Piensa por un momento. ¿Cuál sería el mejor deportivo de la historia?. ¿Qué coche ha roto con todos los moldes y marcado el devenir del segmento de los coches deportivos?. Seguramente, la respuesta sea la misma para ambas preguntas, el McLaren F1 de Gordon Murray. Y no falta razón para pensar así, pues el F1 fue un coche fuera de lo normal en su momento e incluso ahora, siendo capaz de poner contra las cuerdas a muchos deportivos modernos. ¿Es el mejor deportivo de la historia?. Pues no vamos a negarlo, pero tampoco vamos a decir que, efectivamente, es el mejor deportivo de la historia, pues por desgracia, no hemos tenido la suerte de ponernos a los mandos de una unidad y, también por desgracia, nunca la tendremos. Sin embargo, es evidente que este coche tiene algo especial, algo que le hace destacar por encima del resto y no es su estética, pues a día de hoy resulta incluso sutil, sino por todo lo que esconde, por lo que significó en su momento y porque, todavía, sigue siendo un automóvil espectacularmente rápido según los cánones actuales.
Por ejemplo, su velocidad máxima, estratosférica. Se cifró en 1998 en 387 km/h (241 mph), un registro que, como os habréis dado cuenta, sigue siendo actualmente, más de 20 años después, totalmente vigente. Es más rápido que muchos deportivos más potentes, tanto por velocidad punta como por aceleración, con un 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, un 0 a 160 km/h en 6,3 segundos y un 0 a 240 km/h (0 a 150 mph) en 12,8 segundos. Nada mal para un coche con 20 años.
Cabe recordar también, que cuando salió el Ferrari F50, un coche que en teoría sería “mejor” que el McLaren F1, la gente lo criticó porque no igualaba ni cifras, ni las prestaciones con el modelo británico. Y eso que el Ferrari F50 no estaba pensado para verse las caras con el McLaren, sino para poner en la calle la tecnología procedente de la Fórmula 1 de aquellos años.
Las primeras conversaciones, en 1988
De todas formas, esto son cosas que se han comentado en infinidad de ocasiones, pues el McLaren F1 es una fuente de debates y comentarios constantes. Sin embargo, de su gestación y de los primeros prototipos no se habla gran cosa, aunque se trata de un apartado del coche muy importante pues, en definitiva, fueron los momentos en los que se definió lo que finalmente llegó a pisar las carreteras. Bueno, mejor dicho, lo que acabó pisando las colecciones, ya que pocos usuarios han acabado conduciendo su adquisición (a excepción de Rowan Atkinson, quien estrelló uno contra un árbol, o François Perrodo, que pasará a la historia por haber repostado gasóleo en lugar de gasolina en su McLaren F1 GTR).
Para conocer los inicios del McLaren F1, tenemos que viajar a la década de los 80, cuando McLaren dominaba las carreras de Fórmula 1. Concretamente, entre 1984 y 1991. McLaren logró seis campeonatos de constructores y siete de pilotos, llegando a ganar 15 de las 16 carreras que tenía el campeonato de 1988. Un éxito, como cabe esperar, sin precedentes, haciendo de la escudería británica el rival a batir y una de las más fuertes de todo el campeonato en aquellos años y en los siguientes. Solo Ferrari, entre 2000 y 2004, logró ganar de una forma similar (aunque antes se vio doblegado por Williams y luego por el binomio McLaren-Mercedes).
Para conocer los inicios del McLaren F1, tenemos que viajar a la década de los 80, cuando McLaren dominaba las carreras de Fórmula 1
Con un éxito semejante, las ambiciones de McLaren crecieron hasta el punto de proponerse lanzar un automóvil “para la calle”. Las primeras conversaciones al respecto, se llevaron a cabo en 1988, después del Gran Premio de Italia, en septiembre de aquel año y el proyecto fue aprobado finalmente a comienzos de 1989. El equipo de diseño estaría dirigido por Gordon Murray, el responsable del éxito de McLaren en competición y anteriormente en Brabham, considerado uno de los mejores diseñadores de Fórmula 1 de su generación y de la historia del campeonato, quien según parece, fue el impulsor de este proyecto y quien, en solitario, fue capaz de convencer a Ron Dennis para llevarlo a cabo.
La idea era sencilla, crear un deportivo muy ligero y muy potente, equipado con la última tecnología procedente de Fórmula 1 y animado por un propulsor V10 o V12 de aspiración natural. El chasis sería un monocasco de fibra de carbono y su habitáculo tendría una disposición absolutamente innovadora, con el conductor en el centro, con un asiento adicional a cada lado. El primer prototipo, el McLaren F1 “Clinic” se presentó en el Gran Premio de Mónaco de 1992 y en teoría, sería un rival directo para los Bugatti EB110, Jaguar XJ220 y para el Ferrari F40, que no tardaría en ser reemplazado por el Ferrari F50 poco después.
El XP1, el primer prototipo rodante, acabó calcinado
Tras la presentación del coche en sociedad en Mónaco, los ingenieros continuaron con el desarrollo. De hecho, hay que decir que el desarrollo siguió en paralelo a la presentación del prototipo estático, aunque como curiosidad, se estuvo empleando, durante las primeras fases, un Ultima GTR como base (fueron dos prototipos, conocidos como Albert y Edward). Después de esta fase con los Ultima GTR, McLaren creó un total de cinco prototipos denominados “XP” (Por Experimental Prototype”), cada uno con una función y, también, con un destino muy diferentes.
El primero de todos, el McLaren XP1, se puso en marcha por primera vez el 23 de diciembre de 1992, tal y como había prometido Murray. El diseñador se comprometió con Ron Dennis, a tener una unidad funcional para antes de navidad del año 1992, para lo que fueron necesarias alrededor de 6.000 horas de trabajo (250 días, unos ocho meses de trabajo). Fueron meses frenéticos, porque había que tener controladas y desarrolladas muchas cosas. Después de navidad, el XP1 comenzó a acumular kilómetros de pruebas, aunque antes fue pesado en la base de McLaren, arrojando sobre la báscula 1.003 kilos.
Una de las pruebas de desarrollo se llevó a cabo en Namibia, un lugar donde la temperatura y las carreteras suponen un desafío para cualquier vehículo. Las pruebas comenzaron el 23 de marzo de 1993, pero acabaron abruptamente el 24 de marzo. Ese día, uno de los ingenieros de BMW, que estaba probando algunas cosas del motor (recordad que BMW diseñó y desarrolló un motor específico para McLaren), perdió el control del McLaren XP1 al pisar una canaleta de lluvia cuando rodaba a 150 mph, 240 km/h. Eso provocó un choque espectacular que acabó con el coche dando vueltas de campana y esparciendo piezas por doquier. El ingeniero salió por su propio pie, a través del parabrisas, gracias a que el monocasco de carbono quedó intacto, pero el motor comenzó a perder líquidos, que se inflamaron al entrar en contacto con el escape y el coche, finalmente, acabó calcinado.
Se dice que Ron Dennis ordenó que los restos fueran reunidos y enviados de regreso a la sede McLaren, donde fueron enterrados en una caja.
Una vida muy corta para el XP2, pero no para el XP3
El siguiente prototipo, el McLaren XP2, tuvo una vida mucho más corta. Esta unidad fue entregada a la Asociación de Investigación de la Industria del Motor en Warwickshire, durante la segunda semana de diciembre de 1993, para que fuera sometida a los test de impacto. No obstante, no era una unidad completa, era, básicamente, el chasis y la carrocería con algunos elementos mecánicos para que se pudiera poner a prueba las características de la estructura.
A su llegada, se sometió a la prueba de choque obligatoria a 48 km/h (30 mph), la cual fue superada con facilidad. Las regulaciones permitían 127 milímetros de recorrido de la columna de dirección, pero en el XP2 solo se movió 14 milímetros. Ambas puertas también permanecieron totalmente operativas y los daños fueron lo suficientemente leves como para que el vehículo pudiera haber seguido la marca. Cabe destacar que el McLaren XP2 fue el primer automóvil de producción con chasis de fibra de carbono que se sometió a esta prueba de choque, un chasis que no sufrió ningún daño durante el test.
Por suerte, el McLaren XP3 no tuvo una vida tan complicada, pues fue una de las unidades empleadas para las pruebas de resistencia en diferentes circuitos de Europa, pruebas que llevaron a cabo Mika Hakkinen y Jonatahn Palmer. Este último, fue capaz de alcanzar los 371,75 km/h en el anillo de Nardo, en Italia y según se dice, el coche podría haber llegado un poco más allá si no fuera por la “naturaleza estrecha” de la pista.
El McLaren XP3 fue pintado de color plata (un color que acabó siendo seña de identidad del modelo) y tenía algunas diferencias respecto al diseño final. Por ejemplo, no tenía dos pilotos traseros a cada lado, únicamente tenía uno, y montaba unos antiniebla circulares en el paragolpes delantero. Detalles que serían cambiados durante el proceso de diseño.
Curiosamente, el McLaren XP3 acabó en manos de Gordon Murray, quien tenía estipulado en el contrato, que recibiría una unidad. Es el McLaren F1 más antiguo que se conserva, aunque antes de tenerlo en su poder, se actualizó y recibió las dos parejas de pilotos traseros, siendo matriculado por primera vez en febrero de 1998. Murray tuvo el coche en su poder hasta 2018, cuando lo vendió a través del distribuidor y copropietario de F1, Simon Kidston.
El XP4 se vendió a un adinerado cliente
La cuarta unidad de pruebas, el McLaren XP4, hizo una de sus primeras apariciones públicas en el Silverstone Historic Festival, celebrado en 1993, sin estar todavía homologado ni matriculado. Su configuración inicial era la misma del XP3, es decir, antinieblas circulares en el faldón delantero y pilotos traseros individuales, además, iba pintado en color gris metálico oscuro y se empleó para diferentes pruebas de resistencia del motor y la caja de cambios.
A principios de 1994, el magnate Rajeshwar Sarup “Roger” Bhatnagar, se acercó a McLaren con la intención de adquirir un F1. Este señor, nacido en la India, se mudó a Nueva Zelanda desde Canadá en 1980, abriendo su primera tienda de audio en el centro de Auckland, que rápidamente se convirtió en la cadena Sound Plus. En 1991 rescató a la cadena de productos electrónicos Noel Leeming de la suspensión de pagos y dos años después, la sacó a bolsa, logrando una capitalización de 26 millones de dólares, casi 10 veces más que lo pagado inicialmente por la compañía. De hecho, Bhatnagar participó en la llegada de Burguer King a Nueva Zelanda.
McLaren, conociendo la historia de este caballero (nombrado como tal en 1998 por la reina Isabel II), no quiso hacerle esperar demasiado, llegó a un acuerdo con él y reacondicionó el McLaren XP4 para entregárselo a Bhatnagar. Se pintó en el color que más le gustó a Bhatganar, “Brigth Electric Blue”; se tapizó con cuero de color marrón “tostado” y asiento de conductor en color negro.
Se matriculó con la placa K6 MCL y apareció en un episodio de Top Gear en 1994, donde fue probado por Tiff Needell en Goodwood. Se envió a Nueva Zelanda a mediados de 1994. También apareció en la portada de la revista Management y un tiempo después, se vendió a un coleccionista de California, que cambio la tapicería por una de cuero blanco con inserciones azules. Esta unidad se dejó ver durante la inauguración de McLaren San Francisco.
El XP5, el McLaren más famoso de todos
No cabe duda que uno de los momentos más famosos e importantes de la historia del McLaren F1, es cuando se logró alcanzar los 387 km/h. No en balde, se trata de un registro espectacular, una auténtica locura para un coche con poco más de 600 CV. Y ese registro se logró con el quinto prototipo, con el McLaren XP5, el cual iba pintado en color Dark Metallic Green”, con un interior que lucía un asiento de conductor negro con inserto verde.
Se registró con la placa de matrícula K8 MCL en abril de 1994 y fue la unidad que se usó para promoción y para las pruebas de la prensa especializada. Entre sus apariciones editoriales destacan: Autocar (11 de mayo de 1994), Car (junio de 1994), Wheels (junio de 1994), Car and Driver (agosto de 1994), Auto Zeitung (12 de agosto de 1994), Road & Track (noviembre de 1994), Auto Motor und Sport (diciembre de 1994) y Rallye Racing (6 de junio de 1995).
En marzo de 1998, McLaren acudió al circuito de pruebas de Ehra-Lessien, propiedad de Volkswagen, para probar la velocidad e intentar establecer un nuevo récord. El último día del mes, Andy Wallace llevó al McLaren XP5 hasta los 386,7 km/h, convirtiendo al McLaren XP5 en el F1 más famoso de todos.
McLaren no vendió esta unidad, guardando el McLaren XP5 en su colección.
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