Ferrari. Un “simple” apellido italiano, pero que está cargado de historia, de hitos automovilísticos y de automóviles excepcionales. Un apellido que estará, para siempre, relacionado con un caballo “de manos” sobre fondo amarillo, el famoso “Cavallino Rampante”. El automovilísmo siempre estará en deuda con esta marca, y los aficionados y coleccionistas lo saben, pues pagan auténticas barbaridades por sus coches. Sobre todo si son especiales y cuentan con una historia interesante detrás.
Actualmente, el coche más caro del mundo es un Mercedes, una de las dos unidades que existen del SLR Unlenhaut Coupé, del que se dice, se vendió por casi 150 millones de dólares, una cifra absolutamente de locura, que superó con creces al que hasta la fecha era el coche más caro del mundo, un Ferrari 250 GTO del que, también se dice, cambió de manos por casi 70 millones de dólares. Cuando se trata de cifras tan absurdamente altas, rara vez trasciende la cantidad real por cuestiones meramente por prudencia. No conviene anunciar a voz en grito determinadas cosas por si acaso…
El Ferrari 250 GTO siempre ha sido uno de los coches más apreciados de la firma italiana, por no decir que actualmente, es el Ferrari más deseado y buscado entre los coleccionistas de todo el mundo. No en balde, es un coche cuyo palmarés en competición es envidiable y su diseño es, posiblemente, uno de los más reconocibles y auténticos de cuantos ha dado forma Pininfarina. Un automóvil que en realidad era una trampa en sí mismo, aunque es algo que nunca reconocerán en Ferrari y será uno de los muchos encantos que rodean de mito y leyenda al Gran Turismo Omologata.
Sin embargo, hay unos modelos a los que popularmente se les conoce como los Ferrari 250 GTO “cuatro litros”, que no son realmente un GTO. Nos referimos a los Ferrari 330 LM, una berlinetta de competición que si bien es muy similar al 250 GTO estéticamente –de hecho, kW –son casi un calco–, cambian muchas cosas, como el motor, que es un V12 de 3.967 centímetros cúbicos –330,62 centímetros cúbicos por cada cilindro– que rendía 287 kW –390 CV– a 7.500 revoluciones y tenía una alimentación que corría a cargo de una batería de seis carburadores dobles Weber 42 DCN. Es decir, era 90 CV más potente que los 250 GTO y aunque no se note a simple vista, también era ligeramente más corto. El 330 Lm alcanzaba los 4.360 milímetros de largo, mientras que el 250 GTO llegaba hasta los 4.400 milímetros. La batalla también era distinta, con 2.420 milímeros para el 330 y 2.400 par el 250 GTO.
Tan solo se fabricaron tres unidades del Ferrari 330 LM, el 250 GTO “cuatro litros”, y es algo asi como el Santo Grial de los GTO. Sin ir más lejos, una unidad saldrá a la venta en otoño a través de RM Sotheby’s y se espera que supere los 60 millones de dólares. La subasta se ha convertido en todo un acontecimiento, pues además, es la única unidad que compitió bajos los colores de la Scuderia Ferrari, es decir, es el único coche “ de fábrica”. Esta particularidad se sirvió para ser el único de los tres ejemplares que recibió el V12 Colombo más grande y por supuesto, cuenta con una historia pulcramente registrada y con diferentes victorias y podios en las pruebas más importantes del mundo, como un segundo puesto en la general y victoria de clase en los 1.000 kilómetros de Nürburgring de 1962, un subcampeonato de Subida en Sicilia en 1965 o una participación en Le Mans de 1962 con Mike Parkes y Lorenzo Bandini en el equipo oficial de fábrica.
La historia de este coche tiene un momento muy llamativo, que se registra en 1964 y tiene como protagonista a Ferdinando Latteri, quien adquirió el coche y le cambió el motor por un tres litros para que calificara como un GTO en las carreras GT italianas, para después ser enviado a Estados Unidos. Allí, un coleccionista, Jim Jaeger, compró el 330 LM en 1985 –fueron 500.000 dólares– y fue capaz de localizar el motor original, momento en el cual, envió el coche a Italia, a las instalaciones de Ferrari, para que el coche fuera restaurado hasta dejarlo en estado original. Después de ello, este Ferrari 330 LM ha obtenido muchas victorias en diferentes eventos, incluido el FCA Platinum y la Coppa Bella Macchina en el Cavallino Classic. Presume hasta de un segundo puesto en la clase GTO en el Pebble Beach Concours d’Elegance en 2011, donde asistieron otros 23 ejemplares del Ferrari 250 GTO.
Con chasis 3765, este Ferrari 330 LM podría convertirse en uno de los Ferrari más caro del mundo jamás vendido en una subasta. Se estima que rondará los 60 millones de euros y además, será entregado con toda la documentación, hojas de construcción de fábrica,correspondencía del propietario, cobertura de carreras de época, artículos de revistas y por supuesto, todos los premios obtenidos durante los últimos años.
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