La historia de Jaguar cuenta con algunos de los modelos más deseados del mundo, como el icónico Jaguar E-Type. De hecho, este modelo ha marcado tanto el devenir de la marca, que cualquier coupé que se ponga en circulación, se verá comparado, irremediablemente, con el famoso “zapatilla”. Una situación un tanto extrema, como ocurre con otros fabricantes como, por ejemplo, Porsche y su 911, que no siempre es buena señal ya que limita en exceso la adaptabilidad de la marca en el diseño de sus productos. Estamos deseando ver qué ocurre con los próximos coches eléctricos que pondrán a la venta…
Cuando se reemplazó al “Tipo E” con el XJ-S, la firma británica perdió algo de imagen, aunque el modelo se ha convertido con el paso del tiempo, igualmente, en un clásico de colección. Adoptó un concepto más GT, a pesar de que el clásico modelo de los 60 nunca fue un deportivo puro, siendo en realidad un Gran Turismo de diseño arrollador. Con el Jaguar XK8 de finales de los 90 se apostó por un diseño más agresivo y deportivo que con el XJ-S, pero sin que ello supusiera dejar de lado el segmento de los Gran Turismo, ni siquiera con el XKR y su V8 sobrealimentado de 400 CV.
Sin embargo, el reemplazo del XK si jugó un poco más con la deportividad, mientras se recuperaba, en parte, el estilo “zapatilla” del Jaguar E-Type. Nos referimos al Jaguar F-Type, un coche con el que la marca británica acertó de lleno, tanto en diseño como en prestaciones y equipamiento. Sin duda, un futuro clásico, sobre todo teniendo en cuenta que será el responsable de montar los últimos motores V8 que fabricará Jaguar. Las unidades equipadas con los motores V6 también serán muy valoradas, dejando las variantes con motor de cuatro cilindros turbo un tanto de lado, pero adecuadas para quienes quieren un Jaguar F-Type y no quieren, o no pueden, acceder a los motores más potentes. Además, serán los más numerosos y por tanto, los más baratos.
Primero descapotable, como el E-Type, luego coupé
Cuando se comenzó con el desarrollo del modelo, la marca afirmaba que estaba llamado a convertirse en uno de los coches más importantes que había fabricado Jaguar durante los últimos 50 años y quizá no haya llegado a ser tan notable, pero es evidente que el F-Type recuperó la esencia del mítico E-Type, tanto por diseño como por carácter y enfoque, recibiendo al final de su vida comercial la versión más potente que ha ofrecido nunca la firma, aunque esto ya es harina de otro costal.
El Jaguar F-Type tenía como misión recuperar la deportividad que se había perdido, volver a los orígenes de la marca y transmitir los valores que siempre han sido atesorados por Jaguar, como la deportividad, el placer de conducir y un estilo británico inigualable e inimitable. Y para ello, la primera vez que se dejo ver oficialmente fue con carrocería descapotable. Quizá no tenga importancia ninguna para muchas personas, pero cabe recordar que el Jaguar E-Type, originalmente, comenzó su historia con una carrocería descapotable, adoptando tiempo después la cerrada tipo coupé que tanto ha encandilado a todo el mundo desde hace más de 50 años. Era una señal para todo aquel que supiera verla, indicando que el auténtico heredero del Jaguar E había llegado.
Su imagen fue obra de Ian Callun, un diseñador que ha sido capaz de destacar en una industria especialmente complicada con trabajos como el Aston Martin Vanquish (el primer Vanquish). Callum supo encontrar esa esencia que había perdido la marca, captando la atención de todo aquel con el que se cruzaba y aguantando de forma espectacular el paso del tiempo. El Jaguar F-Type se presentó por primera vez en 2013, recibiendo una puesta al día con el paso de los años que no acabó de acertar en su rediseño.
Muchos motores entre los que elegir
El Jaguar F-Type era como una marca en sí misma, un modelo al que se trataba de forma diferente al resto, ofreciendo una amplia gama de motores, desde pequeños 2.0 turbo hasta enormes V8 5.0 con compresor. Había un F-Type para cada conductor, abarcando un amplio abanico de posibles usuarios. Además, no se debe olvidar que uno de los objetivos del F-Type fue siempre plantar cara al intocable Porsche 911, una tarea harto complicada que por el momento, nadie ha logrado conseguir (solo su propio hermano, el Cayman, es capaz de robarle clientes). Por ello, en parte, también aparecieron variantes con tracción a las cuatro ruedas con las versiones más potentes.
Sin embargo, las versiones de cuatro cilindros tardaron en llegar, los primeros fueron los motores V6 y V8. Las versiones V6 eran dos, una con 340 CV y otra con 380 CV (el F-Type V6 S). Se podían escoger con cambio manual, cambio automático de ocho relaciones (suministrada por ZF) y con tracción total. Estos últimos solo con cambio automático en el caso de ser el F-Type V6 S. Mas adelante apareció una nueva versión con motor V6, el F-Type 400 Sport, que como su nombre indica, tenía 400 CV, siendo el V6 más potente de Jaguar.
Los modelos más valorados será, con toda seguridad, los equipados con motores V8 5.0 sobrealimentados. Eran exclusivos de los F-Type R y F-Type SVR, con 550 CV en el primero y 575 CV en el segundo. El F-Type R se ofrecía solo con propulsión y diferencial de deslizamiento limitado de control electrónico, acoplado al cambio automático de ocho relaciones, mientras que el SVR contaba con tracción total. Había un tercer V8, uno con 490 CV.
Atrás del todo en la lista de los más deseados quedan los cuatro cilindros turbo, aunque no por ello son los peores o son motores lentos, ni mucho menos. De hecho, hay quien afirma que son versiones especialmente equilibradas e interesantes como coche para salir a disfrutar de vez en cuando. El cuatro cilindros 2.0 turbo pertenece a la familia Ingenium y rinde 300 CV a 5.500 revoluciones y solo se ofrece con cambio automático y propulsión (la tracción total es opcional), aunque dicha caballería tiene que mover 1.525 kilos.
¿Será un clásico de colección? Si por diseño fuera, no cabe la menor duda, sobre todo en sus versiones más potentes y rápidas, aunque los V6 tampoco son mala elección y los cuatro cilindros puede ofrecer diversión si realmente no quieres más poderío.
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