Hay coches que desde el primer momento desprenden algo especial, nacen siendo coches de culto y son deseados por los aficionados de medio mundo. Es una situación llamativa, al curioso ver como una “simple” máquina puede llegar a convertirse en la obsesión de alguien, pero es algo que sucede y que sólo los aficionados al motor podemos entender. Eso sí, no intentes explicarlo porque o bien, no podrás hacerlo o no te entenderá nadie.
Uno de esos coches especiales desde el primer día es el Honda S2000. El roadster japonés nació cuando el Honda NSX fallecía, era, en parte, heredero del mítico deportivo nipón, pero también era un coche distinto, más purista, mucho más pasional si cabe, que rápidamente se hizo un hueco entre aficionados y prensa especializada. Será recordado siempre por su motor, un histérico cuatro cilindros capaz de girar a 9.000 revoluciones y de alcanzar los 120 CV/litro de potencia específica (el motor 2.0 atmosférico más potente hasta la fecha).
El Honda S2000 estuvo en producción durante 10 años
El Honda S2000 estuvo en producción durante 10 años, que se dice pronto y en 2019 cumplió 20 años. Es un “youngtimer” de los que quitan el hipo y apenas nos hemos dado cuenta del tiempo que ha pasado desde que se lanzó al mercado y tampoco nos daremos cuenta cuando subas los precios, que ya son altos de por sí ahora mismo. Si quieres un S2000 es mejor que vayas pensando en llevarte uno a casa no tardando mucho, porque más adelante podría ser prohibitivo.
La historia del Honda S2000, uno de los roadster más sensacionales que se han puesto en circulación, comienza en el año 1995 con la presentación del Honda Sport Study Model, un prototipo que tenía una carrocería de aluminio y presumía de una distribución de pesos del 50% sobre cada eje. En un principio no había intención de llevarlo a producción, o eso al menos era la información que se tenía, pero después de mostrarlo en diferentes exposiciones, la directiva de la marca decidió ponerlo en producción celebrando así el 50 aniversario de la compañía.
Podemos decir que el Honda Sport Study Model era un termómetro para medir la aceptación que tendría un coche así entre los usuarios, como ocurre muchas veces con los prototipos que nos muestran los fabricantes. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de empresas multinacionales, las cuales mueven cantidades de dinero mareantes y generan miles de trabajos, no dan puntada sin hilo y todo tiene un motivo. Incluso los “showcar”.
La versión de producción del Honda S2000, cuyo nombre evocaba los pequeños roadster de la saga “S” (Honda S500, S600 y S800) se ponía a la venta en 1999 después de tres años de desarrollo por parte de los centros de I+D de Wako y Tochigi en Japón. Se fabricaba en la misma planta que se fabricó el Honda NSX, en Takanezawa, también situada en Tochigi, Japón y tras 10 años en el mercado, se crearon un total de 110.000 unidades.
Es uno de los roadster deportivos más puristas que se pueden encontrar, con un motor de cuatro cilindros, 2.0 litros y 240 CV que no recurre a la sobrealimentación, sino a las revoluciones. El cambio manual de seis relaciones y la propulsión, completan un conjunto que no se ha vuelto a ver desde entonces, capaz de poner contra las cuerdas a todo un Porsche Boxster.
Se dice que Honda podría recuperar el S2000, pero habría que olvidarse del motor atmosférico, pues los rumores dicen que usaría el 2.0 turbo del Civic Type R con 320 CV. Un motor que le haría perder esa pureza de conducción que destila el S2000, pero está claro que ganaría en prestaciones.
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