Solo tenía 28 años al momento de su trágica muerte. Fue en Monza, el templo de la velocidad de la Fórmula 1. En ese momento Rindt era líder del campeonato mundial con una gran ventaja, y poco después el título fue para él.
Karl Jochen Rindt nació en Mainz el 18 de abril de 1942, de madre austríaca y padre alemán. Se crió con sus abuelos ya que sus padres murieron en el bombardeo a Hamburgo conocido como la Operación Gomorra, cuando él tenía poco más de un año.
En su infancia y adolescencia fue problemático; fue excluido de la escuela en más de una ocasión y solía ser atrapado conduciendo sin aún tener licencia. Ya era apasionado al mundo del motor cuando en 1961 asistió al Gran Premio de Alemania de Fórmula 1. Entre sus amigos se encontraba Helmut Marko, quien también sería piloto de F1 y hoy es asesor de la escudería Red Bull Racing.
Ese mismo año se anotó a su primera carrera, de la cual fue descalificado por conducir de forma peligrosa. Pero Jochen era un piloto muy rápido y rápidamente fue ascendiendo de categorías hasta llegar a la Fórmula 1. En 1965 realizó su primera temporada completa con el equipo Cooper, y además ganó las 24 Horas de Le Mans conduciendo un Ferrari 250 LM junto al estadounidense Masten Gregory. Al año siguiente, logró sus primeros podios en la F1, que le sirvieron para acabar tercero en el campeonato.
Su estilo había cambiado. Jochen Rindt era ahora un piloto más calmado y no se dejaba llevar tanto por el impulso. Dejó Cooper a finales de 1967 para ingresar al equipo Brabham que venía de ganar el título. Pero el rendimiento de ese coche no fue el esperado, principalmente por el poco competitivo motor Repco V8, y Rindt se marchó. Además, ese año perdió a un amigo cercano de las pistas, el británico Jim Clark.
Con ya un par de años en la categoría reina, todos sabían del talento de este joven piloto, y Lotus no dudó en contratarlo para la temporada 1969. En este equipo, Rindt tenía grandes posibilidades de ser competitivo ya que el coche era rápido, pero Lotus tenía un notorio defecto. Sus coches se rompían con demasiada frecuencia, provocando graves accidentes. Incluso él llegó a comentar que «en Lotus, puedo ser campeón mundial o morir».
En el Gran Premio de España, en Montjuïc, el coche de Rindt perdió el alerón (estaban montados en la suspensión), lo que provocó que impactara primero contra las barreras y luego contra el coche de su compañero Graham Hill, quien había sufrido un accidente idéntico en la misma curva. Jochen se golpeó la cara, fracturándose la nariz. Las críticas a Colin Chapman, propietario de Lotus, no se hicieron esperar. No era habitual escuchar críticas de los propios pilotos, pero Rindt tenía un fuerte carácter. Lo culpó del accidente por no prevenir el desprendimiento del alerón y afirmó que conseguir algo de sabiduría en la cabeza de Chapman era imposible.
El coche de esa temporada no solo fue peligroso sino también incapaz de pelear por el título, que quedó en manos de Jackie Stewart. Rindt logró su primera victoria en el Gran Premio de los Estados Unidos en Watkins Glen. Quedó delante de Piers Courage, otro joven piloto que falleció trágicamente, y John Surtees.
En toda su trayectoria deportiva, Rindt representó a Austria, aunque realmente nunca obtuvo la nacionalidad de dicho país. Él era alemán. En 1967 se casó con la modelo finlandesa Nina Lincoln, hija de un piloto reconocido de aquel país llamado Curt Lincoln (fue rival de Jochen en categorías inferiores). Tuvieron una hija llamada Natasha, quien más tarde trabajó para Bernie Ecclestone, gran amigo de Jochen, después de que Bernie se hiciera cargo de los derechos comerciales de la Fórmula 1.
Para la temporada 1970, Hill abandonó el equipo Lotus y entonces Rindt tomó el puesto de primer piloto. Mientras que el británico John Miles fue su compañero. Chapman estaba desarrollando el nuevo coche que contaba con importantes novedades y del cual se esperaba un gran rendimiento, el Lotus 72.
Dicho monoplaza fue estrenado por Jochen en la segunda carrera de la temporada, pero aún no estaba listo así que para las dos siguientes carreras se volvió a utilizar el vehículo antiguo. En Mónaco, Rindt sumó su primera victoria de la temporada.
Finalmente el Lotus 72 volvió para el Gran Premio de los Países Bajos, y fue para quedarse. Rindt anotó cuatro victorias consecutivas (Zandvoort, Clermont-Ferrand, Brands Hatch y Hockenheim) que lo colocaron primero en el campeonato con 45 puntos, mientras su más próximo seguidor, Jack Brabham, tenía solamente 25. La siguiente carrera era el Gran Premio de Austria en el Österreichring (actual Red Bull Ring) de casi 6 km. Salió desde la primera posición pero su motor falló y debió retirarse.
Luego vino Monza y el gran circo debió llorar otro accidente trágico. Rindt fue declarado muerto camino al hospital pero la realidad es que murió en el circuito. Tras la investigación del accidente, se determinó que el accidente fue provocado por una rotura en un semieje que causó que el Lotus se quedase sin frenos. Rindt perdió el control del coche y tras moverse varias veces de un lado a otro, impactó con el muro exterior en el ingreso a la Parabólica. El golpe fue a una velocidad cercana a 200 km/h, y Rindt falleció ya que al impactar, su cuerpo se deslizó dentro del cockpit y su cinturón de seguridad apretó fatalmente su cuello. Él utilizaba un cinturón sin correas en la entrepierna por miedo a quedar atrapado en un incendio.
Falleció en la misma curva que su ídolo de la infancia, el belga Wolfgang von Trips, quien se encontraba batallando por el título contra Phil Hill, a falta de una carrera de la temporada 1961. Su compañero John Miles abandonó inmediatamente el equipo Lotus y se retiró del automovilismo poco después.
Como tras cada una de las fatalidades que frecuentaban la F1 en aquella época, el show continuó. Brabham no pudo quitarle el título a Rindt ya que no volvió a sumar ningún punto. Jacky Ickx debía ganar las tres carreras restantes para llevarse la corona, pero esto no sucedió y finalmente Rindt fue el campeón de la temporada 1970, con cinco puntos de ventaja sobre el belga. Fue el primer campeón a título póstumo y lo sigue siendo hasta el día de hoy.
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