El pasado 17 de octubre fue un día muy especial para la Casa de Maranello. Fue el momento en que se presentó al público y a la prensa el F80, un nuevo capítulo en la legendaria historia de los supercars del Cavallino Rampante. El F80 se producirá en una serie limitada de 799 ejemplares y entra a formar parte de modelos como el GTO, el F40 y el LaFerrari, representando el más alto escaparate tecnológico y de prestaciones que puede ofrecer la Casa de Maranello.
Desde 1984, Ferrari ha desarrollado una serie de supercars que han visto nacer tecnologías e innovaciones que han entrado a formar parte del imaginario colectivo. Estos coches, destinados a los clientes más apasionados de la marca, se convirtieron inmediatamente en iconos en su época, caracterizando de forma indeleble la historia, no sólo de la empresa, sino de todo el sector del automóvil.
El último modelo, el F80, aspira a representar la excelencia absoluta para un coche con motor de combustión interna y utiliza todas las soluciones tecnológicas más avanzadas, empezando por la tecnología híbrida de última generación, para llevar su propulsor a un nivel inimitable. Toda su arquitectura está diseñada para alcanzar el máximo rendimiento. Desde el chasis de fibra de carbono hasta la aerodinámica, jamás hasta la fecha se había visto una apuesta tan extrema en un coche homologado. Sin olvidar, su nueva suspensión activa diseñada para extraer el máximo rendimiento durante su conducción en circuito.
Además, como auténtica novedad en el panorama de los supercars actuales, el F80 consigue combinar estos valores con una facilidad de conducción que lo hace ágilmente manejable incluso en carretera, y con un estilo de conducción más relajado. Esta característica se refleja en todas las opciones tecnológicas y arquitectónicas, concebidas con un claro objetivo, que podría sonar contradictorio, crear un superdeportivo de pista que pueda conducirse al mismo tiempo como un coche de gama.
De este modo, el conductor utilizará el coche durante más tiempo mientras disfruta de sus prestaciones y de las emociones que proporciona al volante. La arquitectura del F80 se ha llevado al extremo creando un habitáculo cónico orientado al conductor, sin dejar de garantizar un excelente espacio para el pasajero. Las ventajas de esta elección son fundamentales en términos de eficiencia aerodinámica y reducción de peso.
Por tanto, el habitáculo tiene un efecto claramente perceptible de monoplaza, a pesar de que el coche está homologado para dos personas, lo que lo convierte en un coche con una arquitectura que puede definirse como «1+». Esta configuración obedece a la necesidad de reducir su anchura para obtener ventajas aerodinámicas, como la reducción de la resistencia aerodinámica, y a la vez reducir su peso. Este concepto es perfectamente coherente con el mundo de las carreras, del que el coche toma su inspiración y sus soluciones técnicas.
La elección del propulsor está en línea con los supercars predecesores del F80, y con la tendencia tecnológica actual del automovilismo. Mientras que el GTO y el F40 equipaban un V8 turboalimentado porque los Fórmula 1 en aquella época utilizaban motores turbo en la década de 1980, hoy en día, tanto en la Fórmula 1 como en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), se utilizan motores V6 turboalimentados en combinación con un sistema híbrido de 800V. Así que la transferencia de esta arquitectura al F80 era natural, especialmente después de que el 499P se alzase en dos ocasiones consecutivas con el título de las 24 Horas de Le Mans.
Su sistema de propulsión se ve reforzada por la inclusión de un turbo eléctrico (e-turbo), por primera vez en un Ferrari, que, gracias al motor eléctrico situado entre cada una de las turbinas y el compresor, consigue una potencia específica muy elevada y una respuesta inmediata a bajas revoluciones.
La aerodinámica desempeña un papel fundamental en el F80 y, gracias, entre otras cosas, al alerón móvil y al extractor en la parte trasera, y en su parte inferior, el triplano y el S-Duct en la parte delantera, consiguen generar 1.050 kg de carga vertical a 250 km/h. Las prestaciones se ven acentuadas por la suspensión activa que participa directamente en el desarrollo del efecto suelo, el eje delantero eléctrico que permite la tracción a las cuatro ruedas para aprovechar al máximo el par y la potencia, y los nuevos frenos con tecnología CCM-R Plus derivada del mundo de la competición.
Como todos los supercars que le precedieron, el F80 marca el inicio de una nueva era estilística con un lenguaje más tenso y extremo que subraya su alma de racing. Hay una clara inspiración en la industria aeroespacial para subrayar la sofisticación y la innovación tecnológica de las opciones de diseño. Sin embargo, no faltan guiños a sus célebres predecesores, recordando su importantísima ascendencia.