Hace unos días, un influencer ruso llamado Mikhail Litvin, harto de que su vehículo, un Mercedes-Benz AMG GT 63 S no parara de darle problemas decidió plantarle fuego con unos bidones de gasolina y grabarlo en directo.
Parece ser que Litvin tuvo varios contratiempos con su automóvil y el concesionario oficial de la zona no conseguía solucionárselos. Tras varias visitas al taller, y harto de la situación, ni corto ni perezoso Mikhail optó por llevarse el coche a un descampado y prenderle fuego, a modo de queja ante la marca.
Apuntar que Mikhail es un personaje bastante conocido en redes sociales en su país, y cuenta con más de 11 millones de seguidores en Instagram y otros 5 de Youtube.
No sabemos que habrá dicho Mercedes-Benz al respecto, ni que le habrá parecido, pero de lo que no cabe duda, es la gran campaña de publicidad que se ha hecho el fenómeno ruso a cuenta del espectáculo. Eso sí, un poco cara si ese era el objetivo final.