La pasión por los roadster es mucho más añeja de lo que podría parecer. Para muchos dio comienzo a mediados de los años 90 con la llegada del Miata, el MX-5 de Mazda que cautivó al mercado… porque recuperaba la esencia de los roadster británicos de los años 50 y 60. Y estos últimos, a su vez, no hacían sino perpetuar la de otros modelos anteriores de los años 20. Roadster ha habido siempre y una marca que puede dar fe de ello es sin duda Bugatti que, a su modo, lleva produciendo modelos de este tipo desde hace más de 110 años.
A lo largo de toda su historia como fabricante, Bugatti, la marca francesa integrada en el Grupo Volkswagen, ha creado numerosos modelos de automóvil con los que en cada momento ha cautivado al público, en especial a los clientes de las clases más pudientes del mercado. Modelos de todo tipo entre los cuales figuran numerosos modelos descapotables que siempre han sido reconocidos por el elevado placer de conducción que proporcionaban.
Y dentro de esos descapotables, siempre han destacado los biplazas. Esos modelos de tamaño contenido que ofrecían como principal característica no solo su techo abierto, también la rapidez y ligereza que proporcionaban a su conducción, lo que les permitía aportar una experiencia y unas sensaciones a su volante que difícilmente podían igualarse.
Durante los primeros años de su historia, en Bugatti tanto su propio fundador, Ettore, como el hijo de este, Jean, crearon algunos de los modelos roadster más estimulantes y avanzados de la historia del automóvil. Vehículos que, en su momento, llamaron poderosamente la atención del mercado del automóvil, por los cuales muchos aficionados al mismo se sintieron especialmente atraídos y que alimentaron los sueños de muchos de ellos.
Si algo trataron de desarrollar Ettore y Jean Bugatti fue la combinación de la innovación mecánica introducida en los prestigiosos motores de la marca británica con los excepcionales trazos del diseño de sus automóviles y la excelsa calidad que siempre ha proporcionado la artesanía constructiva de sus maestros artesanos. El resultado de todo aquello eran coches que combinaban una gran belleza y un diseño enormemente atractivo con unas prestaciones y un rendimiento dignos de los vehículos ganadores de las 24 horas de Le Mans cuya tecnología incorporaban. Todo ello en unas carrocerías coupé descapotables que ejercían de auténticos imanes para el público, bien se para que los más pudientes adquieran una de las unidades producidas, bien para alimentar los sueños del resto.
Desde mediados de la década de 1920 hasta su muerte en 1939, Jean Bugatti destacó por dar forma a algunos de los roadster más famosos de la historia del automóvil. Vehículos que fueron producidos en series cortas de muy pocas unidades bajo la absoluta dedicación a la perfección de los maestros artesanos que en ellos trabajaron.
“Los roadster Bugatti son unos automóviles fascinantes. En el pasado, Ettore y Jean Bugatti mostraron la forma en que la emotividad, el diseño y la artesanía pueden realzarse con un determinado tipo de vehículo”, afirma Christophe Piochon, presidente de Bugatti Automobiles. «Cuando nos sumergimos en la larga tradición de la compañía, siempre es un acto de reflexión y genera una mayor conciencia del ADN de Bugatti”.
Los comentarios del presidente de la marca de lujo no son para menos. Bugatti mantiene una centenaria tradición en la producción de este tipo de vehículos, hasta el punto de que en las últimas décadas, Bugatti ha desarrollado algunos de los roadster más excepcionales, como por ejemplo el Mulliner Bacalar que marca el cenit del lujo y la sofisticación en este tipo de vehículos. Estos que siguen son algunos de los principales modelos producidos por el fabricante británico, hoy alineado dentro del Grupo Volkswagen, a lo largo de su historia:
BUGATTI TIPO 40 A, 1930
Bugatti amplió su cartera de Type 40 a partir de 1930 con el Type 40 A. Basado en un chasis largo, estaba propulsado por un motor de cuatro cilindros y 1,6 litros con 50 CV, capaz de propulsar el coche de 850 kg a 130 km/h. Sin embargo, no es la velocidad máxima lo que cuenta, sino el viaje hacia ella: con su motor de altas revoluciones, suspensión ágil y compartimiento de pasajeros abierto, los recorridos en el Type 40 A fueron diferentes a cualquier otro modelo en la carretera. Se produjeron entre 40 y 50 vehículos, la mayoría con carrocería roadster.
BUGATTI TIPO 44, 1929
Entre 1927 y 1930, Bugatti produjo una pequeña cantidad del modelo ligero Tipo 44. Con su rara carrocería roadster, Bugatti prescindió de las puertas para este biplaza: los pasajeros simplemente subían a su interior. El Type 44 cuenta con un motor de ocho cilindros, 3.0 litros, suave y de alto par con alrededor de 80 CV, que permitía acelerar al roadster hasta 145 km/h. Bugatti vendió más de 1000 unidades de este modelo Tipo 44, pese a que por aquellos tiempos los roadster eran increíblemente raros.
BUGATTI TIPO 49, 1930
Como sucesor directo del Tipo 44, el Tipo 49 se lanzó en 1930. A los clientes les encantaba tanto su fácil manejo como su agilidad. Contaba con un motor ocho cilindros de 3,2 litros que entregaba unos 90 CV de potencia y proporcionaba un gran rendimiento: el roadster biplaza alcanzaba una velocidad máxima de hasta 145 km/h. En su diseño, Bugatti prestó especial atención para dotarle con unas líneas elegantes con formas fluidas, que incluso a día de hoy mantienen al Type 49 como uno de los biplazas más elegantes construidos en Molsheim.
BUGATTI TIPO 41 ROADSTER ESDERS, 1932
Ningún otro de los primeros Bugatti exudaba tanta elegancia, lujo, calidad, rendimiento y grandeza como el Type 41 Royale. Solo seis de estos vehículos se produjeron a mano entre 1926 y 1933, cada uno de ellos con su carrocería personalizada.
Con una distancia entre ejes de 4,3 metros y una longitud de más de 6 metros, el Royale es el automóvil más grande, grandioso y poderoso que se haya construido en Molsheim en ese momento. Debajo del capó extremadamente largo se encuentra un motor de ocho cilindros y 12.8 litros con alrededor de 300 CV; el prototipo incluso tenía 14 litros de cilindrada
El magnate industrial Armand Esders encargó a Jean Bugatti que diseñara un elegante roadster, el Roadster Esders. Como Armand Esders deseaba conducir su automóvil exclusivamente durante el día, Jean Bugatti prescindió de ambos faros en el roadster, lo que lo hizo aún más elegante y le dio líneas perfectas. Sin embargo, después de dos años, la carrocería del roadster fue reemplazada por la de un coupé De Ville. Una versión recreativa de este mismo coche forma parte de la colección del Musée National de l’Automobile – Collection Schlumpf en Mulhouse, Francia.
BUGATTI TIPO 55 ROADSTER, 1932
Evolución técnica del Type 43, transfirió gran parte del conocimiento de los deportes de motor de Bugatti a su diseño: el motor de ocho cilindros y 2.3 litros con compresor proviene del vehiculo de competición Type 51. Este motor superdeportivo producía hasta 160 CV, lo que para la época le otorgaba un rendimiento de otro mundo en comparación con sus competidores de casi un siglo de antigüedad.
Para la suspensión, Bugatti usó la configuración ya probada con éxito en el Type 54, un vehículo elaborado directamente para la competición. Gracias a su gran potencia y bajo centro de gravedad, el roadster de 950 kilos ofrecía un manejo muy deportivo con una excelente adherencia a la carretera. El Type 55 Roadster puede alcanzar hasta 180 km/h. En total, solo 38 del Tipo 55 se produjeron como coupés y descapotables.
BUGATTI TIPO 57 ROADSTER GRAND RAID GANGLOFF, 1934
Jean Bugatti construyó a partir de 1933 el rápido y deportivo Type 57, un vehículo de alta clase y lujo. Desde el principio, sus planes incluían diferentes tipos de carrocería para sus clientes. El primer Type 57 estaba propulsado por un motor de ocho cilindros y 3,3 litros con 135 CV; los modelos posteriores llegaron a entregar más de 200 CV.
El joven Jean Bugatti también facilitó las habituales construcciones personalizadas que proliferaban por aquella época obra de carroceros y fabricantes especializados a partir del casi y la configuración mecánica proporcionada por la marca. Así, el Roadster Grand Raid Gangloff de 1934 es un claro ejemplo de ello.
Este biplaza se define por las formas fluidas del capó del motor, las protuberancias detrás del asiento, un parabrisas en dos partes y los guardabarros curvados orgánicamente. Bugatti construyó el Tipo 57 entre 1934 y 1940. Se produjeron alrededor de 740 vehículos, incluidos todos los cupés, descapotables, roadster y autos de carreras. El Type 57 Roadster Grand Raid Gangloff sigue siendo un modelo totalmente único.
BUGATTI TIPO 57 SC CÓRCEGA ROADSTER, 1938
También basado en el Type 57 SC, el Corsica Roadster se desarrolló en 1938. Su propietario original fue el coronel Godfrey Giles, quien en 1937 encargó al fabricante británico de carrocerías Corsica Coachworks que le hiciera un Type 57 a medida según sus propias ideas y el diseño de su hermano. El resultado: un roadster de la máxima belleza, una sola forma fluida como si fuera fundida a partir de un solo molde.
El interior cuenta con los mejores materiales. Con su motor de ocho cilindros y 3,8 litros, el roadster de aproximadamente 4,5 metros de largo puede alcanzar una velocidad máxima de más de 200 km/h. En el Concurso de Elegancia de Pebble Beach en 1998, el jurado votó este Bugatti como el «Best in Show».
BUGATTI VEYRON 16.4 GRAND SPORT, 2008
En 2005, Bugatti presentó su primer auto hiperdeportivo, el Veyron 16.4, y luego, en agosto de 2008, Bugatti lanzó la primera versión roadster de su era moderna, el Veyron 16.4 Grand Sport. Una construcción monocasco especial aseguró que no hubo compromisos en comparación con la versión con el techo rígido. El Grand Sport alcanza los 360 km/h sin techo, y con el elemento especial de techo de policarbonato en su lugar puede alcanzar más de 400 km/h.
Con el Veyron 16.4 Grand Sport, Bugatti demostró que es posible construir un automóvil hiperdeportivo como un roadster extremadamente dinámico, rápido, cómodo y seguro de conducir.
En 2013, una variante aún más potente y enfocada, el Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse, alcanzó un récord mundial de velocidad de 408,84 km/h, convirtiéndose así en el roadster de producción más rápido del mundo. La edición World Record Car (WRC) del Vitesse se limitó a ocho vehículos.
Entre 2005 y 2015, se produjeron en Molsheim, Francia, 300 Veyron 16.4 coupés y solo 150 Veyron 16.4 Grand Sport y Grand Sport Vitesse, incluidos algunos modelos y ediciones verdaderamente especiales.
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