Quien arriesga, se equivoca. La filosofía de Colin Chapman y de Lotus siempre fue la de innovar, de poner a prueba aquellas ideas que salían del ingenio y la creatividad del recordado dueño y diseñador del Team Lotus. De esto, surgieron coches de los que todos hemos oído hablar a pesar de que ya hayan pasado 50 años, pero también algunos experimentos frustrados.
En 1969, el equipo creó el Lotus 63, un monoplaza con el que intentaron revolucionar la Fórmula 1. ¿Cómo? con un sistema de tracción a las cuatro ruedas (4WD). No iban a ser los primeros en la F1 ni tampoco los únicos en aquella temporada en experimentar con la tracción integral, pero sí de quienes se tenía mayores expectativas debido a la capacidad del equipo y a que ya habían trabajado con este tipo de coches.
Podría decirse que Lotus perdió un año desarrollando un coche que no dio los resultados esperados, pero no sería del todo cierto.
Como dijimos, el Lotus 63 no fue el único 4WD en la temporada 1969 de Fórmula 1, ya que Matra y McLaren también pusieron en pista sus experimentos. Incluso el fabricante de motores Cosworth fabricó su propio chasis de Fórmula 1 integral pero nunca llegó a competir. Este boom por los 4WD en aquella temporada tuvo una razón muy simple: la introducción de los motores Ford Cosworth de ocho cilindros y 3.0 litros unos años antes, generó un desfase en la relación potencia-peso que dejaba en evidencia la falta de agarre de los coches de la época. En otras palabras, solo quien lograra aumentar el agarre, podría sacarle todo el rendimiento a ese motor. Entonces, diversos equipos pusieron en marcha proyectos para mejorar el agarre de sus monoplazas. Lotus, Matra y McLaren apostaron por la tracción a las cuatro ruedas.
No fueron los primeros, ya que en 1961 la empresa Ferguson Research diseñó el P99 con transmisión propia y un motor de cuatro cilindros delante del piloto, lo que ya era anticuado. Debutó en el GP de Gran Bretaña de ese año pero clasificó 20° y no volvió a participar nunca. Tres años más tarde, BRM presentó el P67 en Brands Hatch pero el proyecto también fue abandonado rápidamente.
Parecía que en 1969 se daría la llegada definitiva de los coches de tracción integral a la Fórmula 1. Tres fabricantes estaban interesados en esto y, de lograr buenos resultados, el resto iban a seguir el mismo camino. La ventaja que tenía Lotus ante McLaren y Matra es que ellos ya habían trabajado con la suspensión integral en el Lotus 56 de la Indianápolis 500 propulsado por un motor turbina.
El Lotus 63 fue creado sobre la base del exitoso Lotus 49. Tenía una carrocería en forma de cuña como el 56 para lograr mejor penetración en el aire y frenos inboard (montados sobre el propio eje y no en las ruedas). Al igual que en el MS84 de Matra y el M9A de McLaren, el motor era un V8 3.0 a 90° montado en sentido inverso (con el embrague detrás del asiento del conductor y la caja de cambios a la izquierda) y la caja una Hewland con transmisión Ferguson de dos ejes. Se podía ajustar la distribución en 50-50 o 30-70. De los tres monoplazas 4WD, el Lotus 63 era el que mayor distancia entre ejes tenía.
En esos años, en la búsqueda hacia un mayor agarre se habían creado dos caminos. La tracción integral o la usada por todos, alerones de gran tamaño montados generalmente sobre el eje en vez de la carrocería. Pero estos últimos fueron prohibidos luego de dos graves accidentes en la segunda carrera de la temporada, en Montjuïc. Para el GP de Países Bajos, tanto Lotus como Matra llevaron sus 4WD para las prácticas, y los ojos de todo el gran circo estaban pendientes de ellos.
Graham Hill, el piloto principal de Lotus, se sintió decepcionado con el nuevo monoplaza ya que era cuatro segundos más lento que el 49B y muy incómodo al manejarlo. El debut se retrasó a la siguiente carrera en Francia, donde el encargado de conducirlo fue John Miles. Allí clasificó 12 de 13 participantes y se retiró por un fallo en la bomba de combustible tras solo una vuelta. El debut evidentemente no fue el mejor, pero tocaba el GP de Gran Bretaña para mostrar en su casa las capacidades del coche revolucionario. Lotus presentó dos 63 Matra, un MS84 y McLaren un M9A. Las dos unidades de Lotus estaban listas para ser conducidas por Miles y Hill, pero este último volvió a negarse tras las prácticas. Fue Jo Bonnier quien se ocupó de conducirlo. Jochen Rindt haría la pole con el 49B, mientras que el mejor 63 fue Miles, 14.º a más de cuatro segundos. En la carrera, Bonnier se retiró por rotura de motor en la vuelta 6, mientras que John Miles finalizó 10.º (último) a nueve vueltas del ganador.
Y luego, más de lo mismo. Graham Hill no quiso perder el tiempo probando un coche que carrera a carrera colmaba cada vez más la paciencia de Colin Chapman y el resto de miembros del equipo. En Alemania, Mario Andretti clasificó 15.º con el Lotus 63 y en carrera sufrió un fuerte accidente en la vuelta 1. En Italia y Canadá, Miles volvió a montarse en este coche para quedar otra vez fuera del top 10 en ambas clasificaciones y retirarse de carrera por fallos de motor y caja, respectivamente. En Estados Unidos, Andretti largó 13.º y abandonó tras solo tres vueltas (rotura de suspensión). Mismo número de vueltas duró Miles por rotura en la bomba de combustible en México, la última carrera de la temporada y de este decepcionante coche. Los resultados eran más que evidentes y el proyecto de Lotus del monoplaza de Fórmula 1 con tracción a las cuatro ruedas terminó allí. Mismo final para los proyectos de McLaren, que no volvió a utilizar su M9A tras Gran Bretaña, y Matra.
En resumen, los problemas de este tipo de coches eran tres: considerable aumento del peso de los coches, neumáticos que no estaban a la altura de lo requerido y subviraje que agradaba a ningún piloto.
Podría decirse que Lotus perdió un año desarrollando un coche que no dio los resultados esperados (como sucedió una década más tarde con el Lotus 80), pero no sería del todo cierto. Por un lado, porque ese año, Matra y Jackie Stewart estuvieron un paso sobre el resto y aun así Lotus ganó dos carreras. Por el otro, porque dos características de este monoplaza experimental fueron utilizadas en el exitoso modelo del año siguiente.
Para 1970, Chapman sacó a pista el nuevo Lotus 72, el cual participó en seis temporadas y logró 20 victorias y dos campeonatos de pilotos con Jochen Ridnt y Emerson Fittipaldi. Los dos rasgos heredados del Lotus 63 fueron la forma de cuña y los frenos inboard.
El último ejemplar de Fórmula 1 con tracción integral que participó en un Gran Premio fue el Lotus 56B, la versión adaptada al reglamento del campeonato mundial del mencionado Lotus 56 de Indy, que contaba con un motor turbina Pratt & Whitney y no tenía caja de cambios ni embrague. Participó en tres carreras en 1971.
El rechazo de los pilotos fue muy importante para que ningún otro proyecto de coche de tracción integral apareciera. Además, el desarrollo aerodinámico y en los neumáticos terminó de sepultar la idea de una Fórmula 1 4WD. Esta tecnología fue prohibida en 1982. Curiosamente, esta norma fue aprobada para que desaparezcan proyectos de monoplazas de seis ruedas como los que estaban desarrollando Williams y March en esos años, que tenían cuatro ruedas motrices en el eje trasero.
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