La década de los 60 será siempre recordada por muchas cosas, como el viaje del hombre de la Luna, los movimientos sociales que se llevaron a cabo en diferentes partes del mundo, se desarrolló la píldora anticonceptiva, se construye el muro de Berlín, asesinan a al presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kenedy y fallece Walt Disney, se lleva a cabo el primer trasplante de corazón de la historia… los años 60 dieron realmente para mucho, pero seguro que hay algunos que están pensando que nos dejamos algunas cosas.
Si te gustan los coches, como a nosotros, seguramente estarás pensando que en la década de los 60 se desarrollaron algunos de los coches más sensacionales de la historia, como el Ford GT40, el Ferrari 250 GTO, El AC Cobras, el Lamborghini Miura o el Maserati Birdcage. Al mismo tiempo, el SEAT 600 se establecía en España como un fenómeno social digno de estudio y Ford llevó a cabo el asalto de Ford a las 24 Horas de Le Mans, con el objetivo de desbancar a Ferrari por todos los medios.
No cabe duda, los años 60 fueron memorables, incluso al final de su etapa, la década de los 60 continuó ofreciendo grandes acontecimientos y para los amantes de los coches, sin duda, el año 1967 merece ser recordado. Aquel año, Ford y Ferrari representaron una de las mejores batallas que se han visto en las carreras de Sport, protagonizadas por el Ferrari 330 P4 y el mencionado Ford GT40. Los americanos se llevaron el triunfo en la prueba francesa, en las 24 Horas de Le Mans, pero el Mundial de Marcas fue para el Ferrari 330 P4.
Ford logró ganar las 24 Horas de Le Mans en cuatro ocasiones consecutivas, de 1966 a 969, ambos inclusive, como cabe esperar, pero no fue sencillo, pues el desarrollo del GT40 estuvo plagado de problemas. Ferrari, mientras tanto, se encontraba totalmente atascada, sin capacidad para reaccionar y posicionada como un testigo de excepción de la evolución del modelo norteamericano. Y no es por falta de intentos, pues la firma italiana puso en liza diferentes máquinas, de una belleza soberbia, pero de prestaciones algo justas, que nunca lograron ponerse al nivel de Ford hasta el mencionado año 1967.
El Ferrari 330 P4 es el Spot más famoso de la firma italiana, para muchos, una auténtica leyenda, pues logró desbancar por fin a los americanos y ganar la guerra que se había declarado en 1963. Si hacemos caso a lo que dicen los “Ferraristi”, ningún otro coche de competición reunió en sí tanta potencia, belleza y suerte. Y por si fuera poco, tiene en su palmarés haber batido al Ford GT40 en las 24 Horas de Daytona de 1967, es decir, ganó al modelo americano en su propia casa.
Por aquellos años, Ford ganaba en pista a base de poderío económico; si algo no funcionaba, se tiraba a la basura y se hacía de nuevo, algo que Ferrari no podía hacer y tenía que, como se suele decir, tirar de inventiva y de ingenio. Pero además, no debemos olvidar que Ferrari había tenido en plantilla a nombres como Gioachinno Colombo, Aurelio Lampredi y a Vottirio Jano, quienes dejaron grandes conocimientos y unas bases sobre las que trabajar de un nivel excepcional. El problema era que el motor yankee, con sus 7.000 centímetros cúbicos, era un derroche de potencia.
El Ferrari 330 P4 era una evolución del P3, que a su vez era una evolución del P2. Contaba con un motor V12 Lampredi rediseñado por Franco Rocchi, cuya modificación más importante fue incorporar una culata de tres válvulas por cilindro –dos de admisión y una de escape– y la inyección corría a cargo de un sistema Lucas. Tenía 3.967,44 centímetros cúbicos y rendía 331 kW a 8.000 revoluciones, lo que permitía alcanzar los 320 km/h, una cifra muy respetable en la década de los 60.
Pero no se revisó únicamente el motor, también se retocó el chasis, que si bien se mantuvo como una estructura de tubos de acero, reforzado con paneles de aluminio y el motor haciendo funciones portantes y se cambio la caja de cambios por una ZF, en lugar de las transmisiones fabricadas por la propia marca. Esto, por cierto, se debió a las huelgas en el sector metalúrgico, que afectaron negativamente al desarrollo de varios modelos de competición de Ferrari.
La primera prueba del Campeonato Sport se celebró en Daytona y todavía estaba caliente la humillación que Ferrari sufrió en Le Mans en 1966, cuando tres Ford GT40 cruzaron la meta en formación. Así que, para intentar redimirse, la marca llevó dos P4 y un P3 modificado, junto a una miríada de otros Sport en manos privadas. Al mismo tiempo, Ford se presentó en Daytona con nada menos que seis unidades del GT40. La batalla estaba servida y Ford acabó viendo como Ferrari se redimía y le devolvía el mismo final; tres Ferrari cruzaron en formación la bandera a cuadros, los dos P4 y el P3 modificado, y, obviamente, la foto con los tres coches, así como la noticia de la victoria, dio la vuelta al mundo.
Otra prueba a destacar fueron las 24 Horas de Le Mans de aquel año, la última victoria de Ford, con Ferrari en segunda posición. Una prueba recordada por ser una de las más espectaculares de la historia, con velocidades elevadísimas desde el primer momento de carrera.
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