Incluso antes de comenzar a competir profesionalmente y ganar las 24 Horas de Le Mans en 1959, Carroll Shelby, ese piloto de carreras y diseñador de automóviles estadounidense, que anteriormente había sido instructor de vuelo y piloto de pruebas del Cuerpo Aéreo de los Estados Unidos durante la 2ª Guerra Mundial, siempre soñó con construir coches deportivos que llevaran su propio nombre. Pero a principios de la década de 1960, ese sueño parecía imposible y todas las compañías independientes de los Estados Unidos, que no pertenecían a ninguno de los conglomerados de las tres grandes de Detroit, estaban sucumbiendo y/o siendo absorbidas por ellos.
Carroll Shelby, (Enero 11, 1923 – Mayo 10, 2012)
Carroll Shelby participó en un total de ocho carreras puntuables para el campeonato de Fórmula 1, disputadas en las temporadas de 1958 y 1959, consiguiendo una cuarta posición como mejor resultado. Fuera de la Fórmula 1, Shelby ganó las 24 Horas de Le Mans en el año 1959, pilotando para Aston Martin, sin embargo, su estado de salud le obligó a dejar de competir, mientras sus otros negocios, entre ellos, una escuela de conducción para pilotos, no parecían ser muy prometedores.
“No creo que sea una celebridad. Solo soy un tipo del Este de Texas que ama los coches y los aviones” – Fotografía tomada en junio de 1959, después de ganar ‘Las 24 Horas de Le Mans’ conduciendo un Aston Martin.
Corría el año 1961, cuando Shelby se enteró que al otro lado del Atlántico, la compañía británica AC Cars, pararía la producción de su modelo ‘AC Ace’ porque los motores de seis cilindros de Bristol ya no estarían disponibles. Con la visión que solo poseen los verdaderos emprendedores que le ponen ‘alma, vida y corazón’ a sus sueños, Shelby rápidamente entendió que el liviano y ágil ‘roadster’ británico podría ser el eslabón perdido para una fórmula perfecta.
AC Ace Bristol, modelo 1960
Conociendo como pocos la potencia de los motores V-8 estadounidenses, y la dinámica de las competencias, sabía que un poderoso motor V-8 americano, montado en esa bella y ágil carrocería británica no solo eran la combinación perfecta para el éxito, sino que sería su oportunidad de hacer su eterno sueño una realidad y convertirse en un constructor dejando de ser sólo un piloto retirado. Muy pronto, se puso en contacto con AC Cars y le enviaron una carrocería sin motor a su tienda en California. La idea inicial era complementar la bella carrocería del AC Ace con un motor Chevrolet V-8 de 4.6L, pero GM no creyó en el proyecto. Algo decepcionado pero no vencido, tocó las puertas de la Ford Motor Company, que por esos años estaba dirigida por Henry Ford II, nieto del fundador, y fue con la ayuda de Ford Motor Company y un pequeño equipo de mecánicos, que su idea se hizo posible. Así el primer Shelby Cobra fue producido en 1962.
1962-63 Shelby Cobra 260 Mk
Estaba impulsado por un motor Ford V-8 de 4.2L, pero unas cuantas semanas después, ese motor fue sustituido por otro, solo que esta vez se trató del venerado motor Ford V-8 de 4.7L. Fue el matrimonio perfecto y en cuestión de semanas el nuevo Shelby Cobra, desató una tormenta y revolucionó el mundo de las competencias.
1964 Shelby Cobra 289 MkII
Desarrollo:
Sin embargo, la ambición de Shelby no terminaría allí, pues sabía del enorme potencial del Cobra. Así, en 1964, Shelby comenzó a trabajar en Shelby Cobra 427, una versión aún más extrema impulsada por un monstruoso motor V-8 de Ford de 7.0L, que generaba cerca de 450 HP y más de 600 Nm (442.53 lb ft) de par. Era una locura poner este tipo de potencia en un coche tan liviano, pero todos sabemos ahora que Shelby no era un tipo que se preocupara por la sensatez en este tipo de proyectos.
Bosquejo de un Shelby Cobra 427, S-C, modelo 1965 -por David Kimble
Él pensaba que no había nada como un coche con muchísima potencia y estaba decidido a construir un «muscle car» mítico, y desde luego lo logró. La instalación de ese enorme V-8 de 7.0L, en la carrocería del Cobra resultó ser más difícil de lo que todos habían previsto y fue necesario hacer algunas modificaciones, ya que hubo que estirar y ensanchar no solo la carrocería, sino también el chasis, además de tener que realizar mejoras sustanciales en la suspensión. El diseño general del Cobra siguió siendo el mismo, pero aunque el Cobra 289 y el Cobra 427 parecían muy similares, ninguno de los paneles de la carrocería era intercambiable, a excepción del capó, la tapa del maletero y el parabrisas.
Shelby Cobra 427 Street Cobra, modelo 1965
Conducción y rendimiento:
Equipado con una bestia como motor y una muy ágil transmisión manual de cuatro velocidades, el Cobra 427 era asombrosamente rápido, incluso para los estándares actuales. Podía ir de 0 a 60 mph en poco más de 4.0 segundos y de 0 a 100 mph en solo 10.3 segundos. Durante muchos años, el Cobra 427 fue el carro americano más rápido en todos los aspectos. La brutal aceleración era uno de sus mejores atractivos en los puntos de venta. Existe una leyenda que dice que Carroll Shelby una vez pegó con cinta un billete de 100 dólares en el guardabarros delantero de su Cobra 427, y dijo que cualquiera que pudiera alcanzarlo durante el arrancón podía reclamarlo. Aparentemente, nadie se alejó de ahí siendo 100 dólares más rico.
Carrol Shelby conduciendo su propio Cobra 427, ‘Super Snake’ modelo 1966. Identificado con el VIN CSX 3015, uno de 2 fabricados.
A pesar de haberse consolidado rápidamente como un verdadero ícono de la industria automotriz, su fantástico rendimiento resultó ser demasiado para algunos propietarios, muchos de ellos murieron o se lesionaron gravemente cuando una gran cantidad de Cobras terminaron siendo una pila de metal retorcido debido a que sus pilotos no tenían la pericia requerida para ese nivel de potencia y velocidad.
Muchos Shelby Cobra fueron destruidos por la falta de pericia e imprudencia de sus conductores.
Equipamiento y confort:
Ya que el Cobra 427 era un auto deportivo extremo, su equipo era absolutamente básico, y su confort era mínimo. El conductor tenía en el tablero una instrumentación completa, la cual era más una necesidad, que un lujo, y nada más. Todos los Shelby Cobra 427 eran ‘roadsters’ y no venían con un techo convertible regular, sólo traían un pedazo de lona con ventanas laterales de plexiglás para ‘medio’ protegerse en caso de lluvia.
Dos fotografías que ilustran el techo de lona del Shelby Cobra
La falta de protección contra el clima podría ser interpretada como una característica de seguridad porque conducir un Cobra 427, a cualquier velocidad, sobre una superficie húmeda podía ser fatal. El Cobra 427 era reconocido por tener una suspensión muy rígida y tanto el piloto como el pasajero se sentaban muy cerca al suelo, además de estar expuestos a los elementos con casi ninguna protección contra el viento, eso sí, también estaban expuestos al rugido de ese poderoso y a veces pavoroso motor V-8, rugido este que para muchos ha sido siempre una parte importante del atractivo y la magia de este mítico e icónico automóvil.
Muchos famosos de entonces adquirieron estos magníficos automóviles, quizás uno de los propietarios más famoso fue el actor Steve McQueen, quien lo adquirió directamente de Carroll Shelby. Se trató de un Shelby Cobra 289 Roadster, modelo 1963. McQueen también tuvo un Shelby Cobra Daytona Coupé, modelo 1965.
Fotografía del Shelby Cobra 289 Roadster, modelo 1963, del legendario actor Steve McQueen
El coste de correr:
Los Cobra originales, en especial los 427, son unos de los autos icónicos más buscados y costosos, son a menudo las joyas de muchas colecciones siendo preservados de manera especial por sus propietarios. Los precios actuales por un Cobra 427 original y certificado, están por las nubes pero los Cobras 427 originales rara vez están a la venta. Los costes básicos de mantenimiento y funcionamiento no son altos puesto que los Cobra utilizan un tren de transmisión de Ford, y las piezas de repuesto son comunes y poco costosas, sin embargo, algunas de las piezas de la carrocería, y partes de la suspensión y otros detalles del Cobra 427, podrían ser muy costosos ya que sólo se pueden encontrar como ‘old new stock’ y son muy raros.
El piloto de Fórmula 1, Lewis Hamilton y Nicole Sherzinger en un moderno Shelby Cobra 427 Super Snake
La ventaja es que desde principios de la década de 1970, un montón de pequeñas empresas se dedicaron a fabricar réplicas del Cobra 427, lo que ayudó enormemente a que el modelo creciera en popularidad. Puesto que el Cobra 427 original era tan raro y sobre todo tan caro, muchos fanáticos y entusiastas encontraron que tener una réplica podía proporcionarles la misma experiencia pero a mucho menos precio. Inicialmente, la mayoría de las réplicas se fabricaron de plexiglás y con varias partes y piezas provenientes de otros vehículos, pero a medida que los años fueron pasando unas pocas empresas comenzaron a producir clones exactos del Cobra 427 que son absolutamente idénticos en todos los aspectos. El AC original es el más conocido, pero Shelby American subsiste en Las Vegas y aún producen la serie Cobra, esta serie se denomina «Continuation Cobra». Es posible adquirir un kit de Cobra 427 a un precio relativamente bajo y personalizarlo con diferentes motores, transmisiones, frenos y suspensiones.
Con buena experiencia mecánica un par de amigos puede fabricar su propio Cobra a partir de un kit
Muchos propietarios de réplicas les instalan motores Chevrolet de bloque pequeño en sus Cobras, pues estos son absolutamente seguros, asequibles y comunes, lo que es considerado una blasfemia por los puristas de Ford. Se estima que ya son más de 60.000 réplicas de Cobra las que se han hecho a lo largo de los años. Muchos de los mejores y más serios coleccionistas del mundo consideran que este hibrido británico americano es uno de los más legendarios vehículos deportivos del Siglo XX. Fue un acierto combinar esa pequeña y liviana carrocería de diseño europeo con la fuerza, la potencia y la confiabilidad de los motores estadounidenses. Fue en 2006 cuando los precios por los Cobra originales explotaron. En las subastas públicas como Barret Jackson, Bonhams, Mecum, etc. se empezaron a ver precios exorbitantes pagados por estos pequeños autitos.
Aquí algunos de los mejor subastados:
1964 Shelby Cobra 289 Roadster. CSX2281 Carrocería de aleación. Restaurado en el color correcto Blanco Wimbledon con rayas azules LeMans, barra anti-vuelco cromada y rines de radios de acero . Subastado en 2010 por 478.500 $
1966 Shelby Cobra 427 Roadster— Restaurado – Subastado en 2006 por 594.000 $
1967 Shelby Cobra 427 Roadster, subastado en 2008 por 700.000 $
1967 Shelby Cobra Roadster en estado original, subastado en 2008 por 652.500 $
1966 Shelby Cobra 427 Roadster—. Completado en AC Cars en Sept. 1, 1966 y enviado a Ford Advanced Vehicles en Inglaterra, para presentarlo en eventos sociales y de pista. Subastado en 2007 por 935.000 $
Shelby sólo construyó dos ‘Super Snake’, uno para sí mismo y el otro le fue vendido a Bill Cosby, el actor y cómico estadounidense quien lo condujo una sola vez y se asustó tanto que lo vendió. El siguiente propietario se accidentó cayendo por un acantilado al océano Pacífico, por lo que solo sobrevive el de la foto de arriba.
Este 1966 CSX 3015 es uno de los dos ‘Super Snake Cobras’ fabricados, pero este fue fabricado para el propio Carroll Shelby – Fue subastado en 2007 por US$ 5.300.000 y vuelto a subastar en enero de 2015 por 5.100.000 $
Datos y cifras:
El Cobra original con motor Ford V-8 de 427 pulg³ fue fabricado únicamente entre 1965 y 1967, y en ese período Shelby produjo 348 unidades. De ellos 260 unidades fueron producidas como autos de calle, pero Shelby ofrecía un paquete denominado “Competition” para los propietarios con mayores aspiraciones deportivas y también ofrecía un paquete denominado «Semi-Competition» para las personas que querían un auto para transitar por las calles y autopistas pero que pudieran correr de vez en cuando con él. No está claro cuántos se estrellaron y destruyeron, pero los supervivientes están meticulosamente registrados por los historiadores y los clubs de Shelby en los Estados Unidos e Inglaterra.
Son muchos los automóviles deportivos asociados en mayor o menor medida a Carroll Shelby. Tras el éxito del Cobra, Ford le pidió, en los primeros años de la década de 1960, que diseñara un modelo de Mustang de alta competencia lo que resultó convirtiéndose en la saga de los Mustang Shelby, los cuales han trascendido a lo largo de los años, y hasta hoy llevan el apellido Shelby como signo de alta distinción. El 10 de mayo de 2012, Carroll Shelby falleció en un hospital de Dallas (Texas), por causas no divulgadas, a la edad de 89 años.
Shelby Mustang GT350-Modelo 1965. Este es el primero de la saga, identificado con el “VIN SFM5S003”
Identificado por Shelby con el SFM5S003, el número de serie oficial de este Mustang se descompone como SFM (Shelby Ford Mustang), 5 (1965), S (versión Street) y 003 como el número de producción consecutiva. También conocido como «Street Prototype», este Shelby es definitivamente un automóvil muy, pero que muy especial, pues fue el primero de una saga que continúa hasta el día de hoy. Sería fácil pensar que este fue el tercer GT350 construido, pero hay una historia interesante detrás de los números.
La documentación de los primeros meses de desarrollo del «Street Prototype», lo identificaban como «SFM5001» – debido a una marca escrita a mano sobre el cortafuegos. Seis meses más tarde, cuando el trabajo en este prototipo había concluido y se puso a la venta al público, Shelby colocó una marca de identificación permanente y oficial que llevaba el número «003».
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Artículo extraído del Blog del Obelisco Classic Car Club Cali Colombia “OCCCCC”
Historiador Francisco Mejía-Azcárate
Cali, Colombia, Sur América
Muy interesantes todos los datos, me encanta todo lo que es historia de Ford, soy gran admirador de ésta marca. De hecho tengo un Ford Taunus Coupé GT 1978 resraurada- original. Los felicito, les mando un gran abrazo desde Argentina
Hola Gustavo. Gracias por tus felicitaciones. Saludos desde España