Todos lo conocemos como Lancia Beta Montecarlo, pero en realidad, su denominación original era Lancia Beta Montecarlo hasta 1979, después de lo cual, se conoció simplemente como Lancia Montecarlo a excepción de los Estados Unidos, donde se vendió como Lancia Scorpion. Y para más aclaraciones, el proyecto comenzó como FIAT X1/20, aunque posteriormente, alguien se dio cuenta que podría tener más caché, y un precio algo más elevado, si en lugar de lucir el emblema de FIAT, tenía el de Lancia.
No es la primera vez que un modelo destinado a ser un FIAT, acaba por ser un Lancia, ni tampoco sería la primera vez que ocurre al revés. Sin ir más lejos, el FIAT Uno, un coche que acaba de cumplir nada menos que 40 años, estaba destinado a ser un Lancia, o al menos, el diseño general de su carrocería. No obstante, esto no le quita interés a un coche que, seamos sinceros, no crea cierta desazón. No porque sea feo o por algo semejante, la desazón viene porque no volveremos a ver nada similar en el mercado. Aunque Lancia está de vuelta, no será aquella Lancia de modelos apasionantes, será una compañía muy moderna, muy electrificada y sin ninguna personalidad…
El Lancia Beta representa la viva imagen de la compañía italiana a finales de os 70 y comienzos de los 80, cuando la deportividad era parte de la esencia de la mítica lanza italiana –aunque Lancia era un apellido, su traducción al español es lanza–. Solo se fabricaron poco más de 4.000 unidades e incluso sirvió como punto de partida para el sensacional Lancia Rallye, más conocido como Lancia 037. Sin embargo, no era un deportivo puro y duro, era un coupé que podría ser equivalente, por ejemplo, al FIAT Coupé o al Audi TT, para tener una comparación aproximada con algún modelo más actual. Además, era muy pequeño, Su carrocería fue diseñada por Pininfarina y hoy día es un coche altamente deseado, aunque también es curiosamente un modelo un tanto desconocido para un gran número de aficionados.
Aunque la denominación incluyera el apelativo Beta, en realidad compartía con los Lancia Beta el bloque motor y algunos botones internos de bloqueo de las puertas, el resto era totalmente específico y además, con el motor colocado en posición trasera central. El Beta Montecarlo viene de una época en la cual, el motor central era algo así como la piedra filosofal, el secreto para lograr el mejor comportamiento dinámico en vehículos deportivos, un tipo de coche que entre los años 70 y 80, tuvo especial tirón entre algunos fabricantes. Sin ir más lejos, la propia Lancia tenía varios coupés en su catálogo.
Por entonces, este tipo de coches se veían de una forma diferente a la actual, y así se puede apreciar al mirar su ficha técnica. Tras los asientos, había un “sencillo” motor de cuatro cilindros con 1.995 centímetros cúbicos alimentado por un carburador Weber de doble cuerpo, que también se podía encontrar en coches menos glamurosos como los FIAT 131 y 132 –”nuestros” SEAT 131 y 132–. Rendía 120 CV a 6.000 revoluciones, se combinaba con un cambio manual de cinco relaciones y, por supuesto, era propulsión y no tracción delantera como los modelos posteriores de la marca. La velocidad máxima era de 192 km/h, una cifra que se consideró en su momento insuficiente par un coche de su talante y se achacó al poco poderío del motor a una mala aerodinámica.
Según una prueba publicada por la revista autopista en febrero de 1981 –para entonces había sufrido un ligero restyling y había perdido el apelativo “Beta”–, el pequeño y coqueto coupé italiano tenía un temperamento muy poco agresivo y su motor era muy perezoso al subir de revoluciones. Unos detalles que hoy, como coche clásico, casi pasan a un segundo plano. Pero las cosas son como son, y el Lancia Beta Montecarlo no era, como decíamos antes, un deportivo, era un coupé con aspiraciones, pero poco más. Las mismas cifras obtenidas lo corroboraban: 0 a 100 km/h en 9,9 segundos, los 400 metros con salida parada se completaban en 16,9 segundos y el kilómetro con salida parada se completaba en 31,6 segundos.
Aun así, de la primera serie, de 1976 a 1978, se fabricaron 3.835 ejemplares, más otros 1.801 Lancia Scorpio para Estados Unidos –Chevrolet tenía registrada la denominación Montecarlo–. En 1978 la producción se detuvo, pero regresó en 1979, cuando fue presentada la segunda serie, ya como Lancia Montecarlo a secas, de la que se fabricaron 1.940 coches.