El Jaguar E-Type es un coche que no necesita presentación. La “zapatilla” británica es uno de los coches más icónicos de la historia del automóvil y es tan apreciado, que incluso la propia Jaguar se ve afectada en ocasiones por su propia creación. No sería la primera vez, ni tampoco será la última, que se comparan sus Gran Turismo, coches como el Jaguar XK o el actual F-Type, con el inmortal Jaguar E-Type. Y eso, en ocasiones, no es bueno, no permite que la marca avance y la deja anclada en el pasado.
Cuando dieron forma al E-Type, lo hicieron de manera tan magistral que, como ya sabréis, fue capaz de convencer a Enzo Ferrari, un tipo con una personalidad bastante especial. Se convirtió en un mito gracias a uno de los diseños más espectaculares de los años 60, aunque curiosamente, hubo quien no estuvo 100% conforme con su imagen y se lanzó a “retocar” el diseño que realizó Malcolm Sayer junto a Sir William Lions, quien se inspiró en el Jaguar D-Type de competición. Como curiosidad, Sayer siempre afirmaba que sus coches eran diseñados por el viento, no por su mano.
Hoy día hay empresas que se han atrevido a realizar restomod sobre la base del E-Type, como los británicos de Eagle, quizá las mejores versiones del “zapatilla” que se pueden encontrar actualmente. Chip Foose también se atrevió a dar su visión del mítico modelo de Jaguar, pero al igual que Eagle, cambió lo justo, manteniendo las características del modelo original, pero potenciando otras. Pero no todo el mundo ha tenido esa visión, sobre todo en la época en la que Jaguar fabricó este coche.
Raymond Loewy no estuvo acertado en esta ocasión
Allá por los años 60, la “jet set” no conducía un Mercedes, no conducía un BMW y no conducía, ni mucho menos, un SUV. Conducían un Jaguar E-Type. Fue el coche de moda, el automóvil que todo personaje adinerado tenía que conducir para ir a la moda y demostrar, que además de dinero, también tenía buen gusto y apreciaba la belleza de un automóvil de alta categoría como el E-Type.
Uno de esos personajes adinerados que condujo un “Tipo E” fue Raymond Loewy, un famoso diseñador industrial de aquella época. Puede que no te suene su nombre, pero hay muchas cosas que han sido diseñadas por este caballero y que has visto más de una vez en tu vida. ¿No se te ocurre nada?. Pues seguro que te has tomado una Coca Cola en un bar y te han servido el refresco en una botella… diseñada por Loewy. El logo de las gasolineras BP también es obra suya (la empresa se llama British Petroleum, por cierto), el logotipo de Shell también es una creación de Raymond Loewy, al igual que la decoración del Air Force One, el avión oficial del presidente de los Estados Unidos. Incluso ha llegado a diseñar locomotoras (la espectacular PRR S1 es un diseño suyo). ¡Ah! no se nos olvide el Studebaker Avanti, que también fue un diseño suyo.
Raymond Loewy le colocó a su Jaguar E-Type un spoiler por encima de la luneta trasera, un elemento fabricado con Perspex
Como se puede apreciar, Loewy tenía talento y se hizo famoso gracias a ese talento. Pero, parece ser que cuando compró su Jaguar E-Type, ese talento se lo dejó en casa. Loewy compró un E-Type con motor 4.2 litros y cambio manual de cuatro relaciones en 1966, la segunda serie del MK1, el cual rediseñó a su gusto, para después usarlo durante algunos años.
Un diseño cuanto menos cuestionable
Quizá pienses que, como le ocurre a todo el mundo, nos dejamos llevar por las opiniones y pensamos que el E-Type es intocable, pero nada más lejos de la verdad. Por ejemplo, nos encantan los trabajos de Eagle y un buen resmotod sobre el E-Type tampoco nos parece mala idea, así que no, no somos puristas del “Tipo E” británico. Pero en el caso que nos ocupa, reiteramos nuestra opinión: Loewy no estuvo muy acertado con su diseño.
Si algo ha caracterizado al E-Type es su afilado frontal, con dos faros circulares y la pequeña calandra entre ellos (que ganó tamaño en su última serie), una mirada muy particular que Loewy borró del mapa, realizando otra que, para ser sinceros, resulta un poco cómica. Da la impresión de ser un dibujo infantil de una cara sonriente. Nadie diría que es un Jaguar E-Type.
No es el único cambio que Loewy realizó en su E-Type, porque si eres observador, verás que hay cosas que no cuadran. Por ejemplo, la ventanilla lateral trasera es totalmente diferente, como también lo son los pilotos. Atrás, el Jaguar de Loewy monta unos pilotos circulares encastrados en la carrocería (originales de un Chevrolet Corvair) que, de tener que elegir alguna parte del coche, sería esta porque esos faros no quedan tan mal como el frontal y no rompen tanto el diseño. Pero lo que no aceptaríamos, ni locos, es el spoiler colocado por encima de la luneta trasera, un elemento fabricado con Perspex. La posición de los terminales de los escapes también es diferente.
40 años en el garaje de un coleccionista hasta que los subastó
Loewy vendió el coche tras unos años dando servicio y acabó en Francia, donde estuvo algún tiempo hasta que apareció anunciado en el The New York Times. El ahora difunto arquitecto y diseñador de coches James Murray Hunt, quien estudió con Loewy al principio de su carrera, compró el coche sin ni siquiera verlo en 1970 y se lo llevó a San Diego, California (Estados Unidos).
El coche pasó 40 años en el garaje de Hunt y gran parte de los especialistas en coches de colección lo consideraron perdido. A mediados de 2011, apareció por primera vez desde la década de los 70 para ser subastado por Bonhams, encontrando un nuevo hogar por 128.000 dólares (incluidas las primas y las comisiones de la subasta).
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