Mientras los primeros rayos de sol acarician los tejados de la ciudad portuaria de Rijeka, junto al planetario aparece el Porsche 718 Boxster GTS 4.0. Desde la lejanía llega el sonido del motor bóxer de seis cilindros. Se oye perfectamente cómo el conductor va engranando cada una de las seis marchas del cambio manual. Aquí arriba, junto al observatorio astronómico que queda frente a una fortaleza histórica, donde normalmente la vista está puesta en el universo, una nueva estrella brilla en el firmamento Porsche: deportiva en su rendimiento, precisa en su conducción y exclusiva en su equipamiento. Así es el modelo más excitante de la familia Boxster.
El camino zigzagueante parece hecho a medida para este coche. Con elegancia, el descapotable de color verde serpentea en dirección al puerto. En el centro de la ciudad, las miradas de los transeúntes están aseguradas: las cabezas se giran, los peatones se paran y un grupo de niños lanza gritos de júbilo. Hasta los más pequeños reconocen un Porsche desde lejos. Sus icónicas líneas constituyen un rasgo de diseño universalmente reconocible. Se trata de un GTS, un Gran Turismo Sport. Si un Porsche, sin importar la serie, lleva en su nombre las legendarias siglas GTS, significa que al alto nivel de confort habitual se le suma una deportividad aún mayor. El Boxster se abre camino entre palacios construidos en tiempos de la monarquía austrohúngara y altos bloques de edificios de la era socialista. En el muelle histórico, que los habitantes llaman “Molo Longo” por su longitud de 1.707 metros, le está esperando un compañero: el Porsche 904 Carrera GTS de 1963, el primero de su clase, ya que con él se inauguró el concepto GTS.
En el embarcadero se encuentran el joven y su ancestro. Con la dignidad y el aplomo de una escultura, el legendario 904 Carrera GTS espera a su descendiente. Ferdinand Alexander “Butzi” Porsche, que antes ya había dado forma al 911, fue quien diseñó el 904. Indiscutiblemente bello, este primer GTS, con sus llamativos faros delanteros y su carrocería de plástico reforzado con fibra de vidrio, ya en su momento convencía no solo por su diseño, sino también por su dinámica y proporciones: 650 kilogramos de peso, 1,06 metros de altura, 180 CV (132 kW) de potencia y 263 km/h de velocidad punta. En 1964, este coche de carreras homologado para circular por la vía pública conquistó rápidamente el mundo de las pruebas de resistencia. Con una victoria en su categoría en Sebring, comenzó una trayectoria automovilística que continuó en Le Mans y alcanzó su punto álgido en la Targa Florio, la temida carrera de resistencia de Sicilia, donde el 904 GTS obtuvo un doble triunfo. El éxito dio lugar a un nuevo sello de calidad denominado GTS.
Unas siglas que siguen siendo sinónimo de más potencia, más velocidad y más rendimiento. En pocas palabras: más Porsche. Este fue el caso del 924 Carrera GTS Rally de 1981, con el que Walter Röhrl ganó el Campeonato de Alemania. También del primer 911 Carrera GTS del año 2010 y del Cayenne GTS de 2012, uno de los SUV más potentes de su tiempo. Originalmente, la premisa «deportividad más confort” tenía como fin mejorar la concentración de los pilotos privados durante una carrera. Más de medio siglo después de que el 904 Carrera GTS causara furor, todos los modelos Porsche se pueden configurar en esta variante extradeportiva.
Pero volvamos al momento actual en esta localización tan especial. Rijeka, junto con la ciudad irlandesa de Galway, ostenta el título de Capital Europea de la Cultura 2020. El Adriático se ve tranquilo al fondo, el agua pinta de azul la bahía de Carnaro y los yates se mueven en sus atraques. Bajo el lema “Puerto de la diversidad”, la ciudad se ha engalanado para este año cultural. Están previstos más de 600 eventos, algunos hoteles tienen todas sus habitaciones reservadas desde hace meses y se esperan más de cuatro millones de visitantes de todo el mundo. Rijeka es un lugar de contrastes. Diferentes épocas y estilos han dejado su impronta en la imagen de la ciudad: con la fortaleza medieval de Trsat en lo alto, las casas señoriales clasicistas chocan visualmente con las creaciones arquitectónicas de los años setenta. Entre todas ellos, cobran vida algunas naves industriales abandonadas y búnkeres de la Segunda Guerra Mundial, antaño abandonados y olvidados. Ahora, esta perla croata está siendo pulida. Los edificios industriales se están convirtiendo en puntos de encuentro culturales y en los búnkeres se están abriendo restaurantes y bares. Lo antiguo resplandece con un nuevo brillo.
Los dos Porsche se mueven perfectamente en este escenario. El Boxster GTS 4.0 es un rayo de luz entre el bullicio de las calles comerciales. Pero ahora toca salir de la ciudad. En la cercana isla de Krk, el nuevo deportivo con motor central muestra lo que lleva dentro. El Boxster acelera y, en solo 4,5 segundos, el velocímetro marca 100 kilómetros por hora. Podría seguir subiendo la velocidad, pero la carretera, el paisaje y la luz son demasiado majestuosos como para apresurarse.
Con estilo y refinamiento, el GTS 4.0 despliega su deslumbrante potencial: el motor bóxer desarrolla 400 CV a 7.800 revoluciones por minuto y puede alcanzar una velocidad máxima de 293 km/h. El tren de rodaje deportivo de serie Porsche Active Suspension Management (PASM), capaz de rebajar la altura de la carrocería en 20 milímetros, se adapta al estilo de conducción de cada usuario y, en interacción con el Porsche Torque Vectoring (PTV), proporciona una conducción ágil y segura. Bien sea en una carretera revirada, en una autopista o, simplemente, durante un tranquilo paseo de domingo, el GTS cumple a la perfección.
Una horquilla sigue a otra en el paisaje rocoso de Krk. A la izquierda, la montaña; a la derecha, la pendiente. El mar siempre a la vista. El ritmo es ágil, el Porsche 718 Boxster GTS 4.0 se pega al asfalto y uno se siente casi como el barón Antonio Pucci cuando ganó la Targa Florio de 1964 con el 904 GTS. Este italiano ya voló con su Porsche por las carreteras de una isla mediterránea, en aquella ocasión, Sicilia. Con su copiloto, Colin Davis, el barón Pucci logró la victoria absoluta en esa mítica carrera de resistencia que se celebró entre 1906 y 1977. Consiguieron recorrer diez vueltas, de 72 kilómetros cada una, en siete horas y diez minutos, alcanzando una victoria que dio paso a una leyenda.
Y la leyenda continúa hoy en el 718 Boxster GTS 4.0. El motor en posición central y los neumáticos de alto rendimiento dan lugar a un equilibrio perfecto y a una tracción imperturbable. La dinámica convence por su altísima precisión y su gran agilidad. La imagen deportiva y elegante también hace su aporte a este momento de disfrute al volante. Las superficies de Alcantara y el tapizado especial de los asientos forman parte de la dotación de serie. A ello se suman las costuras de contraste y el emblema GTS que figura en el velocímetro, los reposacabezas y el exterior del coche, en la zaga y en los laterales. Este es el denominador común de todos los modelos Porsche GTS: tres letras, una leyenda.
También Rijeka expresa una promesa. Descrita por sus habitantes como una ciudad olvidada, ahora está llamada a convertirse en el epicentro de la cultura. En el siglo XIX, Rijeka, que era uno de los puertos más grandes de Europa, ofrecía incluso conexiones directas con Nueva York. La ciudad era ante todo una metrópoli comercial que luego, en el siglo XX, se convirtió en una urbe industrial. Pero también este periodo quedó atrás y florece la esperanza de que 2020 sea el año en que la ciudad se reinvente. Quien ya haya disfrutado de las delicias culinarias en uno de los locales de la plaza de Tito o haya visitado alguno de los bares móviles del “Túnel”, una antigua fortaleza subterránea, se sumará a este deseo. En febrero se inauguró el año cultural con la presencia de más de 150.000 personas en el carnaval más grande de Croacia, que incluyó desfiles festivos, bailes de máscaras e incluso un rallye automovilístico.
Abajo, en la playa Ploče y con cierto sabor a despedida, giramos la llave de contacto del 718 Boxster GTS 4.0 a la izquierda del volante. Mientras tanto, el sol, ya en una posición baja y cercana al horizonte, aporta reflejos dorados al 904 GTS. Una última vez suena el intenso bramido del motor. Una última vez, el dinámico juego de luces de la carrocería regala al espectador una visión única. Termina la jornada, pero la historia continúa. Desde el primer éxito de Ferdinand Alexander Porsche, Gran Turismo Sport es una leyenda que no tiene fin.
(Artículo publicado en el número 394 de Christophorus, la revista para clientes de Porsche).