Motores sobrealimentados con potencias absurdas, sistemas de tracción total, carrocerías sobredimensionadas y fabricadas con materiales como el Kevlar o la fibra de carbono… El Grupo B fue mucho más que la categoría más loca que ha existido en el mundo de los rallies, fue un foco de inspiración para desarrollar nuevos sistemas, un foco de experimentación de diversas soluciones y, por supuesto, un foco de inspiración y pasión para los aficionados.
Cada vez que se habla del Grupo B, la gente se pone de pie, grita y hasta se pelea por dejar claro que aquella época fue, sin duda, la más apasionante del mundial de rallies y por si fuera poco, también para dejar claro que todo lo que hubo después fue mediocre. Locura, pasión, incluso radicalidad; el Grupo B fue algo irrepetible, pero al menos, nos quedan sus imágenes, sus gestas y sí, sus coches. Coches que solo podrán disfrutar los más adinerados, aunque por lo general, ni siquiera ellos lo hacen, sino que los guardan en un garaje para, más adelante, volver a venderlo y sacar algo de beneficio.
Mientras tanto, los demás soñamos con, al menos, ver uno de cerca y cuando aparece alguna unidad a la venta, pues ya que estamos, nos dejamos llevar por la imaginación y nos montamos al volante de alguna de aquellas bestias durante un rato. Lo malo es que el sueño desaparece por completo cuando ves la cantidad de dinero que piden por una de esas bestias, aunque como en todo, hay clases y cuando aparece a la venta un Lancia Delta S4, el mundo del coleccionismo se paraliza. Sobre todo en el caso de las versiones de producción, pues, posiblemente, sean las más espectaculares de todas las que aparecieron gracias a la normativa del Grupo B.
Poco se puede decir que no se haya dicho ya con respecto al Delta S4. Este coche cambió las reglas del juego con sus prestaciones, capaces de llevar a Henri Toivonen y Markku Alen a otra dimensión. Pero además, las versiones “homologation special” fueron pioneras al equipar un motor con doble sobrealimentación por compresor y turbo, como aquel 1.4 TSI de 170 CV que lanzó Volkswagen hace años.
El aspecto del Lancia Delta S4 es abrumador, poco se parece a los humildes Delta que se vendía entonces en las tiendas. Todo es exagerado, destacando especialmente las entradas de aire en los pilares C, de dimensiones colosales y que se quedan en una simple curiosidad cuando se abre la parte trasera para ver el motor: se levanta todo, desde la ventanilla lateral hasta el paso de rueda. Espectacular. Y por supuesto, las superficies laterales, planas y sencillas, muestran una rotundidad que se combina con unas proporciones llamativamente equilbradas para ser un coche que nació con la única intención de ser rápido.
Y rápido era, desde luego. Podía acelerar de 0 a 100 km/h, sobre gravilla, en 2,4 segundos, aunque hablamos de la versión de competición, que presumía de 480 CV y un sistema de tracción total muy avanzado. La variante de producción, por su parte, “solo” anunciaba 250 CV, que ya era más que muchos otros Grupo B de homologación, como el Peugeot 205 T16, que se conformaba con 200 CV. Además, el motor del Delta S4 era algo especial, pues sus cuatro cilindros no desplazaban más de 1.800 centímetros cúbicos.
No obstante, el Lancia Delta S4 Stradale mostraba un acabado y un cuidado por el detalle inusual. El habitáculo, bellamente tapizado con piel vuelta que, además, también desprende una clara y un estilo que solo se puede encontrar en Italia. Es curioso ver como los fabricantes italianos son capaces de combinar elegancia y distinción, con genes y un talante puramente racing.
La unidad que aparece en las imágenes forma parte del stock del especialista Girardo & Co. y tiene un historial típico de estos coches, aunque llama la atención que marca 23.650 kilómeros en su odómetro. Es decir, este coche se ha usado, no mucho, pero hay quien sí lo ha disfrutado. Este Lancia S4 Stradale tiene el número de chasis 033 y recibió su Certificado de Origen la Nochebuena de 1986, tal y como consta en su Estratto Chronologico italiano. En marzo del año siguiente, el coche se vendió a su primer propietario, Clipper Auto Ltd en Livorno, y se le asignó la matrícula ‘LI 385622’. Luego vinieron otros muchos propietarios, como Paolo Alessandrini, el famoso piloto de carreras italiano que compitió en el Campeonato Mundial de Rally con un Lancia Delta S4. Corsa, el Audi Quattro y el Peugeot 205 T16 entre otros.
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