Los años 70 fueron los “años locos” para la Fórmula 1. La aplicación de nuevos conceptos aerodinámicos, la mejora sustancial de los neumáticos, el motor turbo y la flexibilidad reglamentaria dieron lugar a la década más innovadora en la historia de la Fórmula 1.
Algunos de estos inventos marcaron un antes y un después y otros fracasaron y fueron olvidados. La experimentación con coches de seis ruedas que inició el equipo Tyrrell en 1976 no corresponde a ninguna de las dos afirmaciones anteriores.
El conocido por todos Tyrrell P34, aquel monoplaza rompedor que supo ganar una carrera en 1976 y generar sensación, creó cierta expectación sobre los monoplazas de seis ruedas. Desde ese momento, durante los años siguientes varios fabricantes se propusieron experimentar con esta nueva y atractiva tecnología. Williams, March y Ferrari fueron quienes se lo tomaron más en serio. Con el pasar de las pruebas, todos estos proyectos fueron dejados de lado al ver que las ventajas de montar más ruedas eran inferiores a las desventajas. Cambios en el reglamento a inicios de los años 80 terminaron por limitar el número de neumáticos a cuatro. Pero, de todas formas, las historias de aquellos proyectos truncos existen y hoy es un buen momento para recordar una de ellas.
Como mencionamos, la escudería de Maranello probó brevemente el concepto de coche de seis ruedas con un monoplaza que recordaba al Auto Union Bergrennwagen u otros vehículos del automovilismo de preguerra, con ruedas traseras duales montadas en un solo eje trasero. Fue una adaptación poco convencional del 312T2, acertadamente con el nombre interno de 312T6 y probado por Niki Lauda y Carlos Reutemann en Fiorano en la primavera de 1977.
El hecho de montar los neumáticos en un solo eje era la principal diferencia con el P34 de Tyrrell, el 2-4-0 de March (nunca compitió) y el posterior FW08D de Williams (tampoco compitió).
La idea detrás del proyecto de Mauro Forghieri, quien recientemente falleció a los 87 años, fue probablemente la reducción de la resistencia aerodinámica total, con neumáticos delanteros en la parte trasera en lugar de las ruedas traseras de tamaño normal, que eran enormes a mediados de los 70. Otra teoría podría ser que Ferrari trató de contrarrestar la deformación de los enormes neumáticos traseros en las curvas. Tener dos juegos de neumáticos delanteros en la parte trasera daría una solución más rígida. Al mismo tiempo, Ferrari probó una suspensión De Dion con el mismo objetivo.
Lo cierto es que el 312T6 se probó en secreto por primera vez en Fiorano en marzo de 1977, bajo la conducción de Niki Lauda. No olvidemos que en aquellos tiempos, la ausencia de simuladores, telemetría y túneles de viento obligaban a testear toda idea en la pista. Días después, Ferrari se trasladó a la pista de pruebas de Nardò, en Lecce, que entonces era propiedad de Fiat. En esta pista de alta velocidad, el 312T6 alcanzó una velocidad de 300 km/h, un poco menos que la versión original de cuatro ruedas (justamente 312 km/h). Aunque esto no restó expectativas al proyecto, la escudería aclaró desde un primer momento que no planeaban competir en 1977 con el coche de seis ruedas.
Lauda, quien se mostraba optimista, volvió a probar el 312T6 en Fiorano antes de que las pruebas se pararan por varios meses.
En octubre, el argentino Carlos Reutemann se llevó un gran susto después de 11 vueltas a bordo del 312T6 de Fiorano, como le dijo al reportero Alan Henry: “en Fiorano hay una curva que pasa por el puente que, cuando se va rápido, el monoplaza tiende a ir liviano antes de golpear con fuerza sobre su suspensión. Conduje este vehículo allí por primera vez y supongo que había dado 10 u 11 vueltas tranquilas con él. En la vuelta 12, comencé a acelerar realmente. Cuando llegué a esa curva, en lugar de seguir su camino normal, el monoplaza giró bruscamente a la izquierda, se dirigió contra el muro y se inició un incendio. Cuando llegué al box me preguntaron por qué había dañado el coche de pruebas. Ya sabes, ¡ese tipo de cosas! Bueno, lo repararon y unas semanas después tuve otro intento. Obviamente, fui mucho más cauteloso y, después de varias vueltas, sentí que algo se movía en la suspensión trasera cuando pasé por esa curva. Lo conduje lentamente de regreso a boxes. Tenía roto un montante trasero (otra vez). Les dije que no tenía muchas ganas de volver a conducir ese monoplaza». Este accidente, aunque sin consecuencias físicas para Reutemann, haría que él no vuelva a subirse al coche.
Niki Lauda volvió a probar el 312T6, pero pronto el proyecto fue encajonado y nunca se volvió a hablar de un coche de seis ruedas en Maranello. El prototipo mostró varios inconvenientes y Ferrari decidió no perder más tiempo y concentrarse en sus coches convencionales, los cuales luchaban por campeonatos sin la necesidad de aplicaciones extrañas.
Los problemas radicaban en el aumento del peso total debido a la adición de dos llantas y el exceso de rigidez en la parte trasera. A pesar de esto, probablemente el proyecto nunca habría sido factible por la misma razón que Tyrrell abandonó el P34: los fabricantes de neumáticos difícilmente estarían dispuestos a desarrollar un modelo exclusivo para un solo coche por su baja rentabilidad.
Como el T6 no se presentó oficialmente a las autoridades, nunca se declaró ilegal como tal, pero su ancho superaba con creces las dimensiones permitidas de un automóvil de Gran Premio, por lo que no podría haber corrido en un Gran Premio sin modificaciones.
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