Entre los años 1911 y 1914 la marca Hispano-Suiza produjo 500 unidades del Alfonso XIII, un automóvil deportivo de lujo diseñado por el ingeniero suizo Marc Birkigt, uno de los fundadores de la marca. Lo que quizás no es conocido por todos es que este modelo bautizado así por el monarca español, también tuvo su propia versión de carreras, a la que denominaron 45CR. Hoy vamos a conocer la historia de uno de los tres ejemplares que se conservan de estos “Alfonso XIII de carreras”; su contexto, sus especificaciones y dónde se puede disfrutar de esta reliquia.
Los voiturettes: el reglamento que dio vida al 45CR Alfonso XIII
Nos encontramos ubicados en la era de los Grandes Premios, en una época donde no existía la Fórmula 1 actual, ni tampoco ninguno de los campeonatos que le sirvieron de precedente. Lo que sí que había eran Grandes premios. Durante esta era, Marc Birkigt decidió diseñar un vehículo con el que Hispano-Suiza pudiese competir en los GP dentro de la categoría Voiturette.
Voiturette, que traducido literalmente del francés significa “cochecitos”, era un tipo de categoría menor dentro de los vehículos de gran premio en el que competían coches de menor cilindrada. En este período no se podía hablar todavía de monoplazas, ya que los coches tenían dos asientos en el cual tenía que haber un acompañante para cargar con las herramientas y asistir al piloto en caso de avería durante las carreras. Las normas de los grandes premios de la época dictaban que los Voiturettes debían pesar menos de 750 kg y una cilindrada menor de 2.000 centímetros cúbicos (2 L), aunque lo de la cilindrada no era algo que se cumpliera al pie de la letra como veremos con este coche. Con esto en mente Marc Birkigt aprovechó para construir este modelo de carreras que tenía un motor de 4 cilindros, 3.616 cc (3,6 L) 1,6 más de lo supuestamente permitido, 660 kg de peso, una potencia de 60 CV y una velocidad punta de 128 km/h. Los resultados no tardaron en llegar. Las victorias logradas en Ostende y en Boulogne sur Mer en la Coupe de l’Auto sobre los Peugeot dieron fama a los Hispano-Suiza.
Un coche hispano-francés
Debido a problemas políticos vinculados con la creciente conflictividad obrera en España, la marca se vio obligada a producir los Alfonso XIII en Francia, más concretamente en la planta de Levalloios-Perret, por lo que no podemos decir que este coche sea 100% español, sino que los componentes eran españoles, pero se ensamblaban en el país galo.
El ejemplar que nos interesa hoy de esta serie es uno que nació el 4 de septiembre de 1911. Este Hispano-Suiza 45CR Alfonso XIII, nació por encargo del piloto francés Albert Roulinat. Con él estuvo compitiendo hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Con el estallido del conflicto, Albert Roulinat no pudo seguir compitiendo y se vio obligado a vender el vehículo por problemas económicos.
¿Dónde se puede ver este Hispano-Suiza?
Está documentado que estuvo compitiendo desde su fabricación en 1911 hasta su venta en 1914, sin embargo no se tienen más datos sobre qué paso con el coche durante los siguientes 46 años. No se supo nada más de el hasta 1960, cuando Francisco de la Rocha compró sus restos, por lo que el coche o fue destrozado o fue desmontado pieza a pieza. El que fue el antiguo distribuidor de la marca en la Comunidad Autónoma de Galicia lo conservó hasta su muerte, momento en el que pasó a manos de un tercer propietario, el historiador de Hispano-Suiza Emilio polo, fallecido hace no mucho.
Después de su fallecimiento, el coche pasó a manos del especialista en coches clásicos, Patricio Chadwick. Él lo restauró en su propio taller y se lo vendió a otro coleccionista en el 2001. Con esto iban ya cinco propietarios diferentes por los que pasó este Hispano-Suiza. Tras solo tres años, en julio de 2004 el coche fue vendido a Peter Mullin, quien lo adquirió para su museo, donde se encuentra en la actualidad. El Mullin Automotive Museum se encuentra en Oxnard, Califronia, por lo que muchos amantes del motor, en especial los españoles, no tendremos más remedio que cruzar el charco y viajar a Estados Unidos si queremos ver en primera persona esta joya de la historia del automóvil español.