La historia de Lamborghini comienza con unas desavenencias con Enzo Ferrari a costa de uno de sus coches, que conducido por Ferruccio, un cliente habitual de la marca, no era plenamente satisfactorio. Enzo, en una de sus bravuconadas, les espetó, según se dice, que no era problema del coche, era problema del piloto, que sólo sabía conducir tractores. Cabe recordar, por si alguien no lo sabe (quizá acabes de llegar a este mundo nuestro de los coches), que Ferruccio Lamborghini era un afamado constructor de tractores y amante de los coches rápidos y potentes.
A Ferruccio no le sentó bien la reacción del mandamás de Ferrari y se propuso demostrar que sabía de coches más de lo que parecía. Lo que no esperaba nadie, mucho menos Don Enzo, era que Lamborghini acabaría llegando tan lejos, poniendo incluso a la firma de Maranello contra las cuerdas en varias ocasiones. No obstante, como también le pasó a Ferrari, Lamborghini no pudo aguantar más tiempo en solitario y acabó en manos de varios propietarios que, entre unas cosas y otras, lograron crear algunas de las máquinas más espectaculares que se han visto en la industria del automóvil. No obstante, la mejor era de la marca comenzaría bajo el amparo de unos propietarios alemanes.
Cuando el Murciélago llegó al mercado era el mejor Lamborghini que había existido nunca
“Los Ferrari sólo me creaban problemas. Un día, ya harto de mandarlos al taller, llamé a Enzo para decirle que sus coches eran pura basura. Y me contestó que un fabricante de tractores no podía entender sus coches” – Ferruccio Lamborghini
El auténtico despegue del sello italiano llegó a comienzos de los 2000, bajo el paraguas de VAG, y no se ha detenido hasta el momento. Más bien lo contrario, ha ido “in crescendo” y ahora prometen poner en circulación un V12 híbrido para sustituir al Lamborghini Aventador, el buque insignia de la marca y reemplazo del que fue el primer Lamborghini con genes alemanes: el Lamborghini Murciélago. El Murciélago, cuya denominación procede del mundo de la tauromaquia, en concreto de un toro de lidia que fue indultado en 1879 por su bravura y temperamento, era a su vez el sustituto de unos de los coches más famosos de Sant’Agata, el Lamborghini Diablo y supuso toda una revolución en la compañía.
De esto hace ya nada menos que 20 años. Se cumplen dos décadas desde que el Murciélago fue presentado en la misma factoría de Sant’Agata en el año 2001. Si queremos ser más concretos y veraces, en realidad deberíamos esperar al 8 de septiembre para que esos 20 años se cumplan oficialmente, pues el superdeportivo se dio a conocer precisamente el 8 de septiembre de 2001. Parece que fue ayer mismo cuando Lamborghini presentaba el reemplazo para el espectacular Diablo y ciertamente, no han pasado los años para el diseño del potente modelo italiano.
El responsable de su silueta fue el responsable de dibujar posteriormente la cuarta generación del SEAT Ibiza, por ejemplo, además de ser el responsable del Audi R8 LMP del Mundial de Resistencia del Hyundai Kona y de un coche que muchos odian, el Audi A2. Hablamos de Luc Donckerwolke, quien se inspiró, claramente, en el Countach y en el Diablo, para mantener esa imagen de agresividad pura que lucen todos los Lamborghini modernos. Es más, fue Donckerwolke quien dio forma también al Lamborghini Gallardo.
Pero no sólo de imagen vivió el Murciélago, no mucho menos. Cuando llegó al mercado era el mejor Lamborghini que había existido nunca. Fue el que más desarrollo tuvo, el que mejor calidad de fabricación presentó, su ergonomía estaba a años luz de que ofrecía el Diablo (y no hablemos del Countach), su motor era muchísimo más fiable que los anteriores, estaba mejor equipado; no en balde, el Murciélago fue el primer modelo de Lamborghini desarrollado íntegramente en el seno de VAG.
En posición trasera central, como no podía ser de otra forma, un enorme V12 de 6,2 litros y 580 CV y 650 Nm de par, asistido por un cambio manual de seis relaciones (más tarde llegó el secuencial con mandos en el volante) y tracción total. Un propulsor acoplado a un chasis tubular “vestido” con paneles de aluminio y fibra de carbono. A destacar las tomas de aire detrás de las ventanillas que, según las necesidades de refrigeración, se abren para aumentar el caudal de aire hacia el motor.
Se fabricó hasta el año 2010 y entre todas las versiones y evoluciones, se alcanzaron las 4.099 unidades. Fue, hasta aquel momento, el Lamborghini V12 más longevo de la historia y un digno heredero del Diablo, al igual que lo está siendo el Aventador, el cual, pronto conocerá a su sucesor.
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