No es raro ver que todavía se afirma que los coches son cosa de hombre. Hace muchos años, allá por los años 20 o 30, por ejemplo, podría ser una frase acertada ya que hacía falta ser Sansón para accionar los pedales o tener los brazos de Hércules para mover la dirección. Pero, aun así, decir que los coches son cosa de hombres es demostrar un serio desconocimiento y ser un poco retrógrado. Además, curiosamente, algunos de los sistemas que emplean los coches actualmente, principalmente destinados a la seguridad, fueron inventados por mujeres.
Por ejemplo, el limpiaparabrisas fue obra de una mujer llamada Mary Anderson y los indicadores de dirección (en aquel momento no eran luces parpadeantes) salieron de la mente de Florence Lawrence, quien también inventó la luz de freno. Poner calefacción a los coches fue idea de Margaret A. Wilcox, mientras que el kevlar, material que se usa en automoción y otras industrias, fue un desarrollo de Stephanie Kwolek. Las mujeres han desarrollado cosas incluso para motores, pues no podemos olvidar a Margaret E. Knight, quien desarrolló las válvulas de camisa de los motores Knight. Y por supuesto, la señora Benz, Berta, quien no inventó nada, pero fue vital para el automóvil gracias al apoyó que ofreció ¡a su marido durante el desarrollo del Benz Patent Motorwagen Nº3 (incluso financiando el proyecto) y posteriormente, siendo la primera persona en viajar en un automóvil.
Las mujeres, como se puede apreciar, han hecho grandes cosas por el automóvil. No creo que actualmente, nadie quiera circular en su coche sin limpiaparabrisas o sin calefacción, por ejemplo, aunque eso de los indicadores de dirección debe ser un invento del pasado, porque al parecer ningún coche moderno los usa (nótese el sarcasmo).
Sin embargo, hubo que esperar muchos años para que una mujer diseñara completamente un coche. Concretamente, hubo que esperar hasta finales de los años 70 y comienzos de los 80, para que Marielena Corvasce diera forma al Ghia Brezzo, un concept car de formas muy futuristas para la década de los 80, que buscaba explotar unas buenas cualidades aerodinámicas. Hasta ese momento, las mujeres habían participado en cosas como la elección de los colores, el diseño de algunos mandos interiores o el interior al completo (como era el caso de Helene Rother, la primera diseñadora de la industria), estrategias de marketing por poner unos ejemplos. Marielena fue la primera en diseñar completamente un coche.
De dentro a fuera, todo fue obra de Marielena
El Ghia Brezzo era un trabajo de diseño que buscaba, como se ha dicho, lograr el mejor comportamiento aerodinámico posible. Es por eso que cuenta con un frontal tan afilado, unas ruedas traseras carenadas y una zaga muy recta, para generar la menor resistencia al avance posible. El motor gasolina 1.6 que procedía del Ford Escort. Por desgracia no hay mucha información, pero Corvasce escribió tiempo después una carta hablando sobre el coche.
«A decir verdad, nunca me di cuenta de que estaba haciendo historia como la primera mujer diseñadora de automóviles, porque ese era mi trabajo, mi deber. Todavía creo que las oportunidades para las mujeres en este campo son las mismas que hace 30 años porque, hasta ahora, lamentablemente no he oído hablar de otro automóvil diseñado completamente por una mujer».
El Ghia Brezzo era un trabajo de diseño que buscaba, como se ha dicho, lograr el mejor comportamiento aerodinámico posible
Unas afirmaciones que debieron de ser hace bastante tiempo, pues en 2014, un grupo de mujeres diseñaron el Volvo YCC (Your Concept Car), por ejemplo. También habría que mencionar a Mini Vandermolen quien diseñó el Ford Probe, a Diane Allen, responsable de las formas del Nissan 350Z, Juliane Blasi, quien diseñó la primera generación del BMW Z4 o Michelle Christensen que diseñó la segunda generación del Honda NSX.
Pero dejemos eso de lado y vayamos a centrarnos en el Ghia Brezzo. Cuando se presentó a inicios de 1982, era un coche totalmente funcional, contaba con dirección asistida, aire acondicionado, servofreno… un equipamiento muy completo para la época. El coche nunca llegó a producción y ni siquiera se llegó a publicar el nombre del responsable de su diseño. En aquellos y muchas veces también actualmente, el diseñador no es importante y su nombre muy pocas veces trasciende. En los 80, cuando se dio a conocer el Ghia Brezzo, solo se dijo que había sido obra de los responsables de Ghia. Marielena fue contratada por el mismo Giogetto Giugiaro en 1968.
¿Pensando en competir con el Pontiac Fiero?
A comienzos de la década de los 80, Ford sabía que Pontiac estaba desarrollando un coupé de tamaño medio que podría dar mucha guerra, el coche se acabaría llamando Pontiac Fiero y Ford quería poner un modelo en circulación para luchar por el mismo hueco de mercado. Por eso, envió un chasis de EXP a Ghia, que ya por entonces estaba bajo su control, para que se pusieran manos a la obra. Las directrices eran muy básicas, pero también muy concretas: hacer un coche de motor central de aproximadamente el mismo tamaño del EXP y que pareciera un modelo listo para producción.
El director gerente en aquel momento, Filippo Sapino, le encargó el proyecto a Marielena Corvasce, una de las cuatro diseñadoras que había en el equipo en aquellos años, que había aprendido muchas cosas de Giugiaro y de Giorgeto Tomaso. Según dijo Sapino, Corvasce tenía visiones e ideas muy claras, con enfoques de diseño sólidos pero prácticos.
Para convertirlo en motor central, hubo que cortar el chasis justo delante del eje trasero y justo detrás de las ruedas delanteras. Luego, soldaron esta última pieza a la parte trasera del coche. Luego quitaron el motor y fijaron los tirantes de la suspensión trasera. No era la mejor ingeniería, pero el coche no tenía que cumplir con las especificaciones de un vehículo de producción, solo tenía que parecerlo.
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