Si disponer de un Bugatti ya es de por sí todo un lujo, que este además venga “vestido” por Hermés sin duda le sitúa en lo más alto de la pirámide del lujo disponible en cuanto a automóviles se refiere. Se llama “Chirón Habillé par Hermés”, y es la última obra de arte surgida del atelier de Molsheim.
Los clientes de Bugatti están acostumbrados a que sus deseos se cumplan y se hagan realidad. Y más aún cuando pagan unas indecentes cantidades de dinero para que esto sea así. En esta ocasión os mostramos el sueño que un cliente de la marca francesa tuvo sobre la base del Chiron. Un sueño más que añadir a su peculiar colección de modelos de la marca francesa entre las cuales hay incluso algunos Type 57, modelos especialmente recurrentes en su momento para adoptar cualquiera de las casi diríamos que infinitas posibilidades de personalización que la marca crea para sus más fieles seguidores.
El “Chirón Habillé par Hermés” es una pieza única encargada por un inversor norteamericano
Manny Khoshbin, un empresario e inversor mobiliario norteamericano, quiso experimentar las sensaciones que se podrían experimentar mediante la fusión de dos de los grandes estilos de las más importantes marcas representativas del lujo francés. Para ello, no dudó en ponerse en contacto con Bugatti para hacerles conocedores de su intento de disfrutar de manera combinada de los inconfundibles estilos que sobre el lujo marcaron en su día Ettore Bugatti y Émile-Maurice Hermés y que hoy son apreciados y muy reconocidos en cuanto a su prestigio en todo el mundo. Y, como no podría ser de otra manera, el resultado es un coche de auténtico ensueño.
“Soy un auténtico aficionado a Bugatti. En su día quise ponerle a mi hijo el nombre de Ettore en honor al fundador de la marca, pero mi mujer no me dejó”, comenta Khoshbin. “Cuando ví el Chiron por primera vez en 2015 tuve claro qué es lo que quería. Fui uno de los primeros clientes de la marca en todo el mundo que reservó el modelo, … y uno de los últimos en recibirlo, pero el retraso es únicamente culpa mía”.
Lejos de quejarse por la tardanza, el magnate americano reconoce que fue su visión y su devoción por ambas marcas la que inspiró los continuos desafíos que, en materia de personalización del diseño original, se han terminado integrando en el “Chiron habille par Hermés”.
Así, tras años de estrecha colaboración en el proceso creativo del coche, finalmente Manny Khoshbin pudo recibir su coche, un hiperdeportivo que sin duda va a destacar por la intrincada y muy especial paleta de colores, tejidos y acabados que han terminado por conformar el “Chiron habille par Hermés”.
Adornado con el inconfundible tono del cuero “Craie” que la marca de moda ha convertido en legendario a través de sus bolsos y otros artículos de lujo y en combinación con un muy especial y exclusivo color blanquecino derivado de la tiza (en francés, Craié) que se ha utilizado para crear un acabado exterior único cuando la gran mayoría de los Bugatti Chiron utilizan para su acabado exterior dos colores en contraste, el aspecto final del coche es realmente impresionante. Paragolpes, cubiertas de malla, molduras y las llantas de aleación Bugatti “Classique” están acabadas en el citado color “Craie”.
Estos detalles se unen a otros rasgos de diseño también exclusivos del modelo, como por ejemplo la rejilla frontal y la herradura que la delimita de su frontal, que ha sido personalizada con la característica H de Hermés, o el alerón trasero, que en su parte inferior está decorado con el icónico ‘Couberttes’, uno de los más clásicos y reconocibles motivos que Hermés utiliza en sus creaciones para rematar sus acabados. Los Courbettes de Hermés representan a grupos de caballos de cría, razón por la cual Khroshbin eligió el diseño para enfatizar la entrega que el motor hace de los 1500 CV de potencia máxima.
Los únicos elementos vistos del exterior que no cuentan con el acabado “Craie” son la cubierta del vano motor, las pinzas de freno (terminadas en color ‘italian red’) y los umbrales de la puerta, que están acabados en aluminio, y los dos paneles de vidrio fijos que cubren los asientos de conductor y pasajero.
En cuanto al interior, casi todo el material utilizado para su elaboración procede directamente de los talleres de Hermés. Además del ya comentado “Craie” del cuero de los asientos, consola central línea interior, techo, y panel trasero y de puertas, se cuenta con elementos en cuero “Ecru” —desarrollado por bugatti— también alrededor de la consola central, en el tablero y otras partes de interior. En la placa de la consola central, en la bandeja de la consola y en los guarnecidos de las puertas, los clásicos “courbettes” de Hermés también hacen acto de presencia.
“Tengo tres Bugatti en mi colección —comenta Khroshbin—. Este y dos Veyron, uno de los cuales es uno de los Grand Sport Vitesse “Les Legendes de Bugatti”, concretamente el Rembrandt Bugatti. Me encanta mirarlo. Es tán hermoso. El Rembrandt Bugatti es uno de los tres Vitesse que hay con esta configuración única. Cuenta con un acabado en fibra de carbono de color marrón expuesta que lo hace un modelo único y extremadamente raro. Paso largos ratos mirándolo. Muchos de ellos los paso con mi hijo, para el cual ahora estamos esperando en casa recibir un Bugatti Baby II.
“Diseñar el coche me llevó mi tiempo. He intercambiado cientos de correos con los equipos de Bugatti y Hermés para hacer algo especial. Fue una decisión muy consciente, pero al final he logrado un coche que algún día le entregaré a mi hijo. Es un coche que vivirá durante generaciones”, comenta el feliz propietario. “Ahora estamos a la espera de recibir un Bugatti Baby II para mi hijo. Está como loco esperando que llegue y se emociona cada vez que oye hablar del coche. Igual que yo con el Chirón Habille par Hermes, que lo conduzco prácticamente a diario. Es un coche para buenos conductores y cada vez que me subo al asiento del conductor me emociona profundamente”.
La colaboración entre Bugatti y Hermés para elaborar un acabado especial para algún cliente no es la primera vez que se produce. En el atelier de la marca francesa ya se produjo esta colaboración incluso antes de la primera Guerra Mundial, cuando Ettore Bugatti encargó sillas de montar y otras tachuelas de cuero a Émile-Maurice Hermés, nieto del fundador de la marca de lujo francesa, Thierry Hermés. Los reputados cueros de Hermés estuvieron posteriormente presentes en los coches de competición de Bugatti durante la década de los años 20 del pasado siglo.
Más recientemente, en 2008, Bugatty rindió un homenaje a la duradera relación entre ambas marcas con el desarrollo del Bugatti Veyron Fbg par Hermés, modelo en el que se asociaron el rendimiento técnico de los coches de la marca con la experiencia de Hermés y sus maestros artesanos.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.