Todos conocemos a Carroll Shelby, ¿quién no conoce a Carroll Shelby? Uno de los personajes más importantes del automovilismo norteamericano y por supuesto, también mundial. De su mente salieron nada menos que el famoso Shelby Cobra y fue quien logró hacer del Ford GT40 un campeón nato. Incluso ganó las 24 Horas de Le Mans en 1959 con Aston Martin.
Sin embargo, mientras todo el mundo elogia al Shelby Cobra (y con razón), hay otra creación de Carroll que tiene el honor de haber sido capaz de derrotar a la entonces invencible Ferrari en su propio terreno, las carreras de GT. ¿No sabes de qué coche hablamos? Ese es, en parte, el motivo por el que hoy nos hemos centrado en recordar el sensacional Shelby Cobra Daytona. Es uno de los coches más espectaculares y exitosos de Shelby, pero solo los más fanáticos se acuerdan de él.
El Cobra Daytona no es un modelo desconocido, pero sí es mucho más minoritario que el Cobra roadster, no en balde, fue un coche de competición del que se hicieron muy pocas unidades, muchas menos que del Shelby Cobra. Pero, como se ha dicho antes, fue capaz de vencer a Ferrari en la categoría GT, del cual, la firma de Maranello se había apropiado con aparatos casi invencibles. Y lo hizo, además, con un coche desarrollado en apenas cuatro meses, algo que les da todavía más valor a los resultados.
Además de ambición, el éxito del Cobra Daytona también tiene tintes un tanto personales. Carroll era piloto y por aquellos años, había rumores sobre el mal comportamiento de Enzo Ferrari con sus pilotos, no podemos olvidar que el señor Enzo era un tipo peculiar y su comportamiento a veces era muy excéntrico. Y también, como norteamericano, quería “vengarse” de Enzo Ferrari por rechazar la oferta de compra de Henry Ford.
Solo cuatro meses para desarrollar el coche
El desarrollo del Cobra Daytona Coupé tiene mucho mérito, pues tuvieron que hacer muchísimo trabajo en muy poco tiempo y sin contar con ayuda, pues justo en ese momento, 1963, Ford estaba trabajando en su prototipo para Le Mans, en el GT40, con el que se quería vencer a Ferrari, precisamente, por haber hecho el feo de no querer vender. Es evidente que Enzo se buscaba enemigos en todos los sitios y gracias a eso, nacieron coches como el Ford GT40, el Cobra Daytona Coupé o marcas como Lamborghini. En el fondo, Ferrari ha hecho mucho por el automovilismo.
Shelby comenzó a trabajar a finales de 1963 y estaba obligado a tener el coche listo en febrero de 1964. Fueron, aproximadamente, cuatro meses los que se tuvo para terminar de crear un coche que fuera más rápido que el Ferrari 250 GTO. Y eso incluía el diseño, las pruebas de desarrollo y su construcción. A esto hay que sumar que Shelby American no tenía el presupuesto que podía tener Ford o la propia Ferrari, así que no podía acelerar el desarrollo, esa falta de dinero tendría que ser compensada por el equipo humano.
El equipo que venció a Ferrari estaba compuesto por el propio Carroll Shelby, el experimentado corredor británico Ken Miles, el ingeniero Bob Negstad, Phil Remington, Dave MacDonald, John Collins, John Ohlsen y Peter Brock. Este último destacaba especialmente como un joven ingeniero con mucho futuro. Estudio en el Art Center School of Design y fue el primer empleado de Shelby tras dejar Chevrolet, donde participó en el diseño del Corvette C2.
Un Cobra roadster llevado a su máxima expresión
Respecto al coche, se tomó como base de partida, obviamente, el Cobra roadster, un coche que tenía algunos problemas de estabilidad en recta a altas velocidades (cuestiones aerodinámicas, principalmente), De esto se percataron en tierras europeas, donde coches menos potentes, pero más livianos y aerodinámicamente más eficientes, les dejaban atrás con cierta facilidad. Probaron algunas soluciones de techo duro para Cobra, pero tampoco funcionaron, así que se podía partir de su bloque motor y de su chasis, pero había que rediseñar por completa la carrocería.
Los estudios aerodinámicos todavía no eran algo fiable por los años 60, todo lo que se hacía era un tanto rudimentario, “a ojo” y por ello, Brock tomó como referencia los estudios del Dr. Wunibald Kamm, unos documentos que encontró en los archivos de General Motors cuando todavía trabajaba allí. Kamm, para quien no lo conozca, fue un famoso ingeniero alemán de antes de la guerra, pionero en muchos campos, que desafió la idea sobre que la forma de gota era la más eficiente aerodinámicamente.
El Shelby Cobra Daytona no es un modelo desconocido, pero sí es mucho más minoritario que el Cobra roadster
Borck dibujó una carrocería con un frontal muy largo y bajo, seguido de una cabina retrasada y compacta, acabada en una cola Kamm. Unas formas, por qué no decirlo, muy similares a las del Ferrari 250 GTO, solo que menos afiladas y elegantes. Con el diseño acabado, Phil Remington se opuso, alegando que un diseño basado en una teoría con 30 años a sus espaldas no podía funcionar en la vida real, pero Ken Miles y John Ohlsen apoyaron a Brock y Shelby no puso impedimentos porque confiaba en el saber hacer del joven diseñador.
Así, sobre un Cobra CSX2014 accidentado (de Ski Hudson) se creó una estructura de madera que fue enviada a Cal Metal Shaping, para que crearan una carrocería con planchas de aluminio. Pero antes de eso, los ingenieros tuvieron que modificar algunas cosas del Cobra roadster, como la posición del motor, la cremallera de la dirección y el asiento para mejorar la distribución de pesos.
Cuando la gente de Cal Metal Shaping acabó con la carrocería, un trabajo que fue supervisado por el propio Borck, se envió a Módena, junto a cinco chasis, para que Carrozzeria Gransport fabricara las carrocerías y completara el ensamblaje final.
Shelby Cobra Daytona CSX2287, el primer Cobra Daytona
Mientras tanto, Carroll había estado buscando fondos y logró un patrocinio de Goodyear, un dinero con el que compró dos chasis a los británicos de AC, el chasis número CSX2286 y el número CSX2287. Este último fue el que dio base al primer Cobra Daytona terminado y el primero fabricado en Estados Unidos al completo, un coche que sorprendió desde el primer momento siendo más rápido que el King Cobra, un coche con el que Sheleby se había hecho muy famoso y que era especialmente rápido.
Dos semanas después de las primeras pruebas, el coche hizo su debut en Daytona International Speedway. Con Dave MacDonald y Bob Holbert a los mandos, el coche demostró ser muy rápido. MacDonald logró marcar un nuevo récord en pista y superó todos los resultados que lograron durante las prácticas. No obstante, el coche se incendió en la vuelta 209. echando por tierra todo lo logrado hasta ese momento, aunque se pudo reparar y asistir a la siguiente carrera, en las 12 Horas de Sebring, donde logró su primera victoria de su clase, aunque quedó cuarto de la general, por detrás de los Ferrari prototipo, pero por delante del Ferrari 250 GTO de NART.
Sin embargo, no fue el coche que ganó a Ferrari en Le Mans, ese honor se lo quedó en chasis CSX2299, un coche que no iba a participar pero que, por motivos diversos, como la negación de Ford de dar un motor más potente a Shelby para el chasis CSX2286, el cual había sido modificado y los americanos vieron un duro rival para el GT40, tuvo que correr. Lo hizo con John Ohlsen como director de equipo y con el propio Shelby como piloto.
Finalmente, el coche acabó cuarto de la general, pero, sin embargo, quedó primero de su categoría, por delante de los Ferrari 250 GTO, siendo una de las carreras más famosas de cuantas ha albergado el circuito de La Sarthe. En 1965 volvió a ganar las 24 Horas de Le Mans en su categoría.
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