De la mano del ex campeón del mundo de Fórmula 1, Jenson Button, la marca carrocera británica Radford renace para reeditar al clásico Lotus Type 62 de 1969 en una corta edición de producción en serie que contempla únicamente fabricar 62 unidades.
Tras abandonar la Fórmula 1, el piloto británico Jenson Button no se ha alejado del automovilismo, sino que ha permanecido vinculado a él a través del Campeonato de Extreme E, donde el ex Campeón del Mundo alinea su propio equipo, al tiempo que intenta sacar adelante su propia marca de automóviles en compañía de un grupo de amigos e inversores entre los cuales se encuentran el diseñador de automóviles Mark Stubbs, el abogado Roger Behle y el presentador de televisión británico y también fabricante de automóviles Ant Anstead.
De estos intentos ha surgido el renacimiento de una añeja marca carrocera británica Radford, un pequeño minorista del sector carrocero que se especializó en la elaboración de trabajos sobre la base de vehículos Rolls Royce, Bentley y Lamborghini. A finales de los años 40, bajo la dirección e impulso de su creador GH Radford, la empresa comenzó un negoció de construcción de autocares a medida que rápidamente prosiguió fabricando carrocerías especiales para Bentley, actuando como un especialista en la adaptación de los modelos de la marca a los estilos de vida reales de los clientes de la misma.
Fruto de este tipo de realizaciones nació en 1952 su Countryman, un lujoso vehículo urbano cuya carrocería era por completo obra de los ingenieros de Radford. Estos transformaban por completo modelos tanto de Bentley como de Rolls Royce (por aquellos años muchos de sus modelos eran prácticamente idénticos) elaborando versiones dotadas con un gran maletero de mayores dimensiones a los originales, que llegaban incluso a multiplicar por cuatro la capacidad de carga del modelo original. Y es que algunas de las reconversiones incluso transformaban el modelo de lujo en versiones camper dotadas con cama doble, mesas abatibles, almacén de bebidas oculto, lavabo con suministro de agua caliente y fría, un pequeño hervidor eléctrico e incluso espacio a bordo especialmente reservado para el traslado de mascotas (perros, gatos, …)
Dentro de sus actividades, Radford también se especializó en la elaboración de versiones de auténtico lujo y máxima calidad de uno de los iconos del sector del automóvil, como fue la primera generación del Mini. Suyas son las transformaciones que dieron lugar tanto al Mini Grande Luxe de Ville como al 1100.
Radford también trabajó para otro gran fabricante británico de prestigio, como es Aston Martin, transformando algunos de sus deportivos modelos en versiones familiares, lo que dio lugar a los conocidos Shooting Brakes de la marca elaborados a partir de algunos de sus modelos más icónicos, como es el caso del DB5. Curiosamente, este modelo le fue encargado a Radford por el propio David Brown, propietario de Aston Martin y responsable de la denominación DB, quien le encargó a Radford transformar su DB 5 particular de manera tal que pudiera llevar a bordo tanto su equipo de polo como su equipo de caza y a sus perros, adaptando la carrocería del DB5 para desarrollar a partir de ella una versión Shooting Brake.
Aquella primera unidad tuvo un sonado éxito, tanto que muchos de los clientes de la marca comenzaron a solicitar unidades similares directamente a la marca, la cual derivaba su producción directamente a Radford, dado que por aquella época tenia sus talleres completamente dedicados a la producción del deportivo favorito de James Bond y su capacidad productiva no daba para más.
Y de igual modo Radford también participó en otros proyectos de gran éxito y renombre. En su momento Radford participó en la creación del primer prototipo del exitoso GT40 de Ford, produciendo las puertas de fibra de vidrio del coche, la escotilla trasera del motor (que era la parte trasera del coche al completo) y el morro delantero (elaborado enteramente a partir de un único molde) para su ajuste perfecto en el coche, junto con otros trabajos en el mismo como el pintado y el ajuste final de distintos elementos de acabado y terminación del modelo.
Radford pasó a convertirse en propiedad del grupo automovilístico HR Owen en 1959, hasta que en 1963 fue adquirida por uno de los sindicatos británicos de coachbuilders, que la mantuvo activa hasta 1966.
Ahora, Radford resurge de la mano de Jenson Button y su grupo de inversores y amigos bajo el nombre de Finest Coachbuilding Group (FCG), que son quienes han recuperado el nombre del carrocero para ponérselo a su primer modelos, el Radford Type 62-2, que evoca al mítico Lotus Type del año 1969 y que se desarrolla a partir del chasis y el motor de los Lotus Evora y Exige para crear este nuevo deportivo cuyo diseño los técnicos y especialistas de Radford han elaborado de nuevo creando hasta tres diferentes versiones a partir de él diseño original. Para este proyecto, lógicamente, la nueva Radford ha contado con la colaboración directa de Lotus Engineering.
Radford toma el chasis monocasco elaborado íntegramente en aluminio que Lotus emplea en los Exige y Evora para, a partir de él y del prestigioso motor V6 3.5 litros sobrealimentado de la marca deportiva británica, crear este nuevo súper deportivo Radford Type 62-2 con hasta 607 CV de potencia. Para mejorarlo, los ingenieros de Radford han incluido un nuevo subchasis trasero elaborado a la medida del coche cuya adopción permite alcanzar una mayor rigidez estructural al modelo, al tiempo que aligerar el peso en seco del modelo. Según Radford, este apenas alcanza los 1.000 kg, una cifra bastante reducida y que muestra la siempre importante obsesión que los diseñadores de Lotus han tenido por ofrecer al mercado vehículos extremadamente ligeros.
De él se van a elaborar hasta tres versiones diferentes. La Classic, con 436 CV y transmisión manual de seis velocidades o automático de doble embrague y siete relaciones de marcha que se ofrece como opción; la Gold Leaf, con 506 CV gracias al uso de unos nuevos y mejorados pistones y árboles de levas en su motor; y, finalmente, la John Player Special, en la que mediante la introducción de un sobrealimentador y un software específico se eleva la potencia total del modelo hasta los 607 CV anteriormente comentados.
Las dos últimas variantes se ofrecen exclusivamente con la ya mencionada transmisión de doble embrague, al que además se le añade en estos casos un diferencial de deslizamiento limitado para obtener un mejor aprovechamiento del potencial que la mecánica envía a las ruedas traseras del coche.
En todos los casos, el sistema de frenado del coche se encomienda a un equipo proporcionado por AP Racing, con cuatro pistones en cada pinza de freno, y que, en el caso de la variante de superior potencia, la John Player Special, se mejora con la adopción de discos de freno carbono cerámicos.
Exteriormente, las tres versiones también ofrecen cambios una respecto a las otras tanto en su acabado como en el diseño y la adopción de determinados componentes. La variante de acceso es igualmente la más refinada de las tres. En ella se elimina el alerón trasero disponible en las otras dos y se montan llantas de 17 o 18 pulgadas con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 calzados en ellas, En las otras dos versiones, superiores en materia de prestaciones a esta primera, su acabado adquiere —“in crescendo”, respectivamente— una terminación cada vez más deportiva y racing que le lleva a alcanzar una trasera rematada en una prominente forma de doble cola de pato y a incorporar llantas de mayor tamaño (de 18 y 19 pulgadas.
Eso sí, todas ellas comparten componentes y elementos de cierto atractivo, como son por ejemplo las cámaras que sustituyen a los espejos retrovisores exteriores del modelo, la pantalla interior de 6 pulgadas que permite visualizar las imágenes de cuanto sucede por detrás del coche y ese “acabado más analógico que digital” anunciado por el propio Button, pero “igualmente atractivo y dotado con todas las mejoras que cabría esperar que un Radford aportara”.
La producción de esta corta serie de 62 unidades ya dio comienzo y ahora los primeros propietarios están comenzando a recibir sus coches. El objetivo que persiguen Button y sus socios con esta nueva marca es “celebrar los momentos icónicos de la historia del automóvil devolviendo a la vida modelos con una fuerte carga histórica para ofrecérselos a una clientela moderna”. Y el primero de todos ellos es este nuevo Lotus Type 62-2 by Radford que acaba de presentarse en sociedad este verano con motivo de la celebración del Speed Festival de Goodwood. Un vehículo que, como el propio Button comenta, está “hecho pensado en el conductor”, un rasgo incrustado en el ADN de todos los modelos Lotus y que Radford quiere mantener para conservar “la pureza del modelo original y mantener esa conducción totalmente diferente al resto que el modelo original ofrecía y que hoy se pierde en muchos de los coches que se producen”.
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