Las peticiones de uno de sus clientes han permitido a los maestros artesanos del atelier de Bugatti en Molsheim crear una de las unidades de su hiperdeportivo Divo de mayor exclusividad y carácter individual que se recuerdan en Bugatti
Cualquier edición personalizada para hacer de un Bugatti un modelo único merece siempre la atención de los expertos, pero pocas son tan excepcionales como este nuevo Divo “Lady Bug” que recientemente ha sido completado y entregado a su dueño. En él, los maestros artesanos de Bugatti se han aplicado de manera excepcional durante los dos últimos años, tiempo que ha llevado realizar las distintas peticiones solicitadas por el cliente para crear un modelo con características verdaderamente únicas.
Para construir el Bugatti Divo Lady Bug se necesitaron casi 2 años
“Con el Divo “Lady Bug”, Bugatti ha demostrado toda su larga experiencia en materia de personalización. Lo que inicialmente parecía imposible fue ejecutado a la perfección por los diseñadores y desarrolladores de la marca en colaboración directa con el cliente”, comenta Stephan Winkelmann, presidente de Bugatti. “Estamos orgullosos de haber coincidido con los gustos y expectativas personales del cliente con este Divo único. El coche demuestra realmente de lo que la marca es capaz en términos de creatividad y destreza”, insiste Winkelmann.
El trabajo en esta obra maestra es una simbiosis de arte, diseño y tecnología, totalmente en línea con la filosofía del fundador de la empresa, Ettore Bugatti, quien una vez dijo: “Si se compara con otro automóvil, no es un Bugatti”.
Poco después del estreno mundial del Divo en agosto de 2018, un cliente sugirió la idea de establecer un patrón de desvanecimiento algorítmico geométrico-dinámico en su carrocería. El cliente, un coleccionista de los EE.UU., tenía en mente un patrón geométrico estricto que constaba de formas de diamantes en un contraste de color único. El equipo de diseño y desarrollo de Bugatti se dedicó entonces a desarrollar los colores especiales “Customer Special Red” y “Graphite”, tonos metálicos ambos, para lograr el ansiado efecto de contraste. El patrón de rombos fue diseñado específicamente para avanzar por ambos lados con milimétrica precisión desde la parte delantera del coche hacia la trasera, haciendo juego con la silueta del Divo.
El equipo de Bugatti tardó más de un año y medio en encontrar e implementar las soluciones técnicas y gráficas necesarias para conseguir el efecto deseado por el cliente. Pintar los diamantes sobre la carrocería del Divo requería de una precisión y definición exactas que muy pocos fueron capaces de predecir al inicio del trabajo, dado que los patrones digitales iniciales del programa CAD poco se parecían a la realidad debido a las esculturales formas tridimensionales de los contornos, curvas y nervaduras que el Divo presenta en su carrocería. Por ello, los diamantes impresos en 2D quedaban por completo distorsionados al aplicarlos sobre la carrocería del Divo. Esta situación provocó que los diamantes tuvieran que ser modificados por completo digitalmente, dado que una diferencia de apenas un milímetro arruinaba todo el efecto visual buscado en el coche.
Así, hubo que ir buscando la perfección de la colocación de los diamantes en la línea del techo, las puertas, los bordes de los guardabarros traseros,… todo con el fin de lograr alcanzar un acabado lo más limpio y homogéneo posible. En colaboración directa con el cliente, los modeladores e ingenieros CAD de Bugatti desarrollaron y simularon un patrón del diseño que incluye más de 1.600 diamantes. Una tarea sumamente compleja y que ha requerido de mucho tiempo antes de poder ser trasladada finalmente a la superficie del Divo, algo que se ha producido únicamente cuando los diseñadores y el cliente quedaron satisfechos con el resultado.
Para comprobar que el patrón realmente funcionaba se utilizaron películas de hasta seis metros de largo que fueron aplicadas con precisión milimétrica sobre la carrocería de una unidad de prueba para comprobar que el patrón realmente funcionaba. Y ahí fue donde, una vez más, la paciencia, destreza y calidad tanto de los diseñadores como de los maestros artesanos del atelier de Bugatti volvió a ponerse de manifiesto. Tras muchas pruebas fallidas, finalmente se encontró la manera de hacer coincidir los datos proporcionados por el CAD con la realidad y colocar la película impresa sobre superficies cóncavas sin que los diamantes se distorsionaran o sufrieran pliegues de ningún tipo.
El Divo “Lady Bug” ha resultado ser un excepcional desafío y una experiencia inolvidable para el equipo de diseño y desarrollo de Bugatti. Aplicar un gráfico 2D a una escultura 3D ha sido una enorme labor que a punto estuvo por concluir antes de tiempo. En muchas ocasiones los diseñadores y desarrolladores de la marca francesa estuvieron por tirar la toalla dado que no daban con las soluciones adecuadas para cumplir con cumplir el encargo: “No podíamos cumplir con la solicitud del cliente, —explica Jörg Grumer, jefe de Color & Trim de Bugatti Design—, sin embargo teníamos la profunda convicción de que no podíamos rendirnos. Nuestra principal motivación debe ser siempre hacer posible lo imposible para el cliente y abandonar no era una opción. Ahora lo tenemos aún más claro. Por eso, estamos muy orgullosos de la experiencia que nos ha dado la creación de esta unidad del Divo. Haber superado la complejidad y alcanzado tan alta calidad gracias a la labor puramente artesana y al excepcional trabajo realizado por el equipo de diseño y desarrollo ha sido un gran logro para la marca”.
Cuando Bugatti informo al cliente que sus deseos se habían convertido en realidad, este quedo sumamente impresionado por el esfuerzo y el proceso llevado a cabo. No en vano estuvo involucrado en el mismo desde su inicio. “La sola idea de que este proyecto se hiciera realidad resultaba emocionante y el cumplimiento de un sueño personal. El momento de la entrega fue realmente especial. Quedé absolutamente anonadado. Trabajar con el equipo de Bugatti en la producción del Lady Bug ha sido una experiencia excepcional. Comprobar su dedicación para alcanzar una ejecución impecable de un diseño realmente único en su tipo, junto con el elevado nivel alcanzado en la presentación final del modelo ha sido impresionante. El Bugatti Divo Lady Bug es más que una obra maestra, es una verdadera obra de arte que sin duda eleva la categoría de mi colección . Es el vehículo más complejo y mejor desarrollado que he tenido”, comenta el cliente sobre su nuevo coche.
Para hacer realidad su sueño, cada uno de los más de 1600 diamantes dispuestos en el coche se imprimieron en una película. Separados individualmente uno a uno, se transferían a un nueva y definitiva película desde la cual eran directamente aplicados sobre la carrocería del Divo. Cada uno de ellos debía de ocupar una exacta al milímetro sobre el coche, lo cual requería de una constante comprobación y realineación si así era necesario.
A comienzos de 2020, el equipo de Bugatti pasó innumerables horas simplemente probando este proceso sobre un vehículo de prueba hasta que el procedimiento a seguir. “Cada maniobra tenía que ser exactamente correcta porque únicamente disponíamos de una oportunidad para ejecutarla sobre el coche del cliente, y esa tenía que ser perfecta”, comenta Dirk Hinze, experto en personalización de superficies en Bugatti.
Finalizado el proceso de instalación de los diamantes sobre la carrocería, los maestros artesanos revisaron todos y cada uno de ellos durante varios días para asegurarse de que estuvieran colocados con precisión, recortándolos o variando sus formas si fuera necesario y comprobando que estuvieran correctamente fijados.
La siguiente tarea consistía en pintar el coche. Ello requería la extracción minuciosa de cada diamante entre capa y capa. Se aplicaron la pintura “Graphite” y una capa transparente sobre la pintura de efecto “Customer Special Red” creadas en exclusiva para el proyecto. Como parte del proyecto la pintura se lijó, alisó, revisó, retocó y, posteriormente se volvió a lijar. El pintor tardó más de dos semanas en completar su trabajo a la perfección.
“El desafío del proceso de pintura era no dañar el patrón tan cuidadosamente aplicado. Nuestra habilidad para pintar en la fase final fue crucial para poder dar los toques finales al coche, necesarios para cumplir igualmente con nuestros exigentes estándares de calidad”, comenta Hinze.
Ahora, la pintura multicapa integra a la perfección los diamantes rubí de manera uniforme en un degradado de color antracita. El proceso de suavizar repetidamente el patrón creó una extraordinaria profundidad y brillo en los colores utilizados. Fueron meses de auténtico trabajo artesanal elaborado a mano.
“Desde el principio fuimos conscientes de la sensibilidad con el automóvil exigida por el cliente y del gran desafío que implicaba un proyecto tan técnicamente sofisticado y artístico. La atención al detalle requerida y el hecho de seguir una estrategia de cero defectos nos impuso un gran respeto por el proyecto”, comenta Jörg Grumer.
El Divo “Lady Bug” está impulsado por el motor W16 de 8.0 litros de capacidad y 1.500 CV de potencia de Bugatti. El coche alcanza una velocidad máxima autolimitada de 380 km/h. Esta es tan sólo una de las 40 unidades que Bugatti tiene previsto producir del Divo, modelo que se vende al precio de cinco millones de euros netos, a los que hay que sumar tanto las opciones como los costes del acabado personalizado que exige cada uno de los compradores. Sin duda, y a la vista de como ha sido el proceso de elaboración del “Lady Bug” el coste total de la factura que el satisfecho propietario va a tener que pagar por su creación realmente va a ser considerable. A cambio tiene un vehículo realmente único y muy personal.
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