En materia automovilística, la unión de dos culturas muy diferentes, como puede ser la europea y la estadounidense, pueden dar frutos de lo más variopinto. Se trata de una combinación que no es ni mucho menos nueva, ni tampoco algo que se pueda considerar puntual, porque los ejemplos de esta unión son múltiples, sobre todo entre Reino Unido y Estados Unidos o entre Italia y Estados Unidos.
Hay una marca, o había, que representaba dicha unión incluso en un escudo: Iso. El emblema de ISO es un Grifo, un animal mitológico que es mitad león y mitad águila, el cual sirve para representar el león, que aparece en el escudo de armas del fundador de Iso, Renzo Rivolta, mientras que la mitad águila es el animal simbólico de los Estados Unidos. Una forma, también, de destacar su mitad italiana, que da lugar a su silueta y a su carácter deportivo, y a la mitad yankee, que suministra el corazón de la máquina, el sempiterno motor V8 (hasta que llegue la época de la electricidad…).
La historia de Iso comenzó con la empresa “Iso Thermos”, una empresa dedicada a la fabricación de productos de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Una actividad que cambió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Renzo Rivolta decidió hacer realidad una de sus pasiones: construir un automóvil de altas prestaciones.
El primer coche de Iso Autoveicoli, la división de automoción de Iso Thermos creada en 1953, fue el Isetta, lanzado al mercado en 1954, cuyos derechos de fabricación se otorgaron a diferentes empresas por toda Europa para poder cubrir la elevada demanda que había del pequeño Isetta. Se fabricó en España y en BMW quedaron tan impresionados por las capacidades del pequeño huevo con ruedas, que compraron los derechos para poder venderlo con su marca. Alcanzaron las 162.000 unidades, que otorgaron a Iso unos ingresos que permitieron comenzar con otros proyectos.
Coches deportivos, el sueño del Renzo Rivolta
Obviamente, como cabe esperar, esos ingresos extra abrieron la puerta a los coches de altas prestaciones, que contó con la ayuda de Nuccio Bertone, Giorgetto Giugiaro y Giotto Bizzarrini, que, por suerte, acababa de ser despedido de Ferrari en aquel famoso arrebato de Enzo Ferrari que se llevó por delante a otros seis ingenieros más. El primer coche que salió de esta combinación de tres talentos fue el Iso Rivolta, un Gran Turismo con motor de Chevrolet Corvette, que lucía un diseño de Giugiaro de carrocería de tres volúmenes y dos puertas.
La historia de Iso comenzó con la empresa “Iso Thermos”, una empresa dedicada a la fabricación de productos de calefacción, ventilación y aire acondicionado
Con la fabricación del Rivolta en marcha, Bizzarrini, un tipo apasionado y con experiencia más que suficiente para ser escuchado, propuso a Renzo Rivolta la creación de un coche todavía más deportivo. Fue el primer paso hacia el Iso Grifo, cuya primera propuesta se presentó en 1963. Por supuesto, Bizzarrini se encargó del apartado técnico y Giugiaro del apartado estético. Bueno sería recordar, que Bizzarrini fue el responsable del excepcional Ferrari 250 GTO, así que el proyecto estaba en buenas manos.
El primer Iso Grifo contaba con el apelativo A3/L, de Lusso, para después recibir el de A3/C, por corsa. En el primer caso, como se intuye por la denominación, se trataba de una versión lujosa y con buen equipamiento, mientras que la segunda, era la versión pensada para los amantes de la conducción. Pero había más cambios que pequeños detalles, en el caso del A3/C, la carrocería era de aleación y el motor era delantero central. Las dos versiones se presentaron en el Salón del Automóvil de Turín de 1963 y las críticas fueron bastante buenas, sobre todo teniendo en cuenta el presupuesto que se había empleado para su desarrollo.
Poderío yankee con vestido italiano
Diseñar y desarrollar un motor no es un tema que todas las empresas puedan afrontar, es algo realmente complejo y muy, muy caro. Ahí están marcas como Lotus, que sigue recurriendo a motores de terceros, por ejemplo, y eso es lo que hicieron en Iso, recurrir a motores de terceros porque resultaba más barato que desarrollar uno propio. Además, se podía aprovechar la situación para reforzar la imagen del modelo, que, al montar un motor de reconocida reputación, sería mejor acogido.
Así, Renzo Rivolta acudió a Chevrolet, que se encargó de suministrar motores para los Iso. En primera instancia fueron los V8 Small Block de 5.4 litros, que podía generar entre 300 y 350 CV, según el sistema de alimentación. Un propulsor que se combinaba con transmisiones Borg & Warner de cuatro relaciones o bien, automática de tres marchas. Era caballería más que de sobra para mover los 1.000 kilos que pesaba el Iso Grifo. Sirva de ejemplo, que el Iso Grifo A3/L alcanzó los 275 km/h (con cambio manual).
En 1968 apareció el Iso Grifo 7 Litri, una locura de coche con motor V8 de siete litros, el Chevy L71 Big Block, que también se montaba en el Corvette 427 Tri-Power. No fue sencillo montar el bloque grande en el vano motor del Grifo, siendo necesarios diferentes ajustes. Hubo que agrandar el vano motor, reforzar el chasis y practicar una protuberancia en el capó para dejar sitio para el V8, al cual, se camufló como una toma de aire.
Iso fue evolucionando su Grifo con diferentes cambios, como la adopción de los motores Chevrolet 454, con 7.4 litros y la caja de cambios ZF con cinco relaciones. Sin embargo, los Iso Grifo que salieron entre 1972 y 1974, los últimos años de producción, empleaban motores Ford Boss 351 de bloque pequeño, que eran menos salvajes, pero que fueron elegidos tras la crisis del petróleo de la década de los 70.
Se hicieron muy pocas unidades, solo 412 ejemplares del Iso Grifo, siendo especialmente buscados los Iso Grifo con motor 454 y cambio manual ZF, pues solo se hicieron 23 coches con esa configuración. Las versiones targa también son especialmente deseadas, ya que solo se hicieron 17 unidades.
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