Jaguar tiene un pasado fuertemente ligado a las carreras y el lanzamiento del E-Type solo sirvió para engrandecer su imagen todavía más. Así que es lógico que gente de la más alta alcurnia se interesaran rápidamente por él. Personajes como Hugh Vaughan Campbell, el sexto conde de Cawdor (Reino Unido). No obstante, Campbell no quería un “simple” Jaguar E, quería uno totalmente personalizado y así se lo hizo saber a los representantes de la marca.
Entre las peticiones que el conde de Cawdor se incluían cosas como un motor retocado y reequilibrado, amortiguadores Koni, unas llantas de radios procedentes de competición, asientos reclinables Restall y un techo de lona Webasto. Tras recibir el coche, fue enviado a Abbey Panels para realizar otra serie de transformaciones. Por ejemplo, se añadieron unas branquias tras las ruedas delanteras y unos controvertidos faros delanteros.
El Jaguar E-Type es uno de los automóviles más carismáticos de la historia
Dichos faros, muy discutidos cuando se completó el trabajo en la década de los 60 y muy discutidos hoy día, ofrecen una imagen rara, extraña. En un primer vistazo no sabes muy bien que ocurre, pero hay algo que no cuadra hasta que se mira detenidamente y se aprecian esos cuatro proyectores delanteros. Y no se complicaron demasiado en hacer el trabajo, pues tan solo se retiró el faro original, se ensanchó el hueco disponible y se colocaron dos unidades circulares sin la protección plástica.
Se dice que añadió más iluminación porque quería tener una mayor iluminación durante las largas noches británicas de invierno. No obstante, este hecho no le salvó de sufrir un grave accidente apenas 18 meses después de comprar el coche. Tuvo la suerte, aunque pueda parecer mentira, de salir disparado a través del techo de lona y por ello, salvó la vida (falleció en 1993)
40 años guardado tras el accidente
Tras ese percance, el coche acabó guardado en un garaje donde permaneció nada menos que 40 años. Después de esas cuatro décadas, el coche fue restaurado completamente, pero se mantuvo la transformación que realizó Abbey Panels, siendo uno de los Jaguar E-Type más extraños de los que todavía sobrevive.
Bajo el capó se esconde el propulsor de seis cilindros que montó el Jaguar E-Type después de 1964, es decir, cuenta con 4.200 centímetros cúbicos con 265 CV y cambio manual de cuatro relaciones.
Durante los últimos años ha formado parte de una colección privada, The Devon Collection y ha estado participando en toda clase de eventos y rallýes para clásicos. Lo subasta Silverstone Auctions y ha sido tasado en unas 80.000 libras, cerca de 93.500 euros.
Aclarar que, en principio, es un ejemplar único en el mundo, aunque se dice que se fabricaron otras dos unidades al mismo tiempo. Unidades de las que no se sabe nada, ni siquiera hay fotos de las mismas ni alguna clase de información.
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