Cuando alguien tiene el dinero por castigo y una imaginación portentosa suelen producirse derrames mentales de los cuales surgen los sueños e innovaciones. Esto es lo que podría pasar si el proyecto de Rafal Czaniecki, un diseñador radicado en la ciudad china de Shenzen, cayera en manos de algún híper millonario de esos cuyas cuentas están plagadas de números con más de 10 cifras. Por que de lo que estamos bien seguros es de que los directivos de Bugatti les pedirían una elevada suma de dinero para producir un vehículo como el que se le ha ocurrido a Czaniecki.
El Bugatti Chiron Terracross es un ejercicio de estilo del diseñador Rafal Czaniecki
Vale que del atelier de Bugatti en los últimos tiempos está saliendo una extraordinaria producción de modelos únicos y ediciones especiales desarrollados tanto sobre la base del Chiron como de otros modelos basados en su misma plataforma. Divo, Centodieci, Pur Sport, Super Sport, La Voiture Noire,… y muchos otros. Pero ninguno de ellos parece una idea tan descabellada como este superdeportivo off road que Czaniecki sueña a partir de un Chiron.
Bugatti no tiene ni SUVs, ni turismos convencionales, ni, desde luego, vehículos off road. No parece que la eterna búsqueda de la velocidad pura a la que se ha consagrado la marca francesa case con la filosofía de esas carrocerías. Y, desde luego, tampoco nos imaginamos a ningún súperdeportivo de la tratando de exprimir el elevado potencial de sus motores W16 sobre las arenas de un desierto o por caminos off-road. Simplemente, no es su estilo.
Pero hoy día todo vale. Y por eso, este Chiron Terracross que propone Czaniecki a modo de sueño bien podría terminar por calar en el anímo de algón potentado que quiera enterrar su dinero en semejante proyecto.
Desde luego, lo que es cierto, es que ya de entrada nadie se queda indiferente ante su propuesta. Incluso algunos se han animado ya a decir, por su cuenta y riesgo, que el modelo “se perfila como una posibilidad de lujo para la marca francesa”, cuando esta ni ha querido pronunciarse sobre este tema y no hay mención alguna a un modelo semejante en ningún comunicado oficial que haya salido de Molsheim.
Teóricamente, el Chiron Terracross es un prototipo surgido de la combinación de dos categorías frontalmente opuestas entre sí: los súperdeportivos de alto rendimiento y los 4×4 o vehículos todoterreno. Según Czaniecki “la industria del automóvil está cambiando a toda velocidad. Ahora las marcas de lujo están lanzando nuevos modelos SUV y explorando nuevos nichos de formas y estilo, lo cual genera modelos sorprendentes y realmente interesantes”.
El Chiron Terracross de Czaniecki es un vehículo extremo creado a partir de la configuración estética de un Chiron pero sobre una base completamente nueva. De entrada, plataforma y bastidor deberían ser completamente nuevos. Poco o prácticamente nada pueden tener en común la plataforma de un superdeportivo y de un vehículo off-road. La primera ha de ser ultraligera como pocas, para así contribuir a reducir peso y poder volar sobre el asfalto. La segunda precisaría de una muy elevada robustez, resistencia y capacidad de aguantar las violentas torsiones que las reiteradas variaciones del terreno que habría de superar incidirían constantemente sobre el equilibrio del bastidor del coche.
Para conseguirlo, Czaniecki ha elevado el coche añadiéndole unas ruedas todoterreno de enormes dimensiones así como un esquema de suspensiones completamente redefinido para la ocasión, con amortiguadores y muelles de mayor recorrido, fijaciones más robustas y efectivas, así como barras más resistentes y de mayor grosor. Lo que no ha indicado su creador es ni el esquema de las mismas ni su configuración. Aunque sí que se puede apreciar que el modelo emplea unas enormes llantas (¿21”?) y unos sobredimensionados neumáticos de gran anchura, que fuerzan al diseño a disponer de unos muy amplios pasos de rueda en ambos ejes, lo que obliga igualmente a introducir fuertes cambios en el diseño del coche, especialmente en su trasera.
Tras de las enormes llantas se perciben igualmente unos frenos de gran tamaño y con las pinzas de los frenos pintadas en color amarillo. Este mismo color es el que se utiliza como tono de contraste en el exterior de la carrocería para destacar las líneas del coche.
Cambios que Czaniecki no tiene ningún reparo en introducir, pues —de perdidos al río— la aerodinámica del coche ha perdido relativamente su importancia al pensar en sacarlo del asfalto. Esto se percibe especialmente en la parte trasera del coche, la que más cambia, donde Czaniecki se ha esforzado por introducir nuevos elementos y diseños que afectan a las ópticas traseras (de tecnología LED y que ofrecen distintos tipos de juegos de configuración), el escape (cuyas cuatro salidas de gran tamaño dispuestas en posición central indican el uso del W16 en el coche), el paragolpes, así como a introducir nuevos elementos como las protecciones tubulares añadidas.
Este último elemento también lo podemos encontrar en el frontal, donde tanto las ópticas delanteras como la parte inferior del conjunto recibe un nuevo diseño que lo eleva con respecto de otros modelos de la gama, pues ahora ya no es preciso que el Chiron circule lo más pegado al suelo posible, sin más bien todo lo contrario.
Igualmente la silueta del Chiron se ve claramente afectada con la incorporación del nuevo portaequipajes personalizado dispuesto sobre el techo y parte de la trasera, donde también se encuentra atada (y esperemos que bien atada) un reuda completa del coche, que sin duda sacará de buenas movidas a sus propietarios. La baca del techo se prolonga sobre la parte trasera para permitirle acoger una rueda de repuesto de las mismas dimensiones a las que el coche lleva instaladas de serie. El resto de piezas y componentes permanece sin variaciones respecto del Chiron original.
En todo caso, y pese a su relativo interés dado que abriría las puertas de Molsheimm para que de su atelier salieran modelos radicalmente distintos, se trata de un proyecto bastante loco y de difícil realización…, aunque cuando un maestro artesano pone manos a la obra… todo puede acabar sucediendo.
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