Los Ferrari son rojos. Qué topicazo, ¿verdad? Ya lo hemos comentado en alguna ocasión y, ciertamente, no falta razón en esa afirmación: la propia marca lo potencia con sus fotografías oficiales en cada lanzamiento –por lo general, siempre coches rojos– y su presencia en Fórmula 1 así lo deja claro.
Pero la cuestión es, que como hemos visto en otras ocasiones, los Ferrari no son rojos, o al menos no todos los Ferrari son rojos. Hay que reconocer que la mayoría de los Ferrari que se venden cada año salen de fábrica pintados en el mismo color, o muy parecido, porque en realidad, la marca ofrece distintos tonos de rojo y no todos son iguales. Sin embargo, el caso es que el rojo, es rojo y punto, y eso hace que cualquier otro Ferrari que no luzca esa tonalidad, sea, en ocasiones, una rareza.
Rareza como el Ferrari Enzo –en realidad, el nombre oficial del modelo es Enzo Ferrari– que la casa de subastas norteamericana Mecum Auctions vendió en el mes de enero por más de cuatro millones de dólares. Un ejemplar que no es rojo, sino que luce una tonalidad gris llamada Grigio Titanio que sólo llevaron otros cinco ejemplares más. Es decir, solo existen seis Enzo Ferrari Grigio Titanio en el mundo. Esto demuestra que los Ferrari no siempre son rojos, y que además, hay ocasiones en las que tener otro color resulta más exclusivo y más interesante.
Y si no, mira bien las fotos, porque el Enzo de color gris titanio es una auténtica belleza, cuyo color genera unas luces y sombras que potencian todavía más la espectacular silueta que dibujó Ken Okuyama, un diseñador japonés que trabajaba en Pininfarina cuando se desarrolló el Enzo. Es más, es el primer diseñador de ascendencia no italiana que diseñaba un Ferrari, y fue un estreno a lo grande, con el coche que podríamos llamar “Ferrari F60”.
Sí, el Enzo es el Ferrari F60, o al menos el coche que debería haberse llamado así para continuar con la saga iniciada por el Ferrari F40 y el Ferrari F50. Sin embargo, se quiso rendir homenaje al fundador de la compañía, Enzo Ferrari, otorgando dicho nombre a un modelo que fue, en su momento, algo fuera de lo normal. Como los anteriores modelos “de aniversario” –la marca ha tomado por costumbre lanzar un modelo especial cada 10 años, para celebrar la fecha de su fundación–, suponía el mayor traspaso de tecnología desde la Fórmula 1 a producción, con todo lo que ello suponía.
A día de hoy, el Ferrari Enzo tiene más de 20 años y muchas de sus soluciones han sido superadas. De hecho, hay detalles del coche que denotan su edad, como la faltan de una pantalla en el salpicadero, un detalle que muchos les importa más bien poco, o directamente nada. Pero donde más se nota la edad del Enzo es en el motor, un V12 atmosférico de 5.998,80 centímetros cúbicos que rinde 660 CV a 7.800 revoluciones y cerca de 670 Nm de par a 5.500 revoluciones. Una joya de la ingeniería con una potencia específica de 110 CV/L que, actualmente, pierde alrededor de 300 CV frente a cualquier modelo de similar categoría.
Pero, seamos sinceros, ¿de verdad no son suficientes sus 660 CV y sus más de 350 km/h de velocidad máxima? Pocos mortales podrán exprimir semejante potencial, y en realidad, pocos lo hacen, pues un Enzo Ferrari suele ir de colección en colección y rara vez sale a rodar pues, por un lado, pierde valor, y por otro, podría sufrir un accidente y acabar destruido. ¡Qué lástima que un coche así sólo sirva para adornar un garaje!
El Enzo Ferrari Grigio Titanio que subastó Mecum Auctions es un claro ejemplo, pues solo marcaba en el odómetro 2.745 millas, unos 4.418 kilómetros. No ha recorrido ni siquiera un kilómetro al año. Tecnología procedente de Fórmula 1, materiales exóticos como la fibra de carbono o el titanio, una aerodinámica espectacularmente trabajada y todo, para acabar en un garaje…
Pero, ¿quiénes somos nosotros para criticar algo así? Por ello, volvemos al inicio y decimos que no todos los Ferrari son rojos, y en ocasiones, es mejor que no lo sean.
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