Qué diferentes pueden ser las cosas con apenas un puñado de años de diferencia, ¿verdad? El mundo del automóvil es muy propenso a ello, a cambiar de la noche a la mañana, como si tecnología o las ideas brotaran de entre las piedras. A veces, los cambio de una generación a otra pueden ser enormes, incluso cuando se emplea la misma base de partida, las cosas cambian notablemente.
Ese podría ser de Ferrari, un fabricante, el más famoso de cuantos pueda haber en el mundo, capaz de mutar de una generación a otra con suma facilidad. Por ejemplo, el Ferrari F430 fue reemplazo por el Ferrari 458 Italia, lo que supuso un cambio drástico en tecnología, diseño y construcción. ¿Y qué decir del cambio entre el Ferrari 599 GTB Fiorano y el Ferrari F12 Berlinetta? Más de lo mismo, un cambio monumental en todos los apartados, incluido el diseño. Y estos son simplemente los cambios más recientes, porque si echamos la vista atrás nos sorprenderá los cambios que ha dado la marca casi de un día a otro.
Aprovechando que se mencionan las berlinettas con motor V12 delantero, puede ser interesante conocer como era la primera iteración de ese concepto de coche, de la berlinetta “by” Ferrari, con motor V12 atmosférico delantero, ¿verdad? Un viaje que nos llevará hasta el final de la década de los 40, cuando Enzo Anselmo Ferrari pudo, por fin, poner en marcha una firma automovilística con su apellido. Recordemos que su salida de Alfa Romeo conllevaba, por contrato, la imposibilidad de realizar cualquier actividad en el mundo del automóvil con su apellido como marca durante cuatro años. La idea era, sin lugar a dudas, hacer que la gente olvidara el nombre y su relación con la compañía italiana, con el objetivo de evitar cualquier tipo de beneficio a favor de Ferrari.
Superado ese tiempo, y con dos coches bajo el sello Auto Avio Costruzioni –uno de ellos, teóricamente, está desaparecido, desguazado, el otro está forma parte de la colección Righini desde 1955–, Enzo Ferrari empezó a forjar su imperio. El primer modelo de la compañía fue el 125 S, que no era, ni de lejos, un Gran Turismo con motor V12 delantero como los F12 o la última iteración del concepto, el Ferrari 812 Superfast. El Ferrari 125 S era, básicamente, un coche de competición.
El primer modelo de la firma italiana pensado para circular por vías públicas, el primer Ferrari “de calle”, apareció muy poco después del 125 S, en 1947. Ese coche era el Ferrari 166 Inter, un automóvil del que solo se fabricaron 29 unidades hasta 1950. Pero claro, en aquellos años las cosas eran diferentes, Ferrari fabricaba sus coches a mano y se lanzaban modelos cada muy poco tiempo, de los cuales, siempre se fabricaban muy pocos ejemplares. Además, el 166 Inter también es el primer modelo de Ferrari con un motor “dos litros” y por supuesto, su denominación hace referencia al cubicaje unitario de cada cilindro.
Dicho propulsor, el corazón de todo Ferrari y el orgullo de Enzo, era un bloque V12 a 60 grados, con 1.995 centímetros cúbicos diseñado por el genial Gioacchino Colombo. Rendía 115 CV a 6.000 revoluciones, gracias, entre otras cosas, a una compresión de 7,5:1 y a una alimentación mediante carburadores dobles Weber 32 DCF. En la actualidad, un motor de 2.000 centímetros cúbicos y 12 cilindros es algo realmente descabellado y sorprende que por entonces se hiciera algo semejante, pero Enzo estaba obsesionado con los motores de 12 cilindros, era algo enfermizo e hizo todo lo que estuvo en sus manos para ponerlos en sus coches.
El chasis, de tipo tubular, no tenía mucho que ver con los grandes V12 delanteros de Maranello, pero es que ni siquiera la forma de comercializarlo se parece lo más mínimo. En aquellos años, Ferrari vendía sus coches como bastidores rodantes, es decir, todo lo necesario para circular, pero sin carrocería, que por lo general, era responsabilidad de alguna empresa externa a la marca. Eso provocó que no hubiera dos unidades iguales, aunque las fabricara la misma empresa.
De las 29 unidades del Ferrari 166 Inter, Touring carrozó un gran número de ellas–en las fotos se puede ver una de las unidades, que fueron las más numerosas–, para las cuales, se empleó la famosa técnica superleggera, aunque también había unidades carrozadas por Vignale, Boano o Ghia. Había unidades que tenían, incluso, carrocerías tipo fórmula, con las ruedas vistas. Stabilimenti Farina desarrolló una carrocería descapotable con la que vistió tres unidades, y Bertone creó otro descapotable.
El Ferrari 166 Inter fue uno de los primeros coches de la marca que tuvo una buena aceptación en mercados de lo más dispares, como el norteamericano. Este hecho fue clave para la reputación que tiene la marca a día de hoy, que comenzó a forjarse por aquel entonces. Además, los modelos de la serie Inter estaban pensados para su empleo en vías públicas, pero muchos clientes los usaron frecuentemente en competición