Bolide pudiera superar los 508 km/h del record mundial alcanzado por el Tuatara oficialmente, pero que Bugatti quiere elevar por encima de los 532 km/h extraoficiales declarados por la marca.
Las primeras simulaciones efectuadas de manera virtual por los ingenieros de la marca sobre el trazado de la pista del circuito de La Sarthe en Le Mans fue de 3:07,1, nada menos que 7 segundos más rápido que el actual récord absoluto de velocidad registrado en el circuito por el Toyota TS050, la unidad con la que Fernando Alonso logró su triunfo en las 24 horas de Le Mans.
El siguiente objetivo que se plantearon los ingenieros de Bugatti fue el de poner al Bolide a prueba en el ya mítico trazado del Nordschleife en Nürburgring, donde las estimaciones del registro alcanzado le sitúan desde el primer momento en un tiempo por vuelta de 5:23.1. a cuatro segundos apenas del brutal registro marcado por el Porsche 919 Hybrid, actual recordcar del circuito.
Tras el anuncio de SCC de la entrada en producción del Tatuara en 2019, el presidente de Bugatti Stephan Winkelmann fue muy claro hace tan sólo ocho meses cuando se dirigió a sus ingenieros y diseñadores para plantearles el nuevo reto de superarse a sí mismo y a obras de ingeniería de la marca como el Chiron Super Sport 300+ o el más reciente Voiture Noire para crear un nuevo súper coche que superara todas las expectativas.
Y a la vista está que a los ingenieros de Bugatti no les puedes echar un órdago. El Bolide es la confirmación de ello. Partiendo de la base rodante del Chiron, de su unidad de potencia y del sistema de tracción a las cuatro ruedas, los ingenieros de Bugatti se aplicaron inicialmente por cumplir con todas las normativas que la Federación Internacional de Automovilismo exige a los modelos que participan en sus competiciones para, partiendo de esa base, progresar en su intento de exprimir hasta el límite de lo posible cada elemento, pieza y componente del bastidor, el chasis, la carrocería y el motor del Bolide.
Así, los cuatro turbocompresores con los que está dotada la mecánica W16 fueron optimizados en su rendimiento introduciendo nuevas e importantes modificaciones en su diseño para permitir que la mecánica elevara el régimen de giro y su rendimiento. Para ello también fue necesario mejorar las condiciones de lubricación entre las piezas móviles de la mecánica y reducir el peso de cada una de las piezas y componentes del motor hasta el límite de sus tolerancias y empleando materiales ultraligeros y de muy elevada resistencia para garantizar tanto su fiabilidad como su durabilidad.
El departamento de ingeniería de Bugatti ha incrementado el uso de materiales ultraligeros y altamente resistentes como el titanio o el magnesio para la redefinición mediante técnicas de avanzada tecnología y gran precisión de algunas piezas tanto en la mecánica como en el resto de componentes del vehículo, como por ejemplo las nuevas llantas de magnesio de 18 pulgadas que equipan al Bolide, de apenas 7,4 kilos en el eje delantero y 8,4 kilos en el trasero, tras las cuales se perciben el potente sistema de frenado de tecnología carbonocerámica y sus discos de freno ventilados por compresores “turbofan” radiales de carbono-titanio. El Bolide calza neumáticos slicks de Michelín, de 340 mm de anchura en el eje delantero y 400 mm en el trasero. El coche cuenta con cuatro gatos hidráulicos para cambiar las ruedas y un sistema de repostaje rápido similar al que se utiliza en la alta competición.
Distintas piezas del coche fueron igualmente esculpidas mediante el uso de nuevos recursos como por ejemplo la avanzada tecnología de impresión 3D de la que dispone el fabricante francés. El conjunto cuenta con numerosas tuercas, cierres y piezas huecas que siguiendo avanzadas técnicas aeronáuticas han sido se han elaborado en titanio e impreso mediante tecnología 3D. Las pinzas delanteras, de seis pistones, apenas pesan 2,4 kilos.
“Hemos liberado al vehículo de todo el equipaje y hemos combinado el motor con el chasis más ligero posible para crear el Bugatti definitivo”, ha afirmado Stephan Winkelmann durante la presentación virtual del modelo que se ha realizado en el día de hoy.
Admisión y escape también han sido objeto de nuevas modificaciones y mejoras para optimizar el rendimiento de la mecánica, al igual que también se ha actualizado el sistema de lubricación del cárter seco y se ha instalado un nuevo sistema de refrigeración para elevar el rendimiento del coche sobre la pista.
El chasis también difiere del utilizado en las últimas realizaciones de la marca. En este caso se trata de un nuevo chasis monocasco elaborado íntegramente en fibra de carbono, ultraligero y muy rígido, a partir del cual los diseñadores de la marca han elaborado una carrocería de atractivo diseño que ya permite en el imaginario de muchos el desarrollo de un futuro vehículo de competición de la marca francesa para el Mundial de Resistencia. El coche presenta unas dimensiones ciertamente reducidas, con una muy baja altura, similar a la de un Type 35, y una longitud incluso más corta que la del Chirón.
Todo ello también viene acompañado de una completa reformulación de los conceptos aerodinámicos que se planteaban en el Chiron para mejorar la estabilidad tanto lineal como lateral del coche y generar un mayor apoyo aerodinámico del mismo. Para ello, el Bolide añade un nuevo y original splitter delantero ajustable en función de la velocidad alcanzada por el coche, una nueva ala trasera móvil en la zaga cuyo efecto se combina con el del renovado triple difusor. Igualmente añade nuevos elementos como una hasta ahora inédita toma de aire con regulación activa sobre el techo de la cabina del vehículo que facilita un mayor control de los flujos de aire hacia el ala posterior del coche.
El resultado de estos y otros cambios de menor importancia es un importante incremento de la carga dinámica que soporta el coche, con un apoyo que a partir de 320 km/h alcanza los 800 kilos de carga aerodinámica sobre el eje delantero y de hasta 1.800 kilos sobre el eje trasero.
Un detalle ciertamente curioso es el diseño en forma de X de los pilotos traseros del coche, un estética que según ha manifestado la propia Bugatti en la presentación del coche, se inspira en el avión a reacción Bell X-1 de finales de la década de los años 40 del pasado siglo, y que le aporta al vehículo una imagen radical y muy potente. Ese mismo diseño en X se aplica en el frontal del vehículo para las ópticas delanteras, donde igualmente llama la atención su capó, plagado de aperturas aerodinámicas para alcanzar una conducción adecuada de los flujos de aire acorde a los intereses del coche.
La base ya está planteada y el potencial es lo que todavía está por pulir, pues sin apenas desarrollo el coche ya pasa de 0 a 100 en apenas 2,17 segundos y alcanza los 200 km/h desde parado en tan sólo 4,36 segundos. Una progresión que le llevaría a superar los 500 km/h en 20,16 segundos.
Por el momento, el Bolide está todavía en fase de desarrollo y apenas se encuentra en su fase inicial de prototipo. Aún habrá de pasar tiempo antes de que el modelo inicie la producción de unidades destinadas a la competición y mucho más antes de aprovechar esas experiencias para crear el modelo destinado a la fabricación una pequeña serie de producción que facilite de nuevo el asalto de Bugatti al récord de velocidad y que este pueda volver nuevamente a las vitrinas de la factoría de Molsheim, sede principal del fabricante francés.