Peugeot es uno de esos fabricantes que pueden presumir de tener un palmarés envidiable en competición. Y no solo por haber logrado derrotar al brutal Audi Sport quattro S1, que también, sino por muchas otras cosas. Por ejemplo, ¿sabías que fue un motor Peugeot el primer en lanzar un coche a más de 400 km/h en el circuito de Le Mans? Obviamente, eso fue antes de poner las chicanes y fue con el WM P88, equipado con un V6 3.0 biturbo desarrollado por Peugeot capaz de rendir 910 CV.
La firma francesa siempre ha sabido como hacer coches deportivos, incluso con motores diésel como los Peugeot 908 HDi para el Mundial de Resistencia. Actualmente, su deportividad pasa por la electrificación, diciendo adiós a los famosos GTi (sí, Peugeot también emplea está denominación) y abriendo el camino para los PSE, o, dicho de otro modo, para los Peugeot Sport Engineering, cuyo primer y por el momento único representante, es el 508 PSE.
Pero estamos en fechas de Dakar, cuya edición de 2022 empieza mañana y finaliza el 14 del mismo mes. Una prueba donde Peugeot también puede presumir de haber dejado su impronta, primero con el Peugeot 205 T16 Grand Raid, que venía a ser el mismo 205 T16 del Grupo adaptado para correr raids, para después hacerlo con el Peugeot 405 T16 Grand Raid que, curiosamente, tomó como base de partida para su desarrollo al 205 T16 Grand Raid.
Solo una unidad para Ari Vatanen
Viajamos hacia atrás en el tiempo, hasta el año 1988, año en el que se celebraba el décimo aniversario del París-Dakar, la prueba original que cambió por diferentes riesgos ajenos a la organización y se quedó con el nombre de “Dakar”. En aquellos años, como muchos ya sabréis, la competición partía de París, Francia, y tenía su final en Dakar, Senegal (en África), un recorrido muy complicado pero apasionante y capaz de encandilar a miles de pilotos, tanto oficiales como amateur.
Aquel año, Peugeot llegaba como la marca a batir tras haber ganado en 1987, en su primera participación, con el Peugeot 205 T16 Grand Raid. Lo hacía, además, estrenando un coche, que estaría “escoltado” por tres unidades del 05. Se trata del Peugeot 405 T16 Grand Raid, un coche que básicamente, era un 205 evolucionado y recarrozado para parecerse a su último lanzamiento, el Peugeot 405. De este coche solo se llevó una unidad en 1988, la cual, estaba reservada para Ari Vatanen. Los 205 irían a manos de Juha Kankkunen, Henri Pescarolo Y Alain Ambrosino.
El Peugeot 405 T16 Grand Raid contaba con un chasis tubular con suspensiones independientes con dobles triángulos y amortiguadores dobles, animado por un propulsor de cuatro cilindros basado en el mismo bloque del 205 T16, pero con la cilindrada aumentada hasta los 1.905 centímetros cúbicos. Por supuesto, había un turbo enorme para llevar la potencia hasta los 400 CV y estaba colocado tras los asientos, delante de las ruedas traseras, de forma transversal ligeramente desplazado a la derecha (como en el 205 T16). La carrocería, de dos puertas, se realizada con kevlar y era 250 milímetros más corto que el coche de producción.
Un pique con un camión y un robo
Correr el Dakar no es ni mucho sencillo, es bastante común que algún piloto se pierda y tenga que recurrir a la organización o bien, encontrar el camino y llegar al final de la etapa. Precisamente lo que les ocurrió a dos Peugeot, entre ellos, el 405 T16 de Vatanen y que le costó dos horas y media. No obstante, no tuvo repercusiones en la clasificación y Vatanen seguía cerca de la victoria final.
El T16 Grand Raid era un 205 evolucionado y recarrozado para parecerse al último lanzamiento de la firma gala, el Peugeot 405
Una de las mejores imágenes de aquella prueba fue el “pique” que tuvieron en un tramo el DAF Turbo Twin X1 y el 405 T16 Grand Raid, cuando el camión adelantó al coche a más de 200 km/h. Es una de las escenas más míticas del Dakar y una señal más que clara sobre el potencial de los camiones en el Dakar. Son bestias enormes pero rápidas como cualquier coche. Es más, el DAF Turbo Twin X1 llegó a liderar la general del Dakar, con eso lo decimos todo.
No obstante, ese año estuvo ensombrecido por una situación por una situación que, todavía hoy, levanta dudas. La noche del 17 al 18 de enero, de forma insólita, el Peugeot 405 T16 Grand Raid de Vatanen había desaparecido. Poco antes de comenzar la etapa del 18 de enero, el coche fue visto saliendo del parque cerrado, aunque nadie le prestó la más mínima atención pues podrían ser los propios mecánicos. Pero no era así y los integrantes del equipo se dieron cuenta poco antes de tomar la salida. De hecho, tras media hora después del inicio de la etapa, el coche seguía sin aparecer.
Jean Todt, ex presidente de la FIA y por entonces jefe de equipo de Peugeot, dio la noticia: el coche había sido robado, o, mejor dicho, secuestrado, porque llegaron a recibir la petición de nada menos que 25 millones de francos de la época a modo de rescate. Después de dos horas, el coche apareció en un descampado a las afueras de Bamako, sin combustible. El coche fue recuperado y con Vatanen y Berglund en sus puestos, se dispusieron a tomar la salida.
No obstante, el Peugeot 405 T16 Grand Raid fue descalificado por haber superado ampliamente el margen de tiempo para presentarse en la salida. El equipo apeló la decisión, pero la FIA ratificó la sanción.
Imparable en 1989 y 1990
Se cree que todo fue un montaje de Peugeot. Por un lado, hay quien dice que fue un montaje publicitario de la marca, para dar imagen a su recién lanzado Peugeot 405. No faltan aquellos que culpan a los rivales, ya que había muy poca vigilancia y cualquier rival pudo sacar el coche del parque cerrado para evitar que Peugeot se hiciera con la victoria, pues poner un coche como ese en marcha no es algo que pueda hacer cualquiera.
Obviamente, los motivos que más gente apoyo fue la expuesta por un periodista italiano, acusando a Peugeot de haberse llevado el coche del parque cerrado a escondidas para ganar tiempo y realizar algunas reparaciones. Lo más curioso es que este caso nunca fue esclarecido.
De todas formas, no pudo vencer en 1988, pero sí lo hizo en 1989, demostrando una superioridad aplastante con 10 victorias en 16 etapas. Las dos unidades del Peugeot 405 T16 Grand Raid presentes ese año se repartieron todas las pruebas ganadas. En 1990, dos Peugeot 405 T16 Grand Raid con los colores de Camel se hicieron con la victoria nuevamente, dejando la tercera posición para… ¡otro Peugeot!, para el 205 T16 Grand Raid de Alain Ambrosino.
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