Siempre que se habla de Lotus, o al menos de la Lotus de antaño –la actual es casi un despropósito–, se suele hablar de coches muy ligeros y muy deportivos, casi radicales y sin concesiones. En muchas ocasiones se suele olvidar que Lotus contó con algún GT en su gama más allá de los radicales Elise o del Esprit, que estaba encuadrado en el segmento de los deportivos. Fue el propio Colin Chapman quien dio salida a los 2+2 en el ya lejano 1975. Uno era el Lotus Elite y el otro, el Lotus Eclat.
El Lotus Elite era un coche con un diseño bastante peculiar, algo así como un cruce entre ranchera de dos puertas y shooting brake, que tenía en el Lotus Eclat casi un clon pero con una silueta más agraciada y deportiva, de estilo fastback, que también era algo más veloz. Quizá por eso el Eclat evolucionó al Eclat Excel y el Elite desapareció del catálogo. No era la primera vez que Lotus lanzaba al mercado un coche de formas peculiares, no olvidemos al Lotus Europa de los años 60, pero el Eclat Excel era más agraciado y rápido. Fue un GT, un 2+2 que compartió catálogo con las primeras generaciones del Esprit y actualmente, es uno de esos Lotus que poca gente recuerda…
Cuando tocó renovar el Eclar Excel, allá por 1982, la marca recurrió a Peter Stevens, quien luego participaría en el desarrollo del McLaren F1. Stevens partió del Eclat Excel, suavizando y modernizando las líneas del modelo, pero sin que se perdieran las proporciones y las líneas básicas. Fue una modernización muy sutil, al menos estéticamente, ya que a nivel técnico los cambios eran importantes. Por ejemplo, los paragolpes estaban mejor integrados en el diseño y además, se pintaba todo en el mismo tono, no como ocurrió con el Lotus Eclat. Las nuevas formas y la mejor integración de los paragolpes, permitían presumir de una mejor aerodinámica, que con un Cx de 0,34, era una buena cifra para la época.
El chasis era el mismo del Eclat pero recibía algunos cambios bastante llamativos. En aquellos años, Toyota tenía un acuerdo de colaboración con Lotus para el desarrollo del Toyota Supra, algo que, entre otras cosas, llevó a la firma japonesa a controlar una parte de Lotus. Esto sirvió para que la empresa británica, aprovechara algunos elementos del Supra para el Lotus Excel, cosas como la transmisión, el diferencial trasero o los frenos. En el habitáculo también se podían encontrar elementos procedentes del Supra, mientras que el exterior lucía detalles como los tiradores de las puertas y las llantas.
Sin embargo, para los motores, Lotus recurría en aquellos años a Ford, pero para el Excel –al igual que para el Elite, el Eclat y también en el Sprit–, la marca recurrió a un desarrollo propio, un bloque de cuatro cilindros que primero alcanzaba los dos litros y luego pasó a 2,2 litros desde 1980. Se fabricaba íntegramente con aluminio, tenía culata multiválvulas con dos árboles de levas y con un par de carburadores Dell’Orto DHLA 45E, junto a una compresión de 9,5, el motor del Lotus Excel rendía 160 CV a 6.500 revoluciones y 216 Nm de par a 5.000 revoluciones. La caja de cambios se tomaba, como hemos mencionado antes, del Toyota Supra, al igual que el eje trasero.
Para el segmento en el que militaba, el Excel era un coche ligero gracias a un peso de 1.135 kilos, aunque es evidente que había modelos más ligeros. Por su ligereza, entre otras cosas, podía presumir de unas prestaciones interesantes, como un 0 a 100 km/h en 7,9 segundos, un kilómetros con salida parada en 29,1 segundos y una velocidad máxima de 213 km/h. Quizá haya quien espere algo más de un Lotus, pero hablamos de un coche de comienzos de los 80 y además, Lotus nunca ha buscado prestaciones en línea recta, sino ser el más rápido, en conjunto, durante una vuelta en circuito.