Maximilian Edwin Hoffman, o como todo el mundo le conoce, Max Hoffman. Mencionar este nombre es hacer referencia a algunos de los coches más deseados del mundo, tales como el Mercedes 300SL, el Porsche 356 Speedster o el BMW 507. Fue él quien convenció a las diferentes marcas para crear esos coches e importarlos a Estados Unidos. Uno tuvo más éxito que otro, pero todos son automóviles que hoy día son objeto de culto y piezas codiciadas por los coleccionistas.
No obstante, Hoffman también fue “culpable” de otras creaciones, aunque en esta ocasión no fue para su comercialización, sino para su uso personal. Se trata de un “one-off”, una creación única sobre la base de un Jaguar XK120, que el americano pidió a Pininfarina. Para su uso personal y para su exhibición en una nueva exposición que Hoffman solicitó al arquitecto Frank Lloyd, que sería dedicada a modelos de la firma británica.
El Jaguar XK120 SE Coupé Pininfarina fue un encargo de Max Hoffman
La pasión de Hoffman por la automoción europea viene de lejos, pues resulta que Hoffman era europeo. Se dedicaba a la importación de automóviles de lujo al Viejo Continente a principios de la década de los 30, pero cuando Austria fue tomada por la Alemania nazi en 1938 (Hoffman tenía ascendencia judia), huyó a Francia. En 1941 tomó un barco y se marchó a Estados Unidos donde hizo una pequeña fortuna con joyas para mujeres a partir de plástico metalizado.
Regresando a la construcción de la exposición, en 1954, el modelo solicitado por Hoffman estaba registrado como “open two seat roadster”, con chasis S675360 con volante a la izquierda. Una unidad del Jaguar XK120 convencional que Pininfarina transformó en un coupé único en el mundo. De hecho, se transformó incluso el habitáculo al completo. Puede parecer un sacrilegio cambiar de carrocería un XK120, uno de los modelos de Jaguar más apreciados por sus líneas estéticas, pero Pininfarina realizó un trabajo sensacional, típico del carrocero italiano.
Se llamó Jaguar XK120 SE Coupé Pininfarina y mezcla con mucho acierto la elegancia británica y el gusto por lo estético de los italianos, auténticos maestros en crear obras de arte con ruedas. Fue presentado al público en el Salón de Ginebra de 1955 y posteriormente, también se pudo apreciar en el Salón del Automóvil de Nueva York, en abril de 1955, antes de que Hoffman pudiera disfrutar de su exclusivo Jaguar.
No se sabe cuánto tiempo tuvo Hoffman el coche en su poder, pues pronto desapareció de la vista del público. En 1978 fue comprado por un coleccionista alemán y devuelto a Europa, cuya intención era restaurarlo y dejarlo como nuevo. Pero al parecer, no pudo completar la tarea por lo complicado de la misma. Fue Classic Motor Cars, un especialista británico afincado en Shropshire, quien se encargó del proyecto tras adquirir el Jaguar XK120 SE Coupé a su propietario en 2015.
Fueron necesarias 6.725 horas de trabajo para dejar el coche en perfecto estado. La complejidad de la restauración radica, en que se trata de un automóvil hecho a medida, no queda nada del Jaguar XK120 original más allá del bastidor y por tanto, no hay piezas de repuesto. Classic Motor Cars tuvo que reconstruir algunos componentes empleando impresión 3D, para lo cual, se usó el propio coche y algunas fotos históricas del modelo para las referencias.
La restauración fue muy profunda, sirva como ejemplo que el frontal es totalmente nuevo, siendo especialmente complicados de reproducir los faros delanteros. También aseguran que el 80% de los cromados tuvieron que ser realizados de nuevo, mientras que el motor, un seis cilindros en línea de 3,4 litros y 182 CV, fue revisado y puesto a punto de nuevo.
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