Si Enzo Ferrari se levantara de su tumba igual volvía de nuevo a ella rápidamente. La razón: por primera vez en sus recién cumplidos 75 años de historia, el fabricante deportivo por antonomasia va a ofrecer en su gama de modelos un vehículo con carrocería SUV de cuatro puertas.
“Primero tendrás que dispararme” era la clásica respuesta que el fallecido Sergio Marchionne, CEO del Grupo Fiat y de Ferrari, daba en 2016 a cuantos le preguntaban si Ferrari iba a incorporar a su gama de modelos alguno con carrocería SUV al igual que estaban haciendo sus rivales. Según Marchionne, Ferrari y SUV eran dos palabras que “nunca caminarían juntas”. Sin embargo, la evolución del mercado le forzó a cambiar levemente su opinión al respecto y, a finales de 2017, el malogrado dirigente ya reconocía al presentar los planes de la marca a los accionistas del Grupo que Ferrari contaría con un modelo “diferente” pero que jamás sería un SUV similar al que otros rivales de su segmento (BMW, Porsche, Bentley) estaban presentando por aquel entonces.
La estética del Ferrari GTC4 Lusso que Ferrari presentó en 2016 y comercializó hasta 2020 abría las puertas de la imaginación de los diseñadores de la marca en Maranello para dar pie a la creación de un modelo radicalmente deportivo para competir en el nuevo segmento SUV alto de gama al que muchos fabricantes del sector recurrieron para convencer a las clases pudientes de las bondades de apostar por el máximo confort y comodidad sin por ello renunciar a las elevadas prestaciones. Poco a poco el concepto fue calando y ahora, tras haber desarrollado el Purosangue, los nuevos directivos de la marca del cavallino rampante se muestran como firmes entusiastas del mismo.
Para estos directivos, la llegada del Purosangue, el primer vehículo cuatro puertas de estas características desarrollado por Ferrari en sus 75 años de historia va a permitir ampliar la base de clientes del fabricante italiano, muy especialmente en los mercados orientales, donde los adinerados clientes ya no sueñan tanto con vehículos radicalmente deportivos y valoran mucho más estos nuevos conceptos de vehículos y sus facilidades para el uso diario.
Ferrari, como tantas otras marcas del segmento de lujo —incluida Rolls Royce con su Cullinam— finalmente ha claudicado y se pliega a las tendencias que el mercado marca. Eso si, lo hace a su manera y bajo los particulares criterios de deportividad, comportamiento y prestaciones que la marca siempre ha esgrimido como los principales valores de su bandera. Quizás por ello, este primer vehículo SUV presentado por los chicos de Maranello no recurre como habría sido lo más fácil, a incorporar una mecánica V6 o V8 disponibles en su gama, sino que apuesta por el espectacular V12 atmosférico con el que equipa a sus grandes deportivos.
Una apuesta en toda regla, máxime si tenemos en cuenta los tiempos que vivimos, en donde las mecánicas ICE van cediendo paulatinamente terreno y dejando espacio a nuevas referencias híbridas y eléctricas que poder seguir comercializando cuando llegue la prohibición de matricular vehículos con motores de combustión. Para Ferrari el 2035 aún queda lejos y sus dirigentes no quieren dejar pasar la oportunidad de que la marca sea quien disponga del SUV más potente del mercado.
Y para ello entona este último “canto de cisne” lanzando al mercado un SUV que no parece tal dado el deportivo aspecto y diseño de su carrocería a la que dota con una mecánica fuera de lo común en el segmento de los todocamino donde los V12 atmosféricos son una rara especie en vías de extinción a la par que extremadamente exclusivos. El Purosangue deberá competir directamente con apenas 5 modelos: Bentley Bentayga, Mercedes AMG G65, Audi Q7 V12, VW Touareg W12 Sport y el Lamborghini LM002.
Y si hasta la fecha eran los 608 CV del Bentayga los que marcaban la pauta del segmento, Ferrari pega con el zapato sobre la mesa para poner en valor su Purosangue y mostrar al mundo que, incluso con una carrocería y planteamiento inéditos, sigue siendo la mara más deportiva de cuantas existen en el planeta. El Purosangue será un cavallino rampante en toda su extensión y rendirá nada menos que 725 CV, más de 100 CV de diferencia con respecto a sus rivales directos, pero aún por debajo de los casi 800 CV que hemos visto que esta espectacular mecánica 12 cilindros puede llegar a proporcionaren el 812 Superfast.
Para su incorporación al Purosangue, la joya mecánica de Maranello ha recibido algunas modificaciones. Así, las unidades que se montarán proceden de la serie F140 (F140IA), contarán con culatas iguales a las que se montan en los 812 competizione (lo que anticipa la posibilidad de disponer de versiones con aún mayor potencia) y se ha revisado profundamente tanto el sistema de admisión como el de escape.
Sobre el nuevo SUV de Ferrari, el motor va dispuesto en posición delantera-central, situado justo por detrás del eje frontal. De 6.496 cm3 de capacidad, el doce cilindros rinde 725 CV a 7.750 rpm y entrega 716 Nm de par máximo a 6.250 rpm, aunque ofrece una muy amplia entrega de par desde bajas revoluciones, dado que aporta hasta el 80 por ciento del par total desde las 2.100 rpm. La mecánica puede alcanzar una velocidad de giro levemente superior a las 8.250 rpm. Todo ello aportando un rendimiento de 111 CV /l, una cifra sin lugar a dudas espectacular. Y todo ello sin necesidad de recurrir a aportaciones híbridas o a sistemas de sobrealimentación de ningún tipo.
Gracias a este espectacular despliegue de pura potencia, el Purosangue alcanza los 310 km/h de velocidad máxima y es capaz de acelerar desde parado hasta alcanzar los 100 km/h en apenas 3,3 segundos y de situar la aguja del cuentavueltas en los 200 km/h en 10,6 segundos en iguales condiciones.
La mecánica V12 se combina en el Purosangue con una transmisión automática de doble embrague con ocho relaciones de marcha que se monta asociada a la parte trasera del motor. La octava relación funciona a modo de sobremarcha, para facilitar etapas de reducción de marcha a altas velocidades en momentos de alta exigencia mecánica.
Al más puro estilo de la marca, el nuevo SUV de Ferrari funciona habitualmente como un propulsión trasera, pero cuenta con un diseño transaxle que le permite oficiar como un tracción total. Para ello cuenta con una unidad de transferencia (PTU) embridada en la parte delantera del V12 que le permite enviar par a las ruedas delanteras. Esto se consigue mediante una salida adicional separada del cigüeñal que permite impulsar por separado una tracción de doble embrague igualmente y dos velocidades que es la que se encarga de la transferencia de par a las ruedas del eje delantero cuando así es necesario. Evidentemente, la entrega de para cuenta con un sistema específico de vectorización para optimizar su funcionamiento.
Pero además de por su mecánica y prestaciones, el Purosangue también destaca por su estilo, diseño y tamaño. Para ser un modelo de su segmento y categoría, presenta un tamaño ciertamente compacto. Apenas queda 3 cm por debajo de los 5 metros de longitud. De 4,97 m de largo, mide 2,08 m de ancho y 1,59 de alto, medidas muy contenidas frente a las en muchos casos desmesuradas dimensiones a las que nos tienen acostumbrados los SUVs de lujo de muchas otras marcas. Lo mismo sucede con su peso, que se ha contenido al máximo en pro de favorecer unas elevadas prestaciones, superando en apenas 33 kg las dos toneladas.
El aspecto exterior del coche es, como no podía ser de otra manera, muy deportivo. Ferrari renuncia conscientemente a la brutal y desmesurada imagen que ofrecen muchos de los modelos del segmento para apostar por mantener el clásico y refinado estilo que hace de los modelos de Maranello auténticas obras de arte. Así, el Purosangue presenta una silueta muy afinada y de rasgos muy deportivos que aporta no sólo elegancia y una importante sensación de velocidad, sino que favorece una imagen mucho más ligera y compacta de lo que realmente el vehículo es.
Su estética y sus formas son muy similares a las que inicialmente mostraba el GTC Lusso descatalogado en 2020, hasta el punto de que el modelo asemeja mucho más ser un shooting brake que un vehículo SUV convencional. Evidentemente, Marchionne tenía razón: Un Ferrari SUV sería muy diferente a los SUV del resto de los fabricantes.
El diseño exterior muestra superficies puras, muy limpias y fluidas alcanzadas mediante líneas de trazos sencillos y fácilmente reconocibles e identificables, manteniendo la esencia que siempre impregna a todos los modelos Ferrari. El frontal ofrece un diseño extremadamente límpio, con unas ópticas de muy reducido tamaño ocupadas por potentes proyectores de avanzadas tecnologías LED y con un tercio inferior amplio destinado a proporcionar aire a la mecánica a través de las amplias bocas de ventilación que en él se abren. Curiosamente, el logotipo de la marca, el siempre reconocible cavallino rampante aparece en dos ocasiones, inserto en plata sobre la parrilla y recuadrado en el amarillo Ferrari sobre la parte final de la chapa que une los grupos ópticos bajo la línea de terminación del prolongado capó frontal.
La vista lateral es la que resulta más interesante. Lo es por el reparto de proporciones del coche, con una zona delantera muy alargada, un habitáculo —por fin en los modelos de la marca— de amplias dimensiones y una zaga estilísticamente muy corta y si apenas voladizo trasero, que sin embargo oculta un maletero de nada menos que 473 litros de capacidad, el de mayores dimensiones en la historia del constructor italiano.
La línea resulta especialmente atractiva y dinámica. El coche parece “peinarse” hacia atrás lo que aporta una importante sensación de velocidad, reforzada por la presencia bajo los modelados pasos de rueda de unas imponentes llantas de aluminio de cinco brazos y diseño muy abierto que permiten contemplar el potente equipo de frenos con las pinzas acabadas en color amarillo y sus discos de 22 pulgadas para el eje delantero y de 23 para el trasero. Están calzadas con neumáticos en medida de 255/35 R22 delante y 315/30 R23 detrás. Un equipo de frenado que permite parar al Purosangue en apenas 38,9 metros desde 100 a 0 km/h y en 129 m en la medición desde 200 a 0 km/h.
También resulta curioso el hecho de que las puertas delanteras presentan las manetas de apertura enrasadas con el resto de la carrocería, mientras que para la apertura de las traseras no hay elemento alguno disponible ni a la vista ni de manera oculta. La razón de ello reside en que la apertura de las mismas es imposible desde el exterior sin accionar la apertura de las puertas delanteras. El mecanismo de apertura está en el interior del vehículo y, aunque este mantiene su pilar B oculto para aportar una mayor rigidez a la estructura del Purosangue, las puertas laterales delantera y trasera abren de manera opuesta, la delantera hacia el frente y la trasera en dirección a la zaga. El primer cuatro puertas de la marca en sus 75 años de historia ofrece unas puertas traseras con las bisagras en el pilar C. Las puertas se abren mediante un sistema eléctrico hasta alcanzar un ángulo máximo de apertura de 75°.
La línea del techo termina en un atractivo alerón que cae sobre la inclinada luneta trasera de modo abierto en U para dirigir convenientemente los flujos aerodinámicos hacia la parte final de esta donde les espera un nuevo alerón que los aprovechará convenientemente para generar la necesaria carga aerodinámica para un vehículo de sus altas prestaciones.
En la zona inferior, a ambos lados de la amplia superficie que ocupa el difusor trasero que permite evacuar los flujos procedentes de los bajos del vehículo se ubican unas dobles salidas de escape de grandes dimensiones. Las ópticas traseras mantienen el discreto tamaño y elegante aspecto visto en las delanteras. Bajo las situadas en los extremos del coche, se abren dos bocas para dar salida a los flujos de aire laterales.
En todo caso, lo más llamativo de este Ferrari es sin duda la elevada distancia al suelo que mantiene, un detalle que no suele ser muy habitual en la marca y que viene a delatar que realmente es un modelo “diferente” al concepto de vehículo que habitualmente nos suele ofrecer el constructor italiano.
En cuanto al interior, Ferrari ha querido hacer más cómodo el viaje no sólo al conductor, sino a todos los ocupantes del vehículo por igual. Además de la calidad de materiales habitual de los vehículos de este segmento, los diseñadores han apostado por un diseño de salpicadero dividido claramente en dos, que elimina la habitual columna central. Así ofrece además de la cúpula de la instrumentación tras del volante de una segunda cúpula frente al asiento del pasajero delantero en la que se incluye la pantalla del sistema de infoentretenimiento a bordo dispuesta entre dos amplias salidas de ventilación, de un tamaño ligeramente inferior a las que ocupan igual situación en la cúpula de la instrumentación.
En el del piloto, la instrumentación digital que se ofrece cuenta con un diseño inspirado en la del SF90 Stradale, con una pantalla en la que se aprecia un cuentarrevoluciones digital de diseño analógico que muestra igualmente en grande la marcha en la que el vehículo está circulando, así como toda la información que precisa el conductor obtener en todo momento del funcionamiento del vehículo.
El volante, con la zona inferior achatada muestra el origen deportivo de la marca y mantiene junto a otros muchos elementos de control el tradicional Manettino para regular la intrusión del sistema de estabilidad. Igualmente, cuenta con leds integrados que permiten visualizar el funcionamiento y la activación de sistemas (por ejemplo, el start/stop como se puede apreciar en las imágenes). Las levas del cambio de doble embrague están integradas en los brazos, mientras que la zona central aparece ocupada por el logo de la marca inserto en un círculo de fondo amarillo 75 aniversario, el mismo color que se reproduce como fondo para el cuentarrevoluciones.
A los pies del conductor, el pedalier está elaborado en aluminio, material que también se usa recurrentemente como elemento distintivo en distintas inserciones tanto en puertas como en volante, salpicadero, plataforma central, etc. Por cierto, como detalle curioso hay que indicar que Ferrari ofrece opcionalmente unas alfombrillas y moqueta para el piso ultrarresistentes y de larga duración elaboradas en material tecnológico antibalas utilizado para realizar tejidos antipenetración utilizados en uniformes de unidades militares especializadas y que proporcionan una excepcional resistencia y durabilidad.
Los asientos ofrecen todo tipo de comodidades, pero no sólo en el caso de los delanteros. Los traseros también aportan una configuración individualizada (no es un 5 plazas sino un cuatro) y al igual que los delanteros su posición, nivel de confort y comodidad se puede regular eléctricamente de manera individual. Igualmente son calefactables y, además, pueden plegarse por completo hacia adelante para permitir ampliar la capacidad de carga disponible en el maletero. Un hecho que también se produce por primera vez a bordo de un Ferrari.
El equipamiento es de lo más amplio y los ingenieros de la marca han dotado al Purosangue de un amplio repertorio en cuanto a sistemas de asistencia y ayuda a la conducción se refiere. Entre ellos podemos encontrar algunos como el control de crucero adaptativo (ACC), frenado automático de emergencia (AEB), control automático de luces largas y cortas (HBA/HBAM), advertencia de cambio de carril (LDW), advertencia de cambio de carril (LKA), asistente de punto ciego (BSD), alerta de tráfico cruzado trasero (RCTA), reconocimiento de señales de tráfico (TSR), asistente de somnolencia y atención del conductor (DDA), cámara de estacionamiento (NSW) y, por primera vez en la marca, el sistema de control de descenso en pendiente (HDC), desarrollado especialmente para el SUV. Este aporta a la conducción del Purosangue interesantes ventajas adicionales a la hora de circular por carreteras de montaña sobre superficies resbaladizas.
El Purosangue ya ha iniciado su proceso de comercialización. El inicio de la producción se iniciará durante este próximo mes de octubre y las primeras unidades llegarán a los clientes de la marca a inicios del próximo año. El precio del modelo supera los 300.000 euros, cantidad que obviamente variará en función del tamaño de la cartera del cliente y de sus respectivos caprichos y preferencias en cuanto a la calidad y componentes de equipamiento que quiera instalar a bordo.
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