Hay muchos grupos de aficionados que no pierden oportunidad, para asegurar que tiempos pasados fueron mejores. Es una aseveración un poco atrevida, no vayamos a engañarnos, pues tiempos pasados fueron mejores, únicamente, en pasión y en sensaciones. Los coches modernos son mucho mejores que los “viejos”, sobre todo en cuestiones de seguridad y de aprovechamiento del combustible, aunque también es cierto que, en temas de diseño, tiempos pasados muchas veces fueron mejores.
Todo tiene su porqué, obviamente, y en cuestiones de diseño, además de los diferentes gustos de cada generación, también afectan y mucho las diferentes normativas de homologación. Hoy día, las diferentes normas de atropello y las obligaciones de ofrecer estructuras capaces de absorber la energía de los impactos, marcan las pautas de muchos diseños, haciendo que todos parezcan iguales. A veces los responsables de dar forma al estilo de los coches, logran esquivar todos estos escollos y consiguen buenos diseños.
Bajo el largo y estilizado capó del Maserati 5000 GT de Touring, hay un bloque V8 5.0, el primero que usa un turismo de producción de la marca
Es evidente que antes, sin tanta norma que ponga limitaciones, las cosas eran muy diferentes, aunque seguramente preferirías que te atropellara un coche moderno, si es que alguien en alguna ocasión ha llegado a pensar algo así. El caso es que, volviendo al diseño, los coches “viejos” ofrecen algo que los actuales no tienen, un aura especial, un estilo que no volveremos a ver nunca más, o quizá sí.
Maserati 5000 GT, pureza de líneas
Uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar en la historia, referente al diseño de coche y que nos sirva para mostrar cómo han cambiado las cosas, es el Maserati 5000 GT. Se trata, como bien indica su denominación, de un Gran Turismo de esos que se hacían antaño, ligeros, estilizados, con un equilibrio en sus volúmenes y una pureza de líneas que no puede igualar casi ningún coche actual (alguno hay, como el Mazda 3, el Aston Martin V8 o incluso el Maserati GranTurismo).
Elegancia, sencillez: estilo. En la década de los 60 no hacía falta recurrir a líneas de tensión que se cruzar y recruzan varias veces en la carrocería, que se lo digan a Pininfarina o a los diseñadores de Ghia. En el caso que nos ocupa, fueron la gente de Touring quienes crearon la carrocería del Maserati 5000 GT que tienes en las imágenes, mientras que el resto de las unidades fabricadas, 34 en total, fueron dibujadas por diferentes carroceros. También merece recordar que estos coches se hacían por encargo y totalmente a mano, aumentando todavía más su lado pasional y por supuesto, su precio.
Según se dice, el Maserati 5000 GT de Touring, cuya vista lateral es realmente soberbia, fue un atrevimiento en su época. Se presentó en el Salón de Ginebra de 1960, donde acaparó todas las miradas y destacó especialmente por su frontal, con una protuberancia a modo de nariz que se queda con todo el protagonismo siendo la pieza central (nunca mejor dicho) que determina por completo la mirada del coche. Puede gustarte más o menos, pero personalidad tiene a raudales.
El primer V8 para modelos de calle en Maserati
Una de las particularidades más interesantes del 5000 GT “Scià di Persia” es su propulsor. Bajo su largo y estilizado capó hay un bloque V8 5.0, el primero que usa un turismo de producción de la marca. Para su desarrollo, en Maserati partieron del V8 4.5 litros del 450S de competición y entre los “gadgets” de los que presumía, estaba el sistema de inyección de combustible, de hecho, fue el primer motor V8 con inyección de Europa (Chevrolet lo lanzó al mercado tiempo antes, pero solo en Estados Unidos).
Rendía entre 325 y 340 CV (tras su presentación se introdujeron mejoras en el motor) y podía mandar todo el conjunto hasta más allá de los 260 km/h, sobre todo las versiones con cambio manual de cinco relaciones. Este motor acabó por dar vida también a los Maserati México, Indy o Khamsin, por poner algunos ejemplos. Obviamente, aunque no hay datos de consumo (y tampoco son realmente importantes en un clásico deportivo con más de 40 años), el gasto de combustible es muy superior a cualquier V8 moderno más potente. No obstante, ningún V8 moderno puede competir con el sonido de un coche sin filtros o tapones, ni con las sensaciones que ofrecen al conducirlos pues están mucho menos aislados del exterior.
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