Las limusinas, esos coches enormemente largos que usan algunas personas en las altas esferas o que sirve como vehículo de alto lujo para diferentes eventos, no son algo que se pueda ver comúnmente por las calles. No son fáciles de conducir, no pueden circular allá donde les plazca por una sencilla razón: no caben y guardarlos puede suponer un suplicio por su descabellada longitud. Sin embargo, como “showcar” o como coches para determinadas ocasiones, son una solución realmente buena. ¿Quién no ha visto la típica limusina de donde salen muchas personas “de fiesta”? Obviamente, es un coche con conductor contratado a una empresa para ese momento en específico y poco más.
No importa la limusina, no importa la base usada para dar forma a semejante aparato, no son coches rápidos ni son coches ágiles. Son enormemente pesados y su longitud complica sobremanera las cosas, casi tanto como si se conduce un autobús, aunque con menos peso. Sin embargo, las creaciones de este estilo sobre todo tipo de coches son de lo más común, aunque a veces no se entienda muy bien porque se ha llegado a ese resultado.
El diseño de este Porsche 356 Limusina es, como siempre en estos casos, extraño
Una de esas situaciones es el Ferrari 360 Módena limusina. ¿Quién puede querer una limusina Ferrari? Se trata de una marca que diseña y fabrica coches para ser conducidos y no precisamente despacio. Un caso que, si puede ser relativamente lógico, es el Hummer H2 Limusina, pues se trata, al fin y al cabo, de un coche grande por sí mismo, al igual que pesado y lento. También están las limusinas de Mercedes o de Rolls-Royce, por ejemplo, pero en estos casos se trata de coches realmente lujosos y con una realización muy cuidada.
Un Porsche 356 muy extravagante
Para gustos, como se suele decir, los colores. Puede que a nosotros nos parezca algo sin sentido, pero para su propietario es una de las mejores creaciones del mundo. Y damos gracias por ello ya que de otra forma sería todo muy aburrido y no tendríamos cosas como este Porsche 356 alargado. Sí, un Porsche 256 de la década de los 50 cuya longitud se multiplica casi por dos, para dar forma a una de las limusinas más exóticas y llamativas que se pueden encontrar.
Seguro que muchos pensaran que hacer esto a un Porsche 356 merece el destierro en pleno desierto y sin agua, pero las cosas no son siempre como uno piensa y a veces, se esconden historias que dan lógica a las cosas. Además, el coche que estás viendo en las fotos es único en el mundo y no, no fue un trabajo de Porsche. ¿Cuándo ha hecho Porsche una limusina con su logotipo?
Este coche salió de la fábrica, en 1953, como un Porsche 356 normal (es un 356 Pre-A), pero acabó siendo transformado en una limusina por petición de Don Boeke, propietario del taller Egyptian Custom Body y propietario de la colección Taj Ma Garaj. Una creación que al parecer, fue realizada como coche de bodas de la hija de John Dixon. Pero no se “estropeó” una unidad sana del 356, se empleó una en un estado de conservación que requería una restauración profunda, sobre todo en el suelo, completamente corroído.
Los Porsche 356 Pre-A son las versiones del modelo alemán más difíciles de encontrar, son las primeras unidades y no quedan muchas. Las que se pueden encontrar son caras y algunas de ellas, como en esta ocasión, necesitan una profunda recuperación. No obstante, en lugar de arreglar y volver a dejar en estado original, Egyptian Custom Body alargó el chasis aprovechando que había que reconstruir todo el piso por completo. El resto de la carrocería también se realizó de forma artesanal, montando unas puertas laterales espectacularmente grandes, siendo la trasera de apertura tipo suicida.
Visualmente extraño, aunque coherente
El diseño de este Porsche 356 Limusina es, como siempre en estos casos, extraño. Es un coche que no había sido pensado con sus características actuales y la imagen, con el alargamiento, es extraña, aunque resulta bastante coherente y está bien realizada. Toda la parte central del coche es muy masiva, pesada a la vista, con unas ventanillas rectas que acaban al final con la luneta original del modelo, resaltando claramente que se trata de un postizo.
Las ruedas se mantienen en los extremos de la carrocería, como en el Porsche 356 original, dejando una batalla desmesurada y dando la sensación que se podría partir a la mitad con facilidad. Obviamente, toda esa zona está reforzada para poder soportar, tanto el aumento de peso como la enorme longitud. Son características que se dejan notar sobremanera en su interior, ofreciendo unas plazas traseras como cabe esperar en una limusina. Es más, estas transformaciones buscan precisamente eso, ofrecer muchísimo espacio atrás.
Para animar esta colosal versión del Porsche 356, se cambió el motor original por un procedente del Porsche 912, que ofrece un rendimiento más acorde con la nueva configuración del coche. Motor, por cierto, que fue revisado y actualizado con nuevos componentes (pistones y levas).
Fue subastada por RM Sotheby’s en septiembre de 2019 por 207.200 dólares, poco más de 177.000 euros.
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