Las siglas RS han servido y sirven para dar nombre a las versiones más deportivas de muchos fabricantes. Renault emplea las siglas RS, al igual que Audi y al igual que Ford. Cada una de estas marcas otorga un significado diferente a sus siglas RS, pero en todas las ocasiones representan el lado más prestacional e incluso salvaje de cada marca. En el caso de Audi, llevar estas dos letras supone potencia a raudales y tracción total, mientras que en Renault significa estar frente a uno de los automóviles más racing que se pueden comprar.
Pero en el caso de Ford, significa rallyes, coches diseñados para fulminar a cualquiera que se ponga por delante en una carretera de curvas. No importa si es un Porsche, no importa si es un Lamborghini, cuantas más curvas haya en el trazado, más complicado lo tendrá el deportivo para despegarse de un Ford RS. No en balde, la firma lleva cultivando este ADN “tramero” desde la década de los 70, incluso un poco antes. Hay algún Ford RS en la década de los 60, aunque es meramente testimonial, cuando realmente comenzó la saga fue en 1970, con la aparición del Ford Escort RS1600, un sedán de dos puertas, motor 1.6 litros de 115 CV y propulsión.
El Ford Escort RS se convirtió en un referente mundial en los tramos de rallye
Hoy día parecen cifras de auténtica risa, pero en su momento, el Escort RS se convirtió en un referente mundial en los tramos de rallye. La primera generación del Escort no se vendió en España oficialmente, pero esa versión RS1600 es un auténtico Ford Escort RS Cosworth, ya que su bloque de cuatro cilindros y cuatro válvulas, fue obra del famoso motorista británico, que poco después también fueron responsables del bloque del Escort RS2000.
Los Ford “adornados” con las siglas RS siempre han levantado pasiones allí donde han aparecido, tiene algo especial que hace que la gente acuda en masa, pero hay uno en especial que arrasa allá donde va: el Ford Escort RS Cosworth. Uno de los compactos más caleros y desproporcionados que se han podido ver circulando por vías públicas, además de uno de los más eficaces y a día de hoy, tremendamente caros (se pueden encontrar unidades que superan los 60.000 euros… ).
Tracción total y motor turbo del Sierra Cosworth
El Ford Escort RS Cosworth es actualmente toda una institución, un coche que en su momento no era precisamente barato y que ya ha superado el precio por el que se vendía en su momento, que rondaba los 4.000.000 de pesetas, unos 25.000 euros (sin contar inflación). Ahora se pueden ver precios de más de 60.000 euros, unos 10.000.000 de las antiguas pesetas. Dice mucho de este coche, que levanta pasiones entre los aficionados casi desde el mismo momento en el que se puso a la venta hace más de 25 años.
No es un clásico todavía, al menos no lo es legalmente (en España, se pueden matricular como históricos a partir de los 30 años), pero es un coche totalmente coleccionable y extremadamente pasional. No es un automóvil para guardar en el garaje y esperar que su valoración aumente para luego venderlo, el Ford Escort RS Cosworth pide ser usado y además, sin miramientos. Y olvidaros de las culatas que se rompen, pues se trata de una mala práctica muy habitual, como es aumentar la presión del turbo en exceso, por ejemplo.
El Ford Escort RS Cosworth apareció a comienzos de los 90 para ocupar el lugar del Ford Sierra RS Cosworth en los rallyes. De hecho, es más justo decir que al Sierra RS Cosworth 4×4, se le revisó el motor (un 2.0 turbo que en un primer momento rendía 204 CV y luego pasó a 220 CV) y se le cambió la carrocería. El Escort Cosworth en realidad no es un Escort, es un Sierra actualizado y con un nuevo “vestido”.
Con esto no queremos quitar mérito al modelo, más bien lo contrario, es todo un halago. El Sierra RS Cosworth fue uno de los coches de rallyes más duros de batir y con el Escort RS Cosworth se buscaba mantener ese nivel de competitividad. La versión “de calle” iba destinada a homologar el Grupo A para el Mundial de Rallyes, coche que acabaría pilotando Carlos Sainz y Juha Kankkunen.
T35 y T25, ¿con cuál te quedas?
La primera serie del Ford Escort RS Cosworth, conocida como “T35”, apareció en 1992 con especificaciones para el Grupo A. Por un lado, contaba con un bloque de cuatro cilindros 2.0 colocado de forma longitudinal bajo el capó. Esto deja claro que no es un Escort convencional, pues en el chasis del Escort se posicionaban los motores de forma transversal y no había opción a colocarlo de otra forma (era tracción delantera y se había diseñado para motores transversales). Esto es, como se ha comentado antes, por emplear la base del Ford Sierra, cuyas versiones eran todas propulsión con motores longitudinales.
Volviendo al motor, con culata de cuatro válvulas por cilindro cortesía de Cosworth, debía su nombre y su notable carácter de pocos amigos a un turbo de gran tamaño, un Garrett T03/T04B (turbina T03 y compresor del T04B), el cual se conocía como “T35”. Este complemento permitía extraer 227 CV a 6.250 rpm y 304 Nm de par a 3.500 rpm. Es famoso por su poderosa patada cuando el turbo sopla a pleno pulmón y por sus posibilidades de potenciación, en algunos casos, por encima de los 400 CV.
Era el coche que servía de base para el de competición y era bastante radical para lo que se estilaba en la época. El aislamiento, tanto sonoro como térmico, se había reducido para reducir peso y solo se ofrecía con aire acondicionado. Ni siquiera llevaba airbag, aunque por entonces no era tan común ver coches con bolsas de aire.
La segunda serie fue conocida como “T25” y era mucho menos radical. Apareció en 1994, después de haber cumplido con las exigencias de la FIA para homologar la versión de competición. Estaba muy dulcificado, con una forma de entregar la potencia menos bestia y más calmada, aunque no por ello era menos rápido. Además, también contaba con más equipamiento, como en el mencionado airbag.
Que se lo conozca como “T25” tiene que ver, como en el primer caso, al turbo. En este caso era un nuevo Garrett T25, más pequeño y más progresivo en su entrega de potencia, que se combinó con una nueva gestión electrónica desarrollada por la propia Ford, que sustituía a la anterior Magneti Marelli. La potencia era la misma, 227 CV, pero llegaban antes, a 5.750 rpm, aunque el par era ligeramente inferior, aunque estaba disponible 1.000 revoluciones antes, anunciando 299 Nm a 2.500 rpm.
La potencia llegaba al suelo mediante un sistema de tracción total con diferencial central y trasero (de tipo viscoso), unido mediante un cambio manual de cinco relaciones y un embrague monodisco. Exactamente igual que en el caso del Cosworth T35, aunque había más peso al tener más equipamiento (hasta asientos calefactados y tapizados en cuero).
Un campeón sin corona
El Ford Escort RS Cosworth es un coche que levanta pasiones, no cabe duda, habrá a quien le guste más o menos, pero los seguidores se cuentan por millares. Y eso se debe, en parte, a su espectacular estampa. Los responsables del proyecto fueron Rod Mansfield y John Wheeler, de Ford SVO (Special Vehicle Operation), que contaron con la ayuda del diseñador Stephen Harper, de MGA Developments, para darle su aspecto exterior. La fabricación corrió a cargo de Karman, en Alemania, quieren dieron forma a un total de 7.145 unidades.
Uno de los puntos más característicos del Escort Cosworth, es, indiscutiblemente, su enorme alerón trasero, un elemento que también montó su antecesor, el Ford Sierra Rs Cosworth. En un principio iban a ser más alas las que ocuparían su lugar en el portón del maletero, aunque finalmente se dejó el enorme plano superior y un segundo plano inferior a modo de spoiler. Que a nadie le resulte raro encontrarse unidades sin el alerón, pues Ford ofrecía la posibilidad de montarlo o no, sin coste alguno, en los T35, pero los siguientes T25 se vendían sin el alerón, siendo un extra a pagar a parte.
No obstante, mientras en la calle conquistaba a todo el mundo y superaba a coches de renombre, en las pistas no lograba su objetivo. El Ford Escort RS Cosworth del Mundial de Rallyes nunca logró hacerse campeón del Grupo A. Si ganó varias pruebas, un total de 8 entre 1993 y 1996, más otras dos que logró la versión WRC antes de ser reemplazado por el Ford Focus.
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