Si existe algo especial en el mundo de los coches clásicos, es un Ferrari descapotable y si se fabricó en la década de los 60, más todavía. Los años 60 fueron, en cuanto a diseño automovilístico, una de las épocas más memorables. De ese tiempo proceden algunos de los clásicos deportivos más bellos de la historia y de ahí, procede nuestro protagonista de hoy, elegido por ser un Ferrari descapotable, haber sido fabricado en los 60 y por contar con una línea dibujada por Pininfarina realmente sensacional.
Nos gustan los coches, no podemos evitarlo y al final, se nos acaba notando un poco, bueno, quizá demasiado. Y coches como el Ferrari 365 GTS nos despiertan todavía más sensaciones con ese perfil casi recto, puro, sin extravagancias, esos grandes escapes colgando bajo el voladizo trasero, las llantas con tuerca y palomilla central, el bloque V12 escondido bajo su capó delantero… los automóviles “añejos” tienen algo.
El Ferrari 365 GTS dispone de un perfil casi recto, puro, con llantas monotuerca de palomilla central.
El Ferrari 365 GTS se fabricó entre febrero y octubre de 1969, así que hay muy pocas unidades, concretamente sólo 20. Comparte el motor con el Ferrari 365 GT 2+2 y el 365 GTC, un V12 a 60 grados alimentado por tres carburadores Weber, acoplado a un cambio manual de cinco relaciones montado detrás (mejor reparto de pesos).
Dicho V12 es un derivado del mismo motor del Ferrari 330 GTS , pero con mayor cilindrada. Es posible que el 365 GTS y el 330 GTS puedan confundirse al primer golpe de vista, pero existen algunas sutiles diferencias como las branquias que tiene el 330 detrás de las ruedas delanteras o la línea de cintura, un poco más tendida según avanza desde el frontal hacia la zaga, aunque en realidad es un efecto visual y esa diferencia no existe. Pero volviendo al motor, estamos ante una de las creaciones del famoso ingeniero Gioachino Colombo, quien diseñó para el Cavallino varios motores V12 de gran prestigio.
En este caso, con 4.390 centímetros cúbicos, árboles de leva en cabeza por cada bancada de cilindros y unas medidas de 81×71 milímetros para la carrera y el diámetro, rendía 320 CV. Presumía, además, de una alimentación por carburadores de doble cuerpo Weber 40 DFI/5 o 40 DFI/7. Contaba con una doble bobina y un sistema de encendido con el distribuidor colocado detrás del propulsor.
Obviamente, lo que entra por los ojos al instante es la carrocería, diseñada como todos los Ferrari de los 60 por Pininfarina. Esta empresa tenía un arte especial para crear automóviles especiales, elegantes y deportivos y el Ferrari 365 GTS es una muestra de ello. La propia Pininfarina se encarga de construir la carrocería en Turín y se entregaban a Ferrari completamente terminadas, para acoplar el resto de elementos mecánicos.
Esta carrocería se montaba sobre un chasis de tubos fabricados con acero, con una distancia entre ejes de 2.400 milímetros. La suspensión era independiente, con brazos de diferente longitud delante y detrás, frenos de disco en todas las ruedas y un depósito de combustible de 90 litros. Destacar el tamaño de las llantas, ridículas hoy día, pues sólo tienen 14 pulgadas de diámetro. Pesa 1.350 kilos y es capaz de alcanzar los 245 km/h.
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